jueves, 2 de agosto de 2012

En los origenes de la educación bilingüe: María Asunción Galindo

Maestros y maestras de Puno y visitantes extranjeros en Ojherani
Cuando se escriba la historia de la educación bilingüe en el Perú, sin duda una de sus primeras páginas tendrá que referirse a la Escuela de Experimentación Pedagógica de Ojherani, creada por Resolución Ministerial en marzo de 1944. Antes, otras experiencias educativas, como la de Manuel Z. Camacho, habían empleado las lenguas indígenas, pero en Ojherani su uso adquirió técnica pedagógica empleando el alfabeto desarrollado por la "Academia de la Lengua Quechua y Aymara" de Puno.

En realidad la experiencia en Ojherani, ubicada a diez kilometros de la ciudad de Puno, se había iniciado en 1940, cuando por encargo de la Primera Brigada de Culturización Indígena, presidida por Julian Palacios Ríos, las maestras Asunción Galindo y su cuñada Luz Díaz de Deza iniciaron en ese lugar el ensayo de educar a los niños y adultos en aymara. La efectividad de este método motivó a que las autoridades educativas de Puno gestionarán la conversión de la escuela en un centro de educativo experimental.
La Escuela Experimental de Ojherani funcionó para niños en el día y para adultos en la noche, y  tuvo carácter integral sobre la comunidad, superando uno de los defectos de la escuela común que consideraba solamente a los niños, dejando al margen a los adultos, de modo que sus resultados se anulaban.

A continuación una breve biografía y valoración de la maestra Asunción Galindo, Directora de la Escuela Experimental de Ojherani, tomada del libro inédito "Historia de la Educación en Puno" de José Portugal Catacora (también puede ver "Lenguas Indigenas en la escuela"):

Biografía

María Asunción Galindo, nació en Puno en 1895. Inició su educación primaria en el centro escolar de mujeres  Nº 882, entonces regentada  por la notable maestra María Manuela Yuychud, hermana del maestro Yuychud; ella fue la última directora que tuvo el honor de llevar el adjetivo de “Mamita” como solían llamar por respeto a su directora en tiempos pasados. Y terminó dichos estudios en el liceo de la Inmaculada, egresando de la escuela primaria en 1911.


En 1912 se recibió de Preceptora  Diplomada, a los 17 años. Y al año siguiente, o sea a la edad temprana de 18 años, inició su larga carrera de maestra que habría de durar cerca de 40 años.

Fue sucesivamente maestra en las escuelas de Paucarcolla en la provincia de Puno, de Aqaso, Huaylluni y Challapampa en la provincia de Chucuito. Pasó a las escuelas de Juli, Pomata y Zepita, pueblos semiurbanos  de la misma provincia,  más tarde fue nombrada  directora de la escuela de Pallalla del distrito de Chucuito  en Puno. Terminó su labor docente en Ojherani al que le diera toda nombradía por su labor experimental.

Al crearse las brigadas de culturización se le promovió a miembro de la primera Brigada dirigida por don Julián Palacios y luego a la dirección de la tercera Brigada.
En 1944 fue nombrada directora de la Escuela Experimental de Ojherani y en 1945 viajó a Bolivia como miembro de la comisión peruana de educadores que en Huarisata planifico la organización de los futuros  núcleos escolares.
En su paso por cada escuela dejó alguna obra para el plantel o la comunidad,  lo que es más, en todos  los lugares en que estuvo, sus discípulos la llevan en el recuerdo, relevando sus dotes de maestra que supo comprenderlos.
Julián Palacios Rios, María Asunción Galindo y
José Portugal Catacora en Ojherani. VER: Foto histórica

Su personalidad
María Asunción Galindo era una mujer de estatura regular, un poco corpulenta, más morena que blanca y de ojos redondos; solía vestir sencillamente, sin los aderezos que gustan a las mujeres.
Tenía una voz sonora y fuerte y total dominio de la lengua aymara, especialmente  en lo que concierne a la elocución. En su conversación hablaba con llaneza. Pero cuando se dirigía a las masas indígenas en oportunidad de concentraciones de padres de familia, su palabra adquiría la mágica expresión de la elocuencia, que concita interés,    y de lo convincente, que cae sobre las almas como gotas de plomo derretido que penetran hondo. En el aula su palabra se tornaba tierna, sencilla y exultante y los niños la escuchaban sonrientes y con los ojos  puestos en ella, como si quisieran recoger con ellos  las cosas de que les hablaba.
Si alguna vez hubiera incursionado en el campo político fácilmente hubiera conquistado prosélitos  en la multitud indígena que le seguía con cariño y respeto.
Muy tempranamente ingresó al Magisterio y su labor discurrió preferentemente en pueblos campesinos del sector aymara de Puno, a excepción de Paucarcolla donde se inició.
La maestra Galindo sirvió preferentemente a los aymaras y esto radica indudablemente en la comunión entre su espíritu profesional, responsable y entusiasta y el espíritu la de las gentes aymaras. En el fondo se consustanciaron y de esa comunicación espiritual brotó su verdadera personalidad y la dirección de su trayectoria profesional, inquieta, esforzada, siempre dispuesta a superar cada vez su propia personalidad y su propia obra.
Pero hay algo original en esto. Y es que su vocación estuvo nutrida por una fuente de permanente actividad práctica, con poca o ninguna racionalización. Le interesaba hacer más que pensar o estudiar los problemas.
Falleció en plena actividad, la noche entre el 23 y el 24 de Junio de 1951, después de pasar la noche trabajando para presentar con verdadero lucimiento a sus alumnos en los festejos del día del Indio, que su escuela solía presentar con brillo especial.
El magisterio de Puno y la comunidad de Ojherani le rindieron su homenaje; mientras una multitud de campesinos se disputaban por llevarla en sus hombros a su última morada, los  maestros pronunciaron numerosos y expresivos discursos.
Su obra ha recibido ha merecido juicios favorables de personajes de la educación como mister Sullivan director del SECPANE, doctor Sáenz embajador de México, el doctor Francisco Pastor, prefecto del Departamento, el señor Julián Palacios, Sub Director de Educación Rural, y un comité publicó un  folleto de homenaje póstumo que ha circulado profusamente en el sur del país.

Valoración pedagógica
Alguien  dijo que México inició en 1911 su revolución social en forma práctica, sin el enunciado preciso de una doctrina, y que en el Perú se operó una revolución ideológica desde los años veinte y treinta, sin concretarse hechos reales; y, que solo Bolivia fue escenario de un movimiento revolucionario en que operaron lo teórico y lo práctico, en la América del Sur.

Observando el estado de evolución de estos países, encontramos que el caso Mexicano es aleccionador, pues los mexicanos sin mucha teoría, pero con gran decisión patriótica y profunda emoción social, han hecho de su país un pueblo con nueva actitud social.
Pues, en Ojherani, con poca o ninguna doctrina pedagógica, pero con un gran corazón peruano, la maestra Galindo y sus colaboradoras han realizado una obra significativa y encomiable por mil conceptos, lo cual nos permitiría destacar tres cuestiones: lo relacionado con las lenguas nativas, el sentido de integralidad en el proceso educativo y la contribución  a la creación de la educación científica en el medio rural.

VER TAMBIEN: Educación Intercultural, Ojherani 1940

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