Reunión de Ministros de Educación de Perú y Bolivia acordando la creación de los Núcleos Escolares - 1945 En la foto, el ministro Luis E. Valcárcel y Julián Palacios Ríos |
(En su libro "Historia de la Educación en Puno" José Portugal Catacora, dedica un capítulo a los Núcleos Escolares Campesino, singular experiencia educativa binacional de Perú y Bolivia fundada en 1945 y considerada un hito muy importante en la historia de la educación latino americana. Algunas de las características que tuvieron los Núcleos fueron adelantadas por Portugal Catacora en "La Escuela Andina del Porvenir" que, con prólogo de José Antonio Encinas, publicó en 1943. A continuación presentamos extractos de dicho capítulo, a través de los cuales puede verse la gran influencia de los maestros puneños, en especial de Julián Palacios Rios, en el diseño del modelo de los Núcleos. También pueden verse las referencias autobiográficas de Portugal Catacora en ese mismo sentido en En los Núcleos Escolares Campesinos)
Durante los años cuarenta don José Luis Bustamante y Rivero ejercía el
cargo de embajador del Perú en Bolivia con sede en la ciudad de la Paz. Por
esta razón, este eminente político y hombre de gran calidad para comprender el
manejo del pasado y amplia visión del porvenir, cruzó varias veces el Altiplano
y al observar las características culturales comunes del poblador de esta zona
concibió la idea de emprender un solo proceso de desarrollo cultural del nombre
del Altiplano y consecuentemente su redención política y económica.
La reunión
de Ministros en Arequipa
Para poner
en marcha su proyecto, el Dr. Bustamante invitó el gobierno de Bolivia encabezado por el General
Villarroel, a fin de que los ministros
de Educación de ambos países estudiaran su proyecto. La
invitación fue aceptada y la reunión se llevó a efecto en los primeros días del
mes de Noviembre del mismo año de 1945, en la ciudad de Arequipa.
En aquella
reunión representó al Perú el Dr. Luis E. Valcarcel y a Bolivia el mayor Jorge Calero. El primero
asesorado por los educadores rurales Julián Palacios Ríos y Leopoldo Astete Maraví y
al segundo Rafael Riveros y Ernesto Maes, éste último jefe del servicio
cooperativo boliviano – norteamericano. El que glosa este estudio tuvo también la oportunidad de asistir a la citada
reunión.
La reunión
duró solamente dos días, pero de intenso trabajo. En aquellos dos históricos
días quedó establecida la filosofía de la nueva educación rural, en un
documento que ambos países firmaron y que se conoce con el nombre de Convenio
de Arequipa.
La reunión
de Arequipa debe considerarse como el paso precursor del pacto andino o del
entendimiento de los países bolivianos. Pues por primera vez dos países aunaron
esfuerzos para buscar la solución de un problema que les era común como
muchos problemas de América Latina son
comunes ante la agresión de los países imperialistas.
Principios acordados en Arequipa:
1. "Consideran el problema indígena
como un problema de Estado de carácter social-económico, sanitario, vial,
agrario, educacional, jurídico, etc., a cuya solución tienen que concurrir con
sus mejores esfuerzos, todos los Organismos de estado- de ambas
repúblicas. Este principio plantea el
sentido jurídico de que la transculturación del aborigen no es un problema
exclusivamente pedagógico, sino múltiple.
2. "Consideran que el indio no debe ser incorporado á
la vida civilizada, como es principio aceptado por la generalidad de las entidades
que tratan este problema; que es la civilización occidental la que debe
incorporarse a la vida del indio, respetando y enriqueciendo las grandes
virtudes de este grupo humano que ha contribuido con brillo a la cultura
universal". Este principio es, indudablemente, el que le confiere un nuevo
giro al proceso de la educación del campesino americano los pueblos que tienen el mayor porcentaje de
aborígenes en su estadística, ya que con el pretexto de civilizarlo se le había
pretendido imponer una serie de normas de vida contra producentes y lesivos
para la cultura nativa; en cambio esta concepción determina que hay que llevar
al campesino las ganancias de la civilización, sin atentar contra sus
modalidades culturales, como el caso de las leguas.
3. "Debiendo dedicar su
máxima atención inmediata al aspecto educativo, incrementando la obra que
vienen realizando en sus respectivos paises, las
escuelas de ambas repúblicas democráticas no se clasificarán por grupos sociales y los
establecimientos educativos del campo se denominarán simplemente
rurales." Este principio es un punto de vista precursor de la concepción de la sociedad única propuesta por
el actual gobierno revolucionario, debiendo erradicarse absolutamente el
tratamiento, en la terminología social, de la palabra indio o indígena y reemplazarse
con el término campesino.
4.
“La
educación e introducción que impartan dichas escuelas serán fundamentalmente de
carácter agropecuario para que antes que artesanos, trabajadores, para las
industrias agrícolas, ganaderas y sus derivados; sin que esto
obstaculice a los mejor dotados a realizar estudios superiores y a
desarrollar plenamente sus facultades artísticas". Este principio reconoce
la necesidad de crear-una educación funcional, es decir, en función
de las características sociales y económicas del grupo humano a que ha de
beneficiar, es decir, la realidad de que los pueblos peruanos y bolivianos son
eminentemente agrícolas y no industriales dando libertad para encauzar aspiraciones
superiores a los mejor dotados.
5.
"La
enseñanza en talleres, tales como de carpintería, mecánica, etc, se limitará a
lo estrictamente elemental como simple medio de que el escolar campesino se
habilite en algunos trabajos complementarios de su función primordial de
agricultor y ganadero." Este principio establece un vuelco objetivo a la
concepción tradicional de la enseñanza del "trabajo manual" sin
conexión con la vida real.
6.
"Consideran
que la Escuela Rural es para todos los habitantes del campo sin distinción de
edad sexo ni condición social; y que Escuela Rural debe albergar a los
pobladores rurales urgidos de la necesidad escolar tanto niños como adultos,
sean hombres o mujeres". Este principio determina que la Escuela Campesina
es una amplia escuela de comunidad, fundada en la necesidad real de que en el
Perú se debe operar sobre niños y adultos para realizar una efectiva
transculturación social.
7. “La
Escuela, Rural, propenderá por todos los medios posibles a arraigar al
campesino a su medio ambiente natal impartiéndole una educación e instrucción
orientadas a dicho fin, para evitar el despoblamiento del campo y la
congestión demográfica en las ciudades". Este principio, sentado hace 20
años, no ha sido considerado, de ahí que los centros urbanos actuales, como
Lima, están rodeados de un condón denso de barriadas provenientes del campo, como
resultado de que la escuela no les supo mostrar menos enseñar, a explotar las
ingentes riquezas que atesoran los campos reales.
8. "La
influencia de la educación debe extenderse hasta el hogar' campesino con el fin
de conseguir e mejoramiento en todos los aspectos de su vida. Este es indudablemente uno de los
principios que radicalmente orientan la educación como un proceso global que
incluye todos los ambientes en que vive el niño, especialmente aquel en que
nace y pasa sus primeros días, como el hogar”.
9. “La
instrucción y educación del campesino debe ser resultado de su propio
deseo de superación y no una imposición autoritaria; siendo el estado el
que llena la necesidad escolar sentida por los campesinos. Hasta entonces la
escuela había procedido siempre en forma autoritaria, acudiendo incluso a la
policía para matricular a los niños, como si se tratara de infractores de la
ley. Según este principio, la educación rural debe convertirse en un centro de
atracción natural del campesinado.
La reunión
de Huarizata
A
continuación, en el mes de diciembre, de acuerdo con el acta de Arequipa, se
realizó la reunión de Huarizata. Esta vez constituido por educadores o sea de elementos de nivel
técnico para planear las condiciones en que debían de establecerse los núcleos
escolares. Participaron educadores rurales, médicos, ingenieros,
representantes de cada país y miembros del Servicio Cooperativo Boliviano –
Norteamericano.
La reunión
se realizo en un ambiente de trabajo dinámico durante seis días, en los
cuales elaboramos los siguientes documentos: 1º Plan de Estudios; 2º Las
Directivas Pedagógicas; 3º El reglamento de los núcleos; y 4º Un pliego de
recomendaciones para los gobiernos de Perú y Bolivia.
El Reglamento de los Núcleos Escolares Campesinos
aprobado en los últimos trámites
comprendía cinco capítulos y veinte artículos, Aquí cabe recordar que don
Elizardo Pérez, educador boliviano presentó un reglamento de más de cien
artículos. Este no se aceptó por haberse elaborado específicamente para el caso
de Bolivia. En cambio el proyecto presentado por el
profesor Astete y el que ha escrito este texto, por su sintetismo aplicable a
las dos situaciones, fue aceptado.
En el Reglamento elaborado en Huarizata se
precisaron los siguientes
objetivos concretos para los Núcleos Escolares campesinos.
1.
“Elevar
la cultura del aborigen hacia un nivel superior de vida" de tal manera que
se haga de él un nombre libre de toda acción esclavista de que era objeto.
2.
"Poner
al servicio del campesinado los beneficios alcanzados por la civilización
actual" de manera que supere sus costumbres primitivas de vida y actúen
como un hombre civilizado por sus derechos como por sus deberes.
3. "Capacitarlo
en las prácticas agropecuarias” Industrias rurales, que le permitan
el dominio y explotación de la naturaleza mediante el trabajo
organizado" de manera que adquiera capacidad para utilizar todos los
recursos naturales de su medio para la satisfacciones de sus necesidades.
4.
"Hacer
que los beneficios de la educación alcancen al niño, al adolescente y al
adulto de ambos sexos”, es decir que la educación campesina se
desarrolle como un sistema, integral paralelo al de los medios urbanos, pero
en función de las características del medio rural.
5. "hacerle
adquirir el dominio del idioma castellano como elemento de unidad nacional y
como vehículo de la cultura", quedando sobre entendido que este
propósito debía cumplirse partiendo del idioma nativo de su grupo Humano.
6.
"Iniciar
la solución de sus problemas con criterio social" de manera que se libere
al campesino del peso aplastante de la discriminación social que con
criterio racial se la había impuesto por siglos.
7.
"Orientar
la escuela rural en el sentido de que su acción se proyecte al grupo social,
convirtiendo a este en una vasta escuela de trabajo en la comunidad". De
esta manera la escuela no se cerraba dentro de los muros, actuaba sobre la
comunidad, para ella y con la participación de ella.
8.
"Propiciar
la formación de una pedagogía nacional nueva, inspirada en la realidad y las
experiencias que se adquieran", de tal modo que de esta nueva experiencia
debían derivarlos principios en que se sustenta una doctrina y una
teoría educacional propios.
9.
"Mejorar
la organización social típica de las comunidades campesinas y exaltar
las virtudes nativas", lo cual supone que debían implantarse nuevas
normas que superen el sistema de vicia comunitario de las comunidades.
10. "Desarrollar
la conciencia de unidad nacional, orientándola hacia la confraternidad
peruano-boliviana dentro de un concepto americanista" o sea que la
escuela al crear sentimientos nacionalistas
debía crear sentimientos de americanidad.
11. "Hacer del campesino un amante de la paz social
y de la paz internacional" es decir darle a la educación una
orientación eminentemente humanista
Al
final se formuló algunas recomendaciones y votos para los gobiernos
participantes más significativos de estas recomendaciones que fueron catorce,
podemos destacar: incrementar los presupuestos de educación rural,
preparar maestros, crear fondas oficiales, atender a los servicios
nutricionales de los niños, obligar a los hacendados a contribuir en la
educación de los colonos, organizar las comunidades campesinas, intensificar la
alfabetización, establecer intercambio de maestros, estimular a los docentes
destacados y editar libros de texto escolares.
La
delegación peruana estuvo constituida por Julián Palacios, Presidente, Leopoldo
Astete Maraví, José Portugal Catacora, Asunción Galindo, Luz Díaz de Deza y
Francisco Deza Galindo. Y la
delegación boliviana más nutrida estuvo formada por Toribio Claure, presidente,
Ernesto Maes, Jorge Alcázar, Efraín Carrasco, Carlos Quiton Pérez, Ángel Chávez
Ruiz, Heriberto Guillen Pinto, Carlos Peredo y Alberto Mavia Carrasco.
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