domingo, 31 de enero de 2021

Pensamiento peruano del siglo XX: INTELECTUALES DE ENTRE GUERRAS

 DIARIO EL PERUANO 27/01/2021 José Antonio Vadillo Vila

Exposición virtual documental del Proyecto Especial Bicentenario presenta el aporte de 21 hombres y mujeres de la cultura y las ideas, que surgieron en las décadas del veinte y treinta del siglo pasado.

1. Amauta, la revista que en 1926 fundó José Carlos Mariátegui, fue nuestro buque insignia de las ideas y de las artes en el siglo XX.  

Un gran número de sus portadas fueron elaboradas por José Sabogal. Mas el trabajo del pintor cajabambino tiende a dejar de lado el legado de su esposa, María Wiesse (1894-1964), quien cultivó casi todos los géneros literarios, el cine y la música.

Si bien Sabogal fue figura principal de la corriente indigenista en la plástica nacional, otro nombre no menos importante en esta corriente es el de Julia Codesido (1883-1979), que integró el primer grupo de mujeres que llegó a estudiar a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Dora Mayer (1868-1959) es considerada la precursora del indigenismo junto con Pedro Zulen.

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Hace un siglo –y quizá un poco menos– ser “hija de”, “esposa de”, “alumna de” ensombrecía el trabajo intelectual y artístico de ellas. Por ello, existen muchos casos de mujeres que se quedaron solteras para poder mantener su independencia a fin de actuar u opinar y no estar subyugadas a un marido.

Se ha encumbrado la imagen de Julio C. Tello, padre de la Arqueología peruana, pero se dejó en las sombras para el gran público el trabajo de su discípula, Rebeca Carrión Cachot (1906-1960), estudiosa de las culturas Paracas y Chavín.

Ahora, con el viento en popa de la literatura infantil, se habla de la primera escritora de este género, Cota Carvallo (1909-1980), polifacética artista, poeta, compositora; ella fue la esposa del crítico literario y escritor Estuardo Núñez.

2. Anita Tavera y Carlos Maza, por encargo del Proyecto Especial Bicentenario (PEB), tuvieron la curaduría de la exposición virtual “21 intelectuales peruanos del siglo XX”.

Su reto fue presentar un abanico de 21 personalidades del Perú contemporáneo y, como un gesto de pluralidad, desafiarse y presentar una muestra con paridad de género: el legado de 11 mujeres y 10 hombres. “Fue necesario porque algunas de ellas sembraron decididamente la equidad”, explican.

De esta manera, la muestra no se queda en los nombres de siempre. Presenta a mujeres intelectuales que, en ese contexto, fueron pioneras en las luchas femeninas, con una gran actividad política en el Perú y el extranjero.

Es el caso de Angélica Palma (1878-1935), periodista, poeta, editora de la obra de su padre, Ricardo Palma. Se trató de una de las primeras feministas más populares de su tiempo.

Se acaban de reeditar dos de las novelas de Rosa Arciniega (1909-1999), fémina de izquierda, muy activa del ambiente cultural en Madrid, escritora de narrativa fantástica. Las investigaciones señalan que también fue de las primeras aviadoras y la primera peruana acreditada como agregada cultural ante un gobierno extranjero.

Una de las más activas en la política y las letras fue la poeta vanguardista Magda Portal (1900-1989). Luego de fundar el APRA, junto con Víctor Raúl Haya de la Torre, se aleja por cuestiones ideológicas y se convertiría en voz principal del feminismo militante en el país. En el plano editorial, Portal será fundadora del Fondo de Cultura Económica filial Perú. La doctora en Ciencias Laura Meneses del Carpio (1894-1973) desarrollaría un papel importante en la política cubana.

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Cuando se le pregunta sobre la presencia de intelectuales de provincias de esos años, el curador Carlos Maza recuerda que a inicios del XX, “Lima era el epicentro vida intelectual, de una manera casi absoluta”. Sin embargo, se ha tratado de representar en la exposición a autores de distintas partes del país. La mayoría son autores nacidos en la costa, un porcentaje menor en la sierra y solo un representante de la Amazonía: la abogada, sindicalista y feminista moyobambina Miguelina Acosta Cárdenas (1887-1933).

La intención original de los curadores fue plantear una exposición virtual que cubriera el período entre las dos guerras mundiales, cuando se dio una efervescencia de las vanguardias en el mundo, la República de Weimar, el Gobierno mexicano moderno que surge en los veinte y las reformas educativas en Argentina, que impactan en el país. Además, presentar el papel relevante que tuvieron las 21 personalidades para instituciones académicas como Bellas Artes o la Universidad de San Marcos.

Carlos Maza recuerda que algunos de estos intelectuales morirán muy jóvenes, caso de Vallejo o Mariátegui, y no podrán ser testigos de las transformaciones del Perú y el mundo, mientras que otros, como Arciniega, Meneses, Portal o Codesido, serán longevos y testigos de esos cambios que se iniciaron en los años veinte y treinta.

En el caso de los autores andinos, con Arguedas hay otra figura que desarrolló su actividad entre la literatura y la pedagogía, el puneño José Portugal Catacora (1911-1998), una figura vital a la hora de hablar de la educación rural en el país. Tanto Arguedas como Portugal se formaron bajo la influencia de Mariátegui.

Trabajo de investigación

La curadora Anita Tavera cuenta que la investigación en tiempos de pandemia fue complicada. Sin embargo, la reapertura de la Sala de Investigadores de la Biblioteca Nacional del Perú fue vital para esta empresa. Se apoyaron también en imágenes del Museo de Arte de Lima, fuentes documentales del Archivo José Carlos Mariátegui y el Instituto Riva Agüero, entre otros, ayudaron al trabajo curatorial. También investigaciones previas de la Casa de la Literatura Peruana. Algunas familias, como las de José Sabogal y Cota Carvallo, facilitaron material.


martes, 26 de enero de 2021

JOSE PORTUGAL CATACORA

BREVE BIOGRAFIA

 Aquí el breve texto biográfico de la página web Los 21 intelectuales del Bicentenario. Pueden ver información completa en el siguiente enlace:

https://contenidoweb3.com/joseportugalcatacora/#video

"Bajo la influencia transformadora de la vanguardia puneña del Boletín Titikaka, y con las herramientas de la formación normalista impulsada por el educador José Antonio Encinas, José Portugal Catacora, maestro rural, emprendió una de las experiencias educativas más exitosas en la historia de la educación en el Perú; una experiencia de vinculación entre la formación y la producción, inspirada por la dignidad, el respeto y la conservación de las tradiciones locales, y la confianza en la educación para la solución de los problemas de la sociedad.

Nació en Ácora, Puno, a orillas del Titicaca, y estudió la educación básica en Puno. Se formó como maestro en la Normal anexa al Glorioso Colegio San Carlos de Puno, que fue fundado por decreto de Bolívar en 1825. Hacia 1945 sus estudios habían llegado al nombramiento de Normalista de Primera Categoría. Carlos Escalante informa que “participó en la conferencia de Educación Rural de Perú y Bolivia, en Huarizata, Bolivia… donde se firmó el convenio para la Organización de los Núcleos Escolares Campesinos, en cuya implementación colaboró decididamente”. En 1947 fue nombrado director del Instituto Experimental de Educación de Puno, donde permaneció hasta 1958 y donde emprendió su sorprendente proyecto de educación de vanguardia. Utilizaba el “Sistema de Organización Escolar por Niveles de Madurez del Aprendizaje” acuñado por Encinas, que buscaba la formación integral de los educandos. En 1957, casi al finalizar su gestión en el Instituto, presentó la experiencia en Lima, en la Escuela Normal Superior de La Cantuta, hoy Universidad Nacional de Educación.

Culminada la experiencia en el Instituto, Portugal Catacora siguió su carrera en otras áreas del sistema educativo, dedicado a tareas de planeación y representación. Viajó a distintos países llevando la experiencia peruana, y trayendo de regreso un diálogo con otros países que alimentó el proyecto educativo nacional. Fue un embajador del diálogo, un constructor de relaciones, un articulador de mundos. Alcanzó su jubilación en 1967 pero siguió cerca de sus colegios y sus alumnos durante muchos años más, hasta su fallecimiento 30 años después en 1998.

Pero no sólo dedicó su energía a la docencia y la gestión: editó revistas de divulgación pedagógica como El educador andino, Puno pedagógico y Repertorio pedagógico, y escribió una serie considerable de publicaciones especializadas en educación y pedagogía, así como una obra literaria consistente en relatos, leyendas y tradiciones en los que plasmaba para sus estudiantes la visión del hombre y la mujer andinos que deseaba promover. Colaboró con Arguedas, de quien aprendió la tarea de registro y conservación de las manifestaciones culturales tradicionales y populares. En el prólogo de su Niños del Kollao (1937), Emilio Vásquez reseña: “Lo que pretende José Portugal es esto, precisamente: educar al niño de hoi en tales condiciones que mañana sea el verdadero artífice de su obra, el piloto de su destino, el Pigmalión de sus roquedales y el Proteo multíplice de su alma”.




lunes, 25 de enero de 2021

JOSE PORTUGAL CATACORA, INTELECTUAL DEL BICENTENARIO

Dos cosas hacían sentir orgulloso a mi padre, haber nacido en Puno y ser Maestro. Y a ellas dedicó su vida y su producción en los campos de la literatura, educación, el folklore y a su labor en las escuelas del altiplano. Que bueno que hoy se le reconozca considerándolo como uno de los 21 intelectuales peruanos del siglo XX.

Pero, no se trata de un reconocimiento sólo personal, sino que involucra a los maestros puneños de aquellos tiempos y también de éstos difíciles tiempos. Entre ellos José Antonio Encinas, de quien fue discípulo, y el gran maestro indigenista don Julián Palacios Ríos, como también a sus compañeros de generación María Asunción Galindo, Mercedes Bueno Morales, Alfredo Macedo Arguedas, José Patrón, Raúl Bueno, Alberto Paniagua, Francisco Deza entre otros. ,

En los últimos años la labor de José Portugal Catacora ha sido resaltada por diversas instituciones como la Universidad Nacional del Altiplano que publicó algunos de sus libros más importantes, la Casa de la Literatura que le reconoció como pionero de la literatura infantil ilustrada, el Instituto Americano de Arte de Puno, el Foro Educativo, el Club Brisas del Titicaca y su querida escuela el IEP José Portugal Catacora. A ellas va nuestro agradecimiento, como también a los intelectuales y escritores que mostraron su vigencia; gracias también a los familiares, amigos, paisanos y todas las personas que lo han leído o simplemente asistido a los eventos y actividades, contribuyendo también de manera importante.

Carlos Portugal Mendoza