Churata en Warisata (Foto tomada del artículo de Arturo Vilchis C.) |
(Extracto de "Historia de la Educación en Puno" sobre la importante experiencia de educación indígena de Huarizata, que floreció entre los años 1931 y 1940. Fue visitada por Gamaliel Churata (1933 y otros años) y Encinas (1939) y en 1945 fue sede de la reunión técnica entre maestros bolivianos y peruanos que organizó los Núcleos Escolares Campesinos)
Puede considerarse el caso de Huarizata, en Bolivia,
como un caso prócer de la nueva
educación rural en América Latina por
sus objetivos y por su orientación,
diríamos también por la participación de la comunidad en el funcionamiento de
la Escuela.
Pues, gracias a su fundador, don Edgardo Pérez,
maestro rural de gran visión y que con justicia llegó a ser ministro de
Educación en su país más tarde, se
levantó la escuela indígena de Huarizata al norte de la Paz, hacia las montañas
de Sorata, no muy lejos del lago Titicaca y si más bien cerca de Huarina, el
pueblito que meciera la cuna del General Santa Cruz, el que intento unificar
Bolivia con el Perú bajo la bandera de la Confederación.
En la arquitectura de esa escuela, podía advertirse
a primera vista la piedra que diera perennidad a Tiahuanaco, el adobe, que
retrataba la realidad campesina contemporánea y los cuadros murales que graficaban el
porvenir de estos pueblos, pintados por Manolo Fuentes Lira, pintor peruano
nacido en Cuzco.
Daba la impresión real de un verdadero movimiento,
pues era la única gran casa de dos pisos sobre la amplia y fría escarpa del Altiplano,
ya que las cabañas habitacionales de los campesinos eran apenas diminutas y
deleznables chujllas, esparcidas por aquí y por allá, como unos enanos en
torno al gigantesco local de Huarizata. Y Huarizata fue levantado por los
músculos indígenas, no con fuerzas y
materiales extranjeros.
La Escuela de Huarizata reunía niños, hombres y ancianos
de ambos sexos. Pero destacaba una innovación social con la participación de los
hombres maduros constituidos en el Consejo de Ancianos, ayudando a los maestros en
la educación de sus hijos y sus nietos; aun más, resolviendo los problemas que
el funcionamiento de la escuela planteaba.
La Escuela
de Huarizata, la gran escuela influyó sobre otras escuelas de la zona y se
estableció un primer anexo espontáneo, natural e informal que luego se
sistematizó para señalar las escuelas que debían depender de ella, formando un
grupo de número definido de relaciones pedagógicas y administrativas, así como
sociales. El único defecto que
advertimos fue que las escuelas dependientes
se ubicaban a distancias poco prácticas, a algunas había que llegar hasta en dos
días, lo cual era indudablemente una dificultad que le restaba eficacia.
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