Desde el Qenqo, lugar
situado en las orillas occidentales del lago, en el que aún se conservan
vestigios, cumplieron la misión de devolver a los hombres la paz y el progreso
mediante la educación por el trabajo.
Manco enseño a los nombres a cultivar la tierra, criar animales y
construir; casas. Y su consorte, enseño a las mujeres a cocinar y a criar hijos
y todas las demás habilidades domesticas.
Esto de enseñar
conlleva práctica pedagógica, y en esencia mecanismo educativo. Por tanto,
Manco Cápac y Mama OcIlo, fueron los más grandes educadores de América de
aquellos tiempos, los creadores de un sistema social masivo de educación, en la
que la vida social era una vasta escuela y todos en la medida de su condición
eran educadores.
Es el único caso en
la historia de los pueblos del mundo, en que una pareja de seres, hombre y
mujer realizan la proeza de fundar juntos un imperio y educar a los pueblos. En todos
los pueblos del mundo la mujer y el nombre se han presentado siempre en
distintos planos.
Una horda selvícola vino a turbar la paz del pueblo de Mayco Qapa que después de cometer latrocinios huyeron hacia el norte siendo perseguidos por Mayco con la cooperación de Ashuanqari. Ambos encontraron a la horda después de atravesar el Vilcanota, cuando estaban atacando a los naturales del valle del Huatanay. Los atacaron y los redujeron. Los naturales rindieron homenaje de gratitud a sus salvadores y acordaron unirse para vivir juntos en ese valle feraz. Mayco Qapa fue designado como jefe de las tribus unidas. Y así nació el Imperio de los Incas".
(Extractos de "Historia de la Educación en Puno", de José Portugal Catacora)
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