viernes, 19 de agosto de 2016

22 de agosto Día del Folklore

Morenada (2012)
En el día del folklore invitamos a leer algunas entradas del blog sobre el tema:
Una pandilla puneña 1928 (Daniel Portugal Catacora)



El folklore, por Ernesto More.

¿Qué es el Folklore?  por José María Arguedas.

Sobre el folklore, por Mercedes Bueno Morales.

Folklore y Teatro en Puno, José Portugal Catacora.

Danzas y Bailes del Altiplano, José Portugal Catacora.

El Torito de Pucara, José Portugal Catacora.

El pleito entre el pucu pucu y el gallo, Julian Palacios Ríos

miércoles, 17 de agosto de 2016

Folklore y Literatura Infantil en el Perú

José Antonio Encinas 1930
Con niños en actuación folklorica
Pueblo rico en oro y en literatura ¡qué suerte! Los peruanos tienen que aprovechar sus propias minas espirituales para la literatura de los niños. ¿A qué buscar hadas, gnomos y elfos nórdicos si tienen espíritus y magos en su propia tierra? Locura sería pedir prestado a la mitología extraña mientras no agoten la propia.” Carmen Bravo Villasante 
La relación entre el folklore y la literatura infantil es amplia y fértil. Uno de los trabajos más sustantivos al respecto es el artículo que con ese título (pero escribiendo "folclore") escribió Danilo Sanchez Lihon, del cual tomamos los siguientes párrafos.

"El folclor, por estar más vinculado a la cultura tradicional, es decir, a aquella que conserva y usa la interpretación del mundo que dieron nuestros antepasados –expresada en formas tan primigenias como las creencias, pensamientos e ideas cosmogónicas– encuentra en el niño un enorme asidero, tanto que se podría postular una plena coincidencia entre literatura para la infancia y la infancia de la civilización y del hombre.
El niño hace interpretaciones originales del mundo, anima lo inanimado, cree y diviniza, corroborando la analogía entre la mentalidad del hombre en los orígenes de la humanidad y la mentalidad del niño de hoy y mañana, razón por la cual la mejor forma de iniciar a éste en el desarrollo de ideas y en la expresión artística es con el folclor, expresión ancestral con la cual tiene enormes afinidades y coincidencias.
El folclor, representado en los mitos, leyendas y. narraciones populares nos dicen lo que hemos sido y lo que nunca debemos dejar de ser, porque ello constituye nuestra esencia y nuestra forma de situamos en el mundo. De allí que él tenga el sello de lo que ha llegado a ser perenne y probablemente imperecedero". 
Recuperando la sabiduría popular (Folk=pueblo, Lore=saber) el folklore, nos dice Danilo Sanchez Lihon,  contribuye al desarrollo de la conciencia propia y el pensamiento crítico, y no es de ninguna manera una simple repetición de leyes morales. 
"El folclor literario contribuye a formar una conciencia propia, predispone a mirar lo que tenemos más cerca de nosotros mismos y más valioso; nos enriquece y está a nuestro alrededor. Y todo ello es una buena base y un buen punto de partida, porque es sentando bien los pies sobre la tierra que se puede proyectar y luego volar hacia otros rumbos, pretendiendo acceder a posarse y poner los pies incluso en las estrellas. 
El relato o la poesía folclórica se constituyen así en el vínculo más sólido que puede establecer el niño con su cultura, cordón umbilical que lo une a su raíz y a su ancestro, línea de continuidad con las generaciones anteriores que hace posible no perder identidad y exorcizar el desarraigo y el exilio que es el drama de una gran mayoría de los hombres de nuestro tiempo".

Porque no puede haber folklore sin colectividad, éste es un medio fundamental para integrar a las personas de un mismo pueblo y a la vez integrar los pueblos.
"Una característica del folclor que es importante destacar, entre otras, como es su índole popular, funcional y anónima, radica en su carácter colectivo. ¿Y qué valor es más extraordinario que este?: ¡que el niño participe, a través del folclor literario, de algo que lo integre y enlace a su colectividad!, ¡que lo haga solidario con sus semejantes! Porque del folclor participa no sólo un grupo, una capilla o un clan, sino el común de las personas, el colectivo social, todos los hombres juntos, enlazados por esta hebra que aunque no estén contiguos físicamente ¡sí están hermanados por este cordón de oro!
Cuando se enfatiza en el folclor, hay la aprehensión de que tal vez se esté actuando en contra de un lenguaje universal, de que se acentúe el problema de las nacionalidades, de que se particularicen y fragmenten a los pueblos. Ello no ocurre así, porque es a base de la identidad como se alcanza la universalidad, porque es principio dialéctico que no se puede integrar lo que no tiene identidad, siendo pues éste el camino para alcanzar la unidad. 
El mundo debe ser una integración feliz de nacionalidades. El folclor, al dar no una sino muchísimas interpretaciones del mundo –pues cada pueblo y grupo humano, culturalmente distinto, tiene la suya–, afianza la identidad y se empina hacia la universalidad".

Convertir el cuento, la leyenda y el mito oral en texto, ofrece un medio educativo muy valioso para los niños y niñas, como lo recuerda Arguedas en Mitos, Cuentos y Leyendas Peruanos (1947):
"La esplendente belleza de la mayoría de los relatos es fruto directo de la creación popular, conservada con extraordinaria pureza por la amorosa y verdaderamente admirable objetividad de los maestros y alumnos que los recogieron. Ha sido posible editar, de esta suerte, un libro de procedencia escolar que podrá convertirse en un buen instrumento para la educación, pues aparte de servir como medio de enseñanza de la lectura, puede emplearse para despertar entre los estudiantes elevadas inquietudes, pudiéndose aprovechar también su contenido como tema de análisis y como auxiliar en los cursos de Geografía, Historia, Psicología y Castellano. Por otro lado, los mitos, leyendas y cuentos que aparecen en este volumen llevarán, a quienes lo necesitan, el conocimiento directo y animado del espíritu popular peruano, extraordinario en la riqueza de su imaginación y de su capacidad creadora".

José Portugal Catacora, quiso explotar al máximo los mitos, cuentos y leyendas del altiplano en la educación de los niños y niñas, reconociendo, primero, que son medios valiosos y típicos de la educación espontánea que los pueblos quechua y aymara practican, a través de lo que Julian Palacios Ríos llamó "la Educación de Manco Capac y Mama Ocllo que todavía practican estos pueblos. Por ello, recogió y publicó numerosas tradiciones orales, señalando por ejemplo, en el caso de la leyenda de la Kantuta
Serie Lectura para Niños

"El espíritu animista de los niños se nutre con leyendas y fábulas, cuyo mensaje les transfiere valores morales y les enseña a vivir". 
Por otro lado, quiso que la cultura de esos pueblos llegara a los niños y niñas del pueblo mestizo y más occidental, para fomentar el aprecio mutuo y abrir sus ojos a otros manera de mirar el mundo. Por ello, señaló en Puno Tierra de Leyenda:
"Nuestros niños nutren su espíritu con el aporte de la literatura infantil de otros países, lo cual contribuye a crear complejos de infravalía, con grave detrimento de la formación de nuestro sentimiento nacionalista, porque ellos crecen en la conciencia falsa de que solamente otros países tiene o pueden producir cosas bellas para los niños. Es necesario poner en manos de nuestra niñez las maravillosas e ingentes concitaciones e nuestro glorioso  y legendario pasado, para sembrar en su corazón y en su cerebro el amor por lo lares nativos como fundamento del amor a la patria.

martes, 16 de agosto de 2016

¿Qué es el folklore? José María Arguedas

 Artículo de José María Arguedas, publicado en Cultura y Pueblo 

José María Arguedas y danzantes de tijeras
Como la palabra Folklore es usada por mucha gente (la vemos escrita en todos los periódicos, la oímos en la voz de los locutores de radio y televisión, de los animadores de los programas de "coliseos" destinados especialmente a presentar programas folklóricos durante los días domingos), hemos pensado que conviene ofrecer en unos breves artículos el significado de este vocablo. Creemos que con estas informaciones el público podrá juzgar mejor la música, los bailes y otras manifestaciones artísticas populares que se le ofrecen como folklóricos.

La palabra Folklore la inventó hace exactamente 117 años un profesor inglés que se dedicaba a estudiar las antigüedades de los pueblos. Se llamaba este señor William J. Thoms. Formó la palabra uniendo dos voces en una: folk, que significa pueblo, y lore, que quiere decir, conocimiento, sabiduría. La nueva palabra fue empleada por el señor Thoms para nombrar una nueva ciencia que estudiaría "el saber tradicional de las clases populares de las naciones civilizadas". Conviene que se recuerde bien y se tenga en cuenta, que el autor de la palabra afirmaba, con precisión, que el Folklore estudiaría únicamente el "saber tradicional de las clases populares"... Saber tradicional es el que se aprende mediante la explicación oral irre­gular, distinta al que imparten los maestros en las escuelas. 

Llamamos explicación oral irregular a la manera cómo los padres y las personas mayores, quienes no han recibido una instrucción escolar suficiente o que son analfabetos, explican de viva voz a un niño o a un joven, en cualquier momento del día, mientras cumplen sus ocupaciones, cómo deben y pueden hacerse ciertas cosas (por ejemplo, de qué manera se fabrica una olla o una manta; cómo se siembran las plantas comestibles; cómo se fabrica un instrumento musical, etc.), de qué modo debe portarse el hombre delante de sus semejantes, según las diversas circunstancias u oportunidades en que se encuentra (en un cumpleaños, en un velorio, en una boda, en una ceremonia religiosa o cívica, en una fiesta, etc.), y cuál es el origen de todas las cosas: quién hizo al ser humanó y a los animales, por qué llueve, por qué cae un rayo, por qué brota el agua de las montañas, por qué hay nieve en las grandes alturas, por qué hay enfermedades y muerte, etc.

Lo más seguro es que muchas de estas explicaciones sean diferentes a las que la ciencia humana ha comprobado: así, en nuestro país, los indios dirán a sus hijos que la montaña es un dios porque de ella sale el agua de los manantiales, agua que alimenta a los seres humanos, a los animales y a las plantas, a los gusanos y a las aves de diversos colores o de muy bello canto. Dirán también nuestros indios que el río es un dios, que un cóndor es la figura con que el dios-montaña se presenta ante los ojos humanos, etc. Contarán, asimismo, a sus hijos muchas historias que explican de qué modo un Ser, de poderes divinos, enseñó al hombre a fabricar sus casas y sus utensilios, cómo le enseñó a sembrar las plantas, y por qué motivo apareció la muerte. Esta sabiduría tradicional, que sobrevive en el pueblo iletrado de las "naciones civilizadas", es la que estudia el Folklore, según el creador de la palabra y conforme una gran parte de los folkloristas actuales. Hemos dicho que es una forma de sabiduría que sobrevive en las naciones civilizadas, porque sólo una parte, muy pequeña, de los habitantes de esas naciones civilizadas mantiene todavía el saber tradicional: la mayoría ha estudiado en los centros oficiales de instrucción y domina el conocimiento científico, aprendido en largos años de estudios gracias a las ciencias que explican experimental y racionalmente, las causas y los efectos de las cosas que existen en el Universo. En los pueblos que no tienen escuelas ni colegios (gentes que viven en pueblos de la selva o en aldeas de indios en el Ande) explican el origen de las cosas que existen mediante historias de dioses. A este modo de interpretar el origen de las cosas se llama mito. Así ha comenzado en todos los pueblos de la tierra la explicación del por qué el mundo es como se presenta a nuestros ojos Y por qué los hombres somos de éste o de otro modo. Por tal razón afirmamos que el Folklore es el conocimiento tradicional (y no científico) de las cosas y el ser humano.

Según la definición tradicional del Folklore, éste no puede existir sino en los pueblos que tienen dos clases de habitantes (según su grado de conocimiento del mundo y su habilidad para fabricar cosas útiles): una capa "superior", la que ha estudiado en colegios y universidades, y que posee el conocimiento científico; y, otra, una capa "inferior", denominada "pueblo" (lore), que sólo domina el conocimiento tradicional.

Pongamos un ejemplo que nos haga entender más claramente esta diferencia: el "pueblo" inventa "al oído" la música que canta y con la cual baila; la gente "civilizada" (el artista) inventa su música después de haber estudiado durante diez o más años en una escuela especial (Conservatorio de Música, por ejemplo), y para perpetuar esta música tiene que escribirla; y, quien quiera tocarla debe interpretar su escritura y, además, para manejar bien el instrumento con el que toque la música tiene que aprender la técnica indispensable.

Sin embargo, la definición de Folklore para muchos estudiosos científicos es ya anticuada, porque, en Europa, otra ciencia ha venido estudiando los pueblos en los que predomina elsaber tradicional: es decir, en los qué no existe otra forma de conocimiento que el tradicional o folklórico. Por ejemplo, a nuestras tribus amazónicas y a nuestros pueblos analfabetos de habla quechua los estudiaba la Etnología y no el Folklore, pues no se puede distinguir claramente en ellos las capas "superiores" o "inferiores" de que hemos hablado. 

Los estudiosos europeos consideraron durante mucho tiempo como "inferiores" a los pueblos que no saben leer y escribir y que transmiten sus conocimientos oralmente o "por boca". En la actualidad, la Etnología, conforme la opinión de la mayor parte de científicos que estudian el ser humano (antropólogos), se ocupa no sólo de los hombres "primitivos" o no "civilizados", sino del modo de ser especial de cada pueblo, cualquiera que sea su grado de desarrollo intelectual y su habilidad para hacer las cosas útiles. Por eso, el Folklore para tales científicos modernos estudia únicamente los cantos, las leyendas, los cuentos, las danzas y la música que se transmiten mediante la palabra, de oído a oído, de generación en generación, y no gracias al aprendizaje en escuelas, colegios y universidades.

El Folklore estudia, de modo general, las.artes tradicionales de cualquier pueblo; y, muy particularmente, sus cuentos, leyendas, danzas y canciones.

En el próximo número de nuestra revista vamos a analizar con más cuidado la diferencia que existe entre el Folklore a la antigua y el Folklore a la moderna. Pero, antes de terminar, es necesario que advirtamos que el Folklore, como ciencia, no se puede aprender sino en las Universidades e Institutos especiales, mientras que la sabiduría folklórica no puede aprenderse sino tradicionalmente; de viva voz, "por boca", por explicación oral, por imitación. El folklore es el arte del pueblo. El Folklore, así con mayúscula, es la ciencia que estudia ese arte popular. Y dicha ciencia, como tal, es difícil de aprender, tanto como la Filosofía, la Historia y la Física. Ya veremos por qué razones,

domingo, 7 de agosto de 2016

Escuela Normal anexa al Colegio San Carlos

Ha quedado en el olvido que el Glorioso Colegio San Carlos de Puno, albergó entre los años 1925 y 1937, una Sección Normal para la formación de maestros de niños indígenas. A continuación presentamos algunos extractos del capítulo dedicado a esta experiencia en el libro "Historia de la Educación en Puno de José Portugal Catacora:
La Sección Normal para la preparación de maestros de niños indígenas, anexa al Colegio San Carlos, se creó por Resolución Suprema Nº 597 del 14 de Mayo de 1925 du­rante el Gobierno de Augusto B. Leguía. La iniciativa de su creación le correspondió al maestro Humberto Luna.
De sus aulas egresaron maestros dotados de una actitud vertical y progresista que alcanzaron gran prestigio profesional y cultural, como Emilio Vásquez, escritor y poeta; además de ser un gran educador que llegó hasta la cátedra universitaria y el Ministerio de Educación, además de ser autor de varios libros; Raúl Bue­no que también llegó a ser funcionario, como Coordinador de los Núcleos Escolares Campesinos e inspector de Educación; Francisco Deza Galindo que además de realizar  una excelente tarea en la Brigada de Culturización, incursionó en la política y llegó a ser Senador, Néstor Molina Galindo, quien llegó a ser funcionario y un extraordinario músico dedicado a la captación de motivos folclóricos; Castor Vera  músico autor de muchas captaciones folclóricas y Director de Conjunto; Ricardo García, profesor primario y de la Escuela Normal.

Contaba con una sección de aplicación o de práctica docente con niños auténticamente indígenas, procedentes de las comunidades aledañas a la ciudad de Puno, como el legendario Laicakota, Azoguini, Yuraj Urko, etc., a cargo de Humberto Paca, un maestro egresado de la propia Escuela Normal a quien hemos mencionado entre sus alumnos brillantes.
La presencia de niños indígenas, permi­tió realizar una práctica real y concitó sentimientos de compromiso con la liberación de la raza indígena, marginada a pe­sar de sus elevadas cualidades culturales y su capacidad para el estudio y el aprendizaje.
Cuando alguna vez se escriba la Historia de la Edu­cación Peruana, la Escuela Normal de Puno deberá ocupar un capítulo importante porque de sus aulas egresaron verdaderos pioneros de la Educación Rural en el Perú.
El liderazgo de Luna, Palacios y Rivarola o la capacidad y actitud ejemplar de Torres Luna o Valencia, lograron imprimir a los egresados de esta pequeña Escuela Normal una fuerza espiritual de altas proyecciones, pues todas las innovaciones educacionales que se han producido en Puno posteriormente, son obra indudable de los normalistas de la Sección Normal de San Carlos.

Cada lección que transferían los maestros a sus discípulos, estaba impregnada de una fuerza espiritual que hablaba a la vocación docente y a la responsabilidad  con un lenguaje emocional y una penetración humana que generó raíces profundas en la actitud de los futuros educadores del niño indio.
Por eso la Normal fue un semillero de inquietudes estudiantiles pues, generaciones de estudiantes formaron grupos compactos de inquietud cultural y editaron revistas, como el boletín de la Escuela normal, El Carolino Normalista y la Revista del Grupo Kolla.
Los maestros egresados de sus aulas demostraron una capacidad creadora que se  objetivó en múltiples experiencias pedagógicas, realizadas u­nas con el auspicio del Estado y otras por propia inicia­tiva, al margen de las directivas del Ministerio y más bien en franca oposición al espíritu conservador que por siempre ha revelado el Ministerio de Educación.

Anécdotas de la Escuela Normal del Colegio San Carlos

sábado, 6 de agosto de 2016

Aniversario del Glorioso Colegio San Carlos

En la foto, la plana directiva y docente del Glorioso Colegio San Carlos de Puno, fundado por el Libertador Simón Bolivar. La foto debe ser de finales de los años 30 del siglo pasado, cuando José Portugal Catacora tenía algunos años de profesor en el Colegio, al cual ingresó a enseñar en 1936 y se quedó hasta 1945.

En la foto: Posiblemente Julio Francisco Vizcarra (Director 1938-1943),
Francisco Deza Galindo, José Portugal Catacora, Carlos Rubina Burgos.

lunes, 1 de agosto de 2016

Sikuris Barrio Mañazo


La variedad, calidad y cantidad de las melodías que han fluido a través de los tiempos, simboliza el genio creador de los músicos nativos desconocidos, porque todo lo nativo es desconocido. En síntesis de juicio, el sicuri es la danza que mejor traduce el espíritu del hombre aymara del altiplano. José Portugal Catacora.