Diablos Puneños (Foto Glave Alcazar) |
Luego pues cabe preguntar ¿esta actividad musical, es creatividad? creo que nó. Ellos son arreglistas, ya que con esa sensibilidad tan propia del puneño, no han hecho sino recoger de sus fuentes originales, supervivientes a lo largo y ancho del altiplano, el riquísimo venero de sus melodías, llámense bucólicas o pastoriles, que son innúmeras, guerreras (kachampa, taripakuy), fúnebres (el ayarachi), etc., embellecerlo con algunos giros y llevarlo al pentagrama y he aquí la música que ahora 50 años mas o menos era para el misti expresión de vulgaridad e indigna de los salones, el motivo que ya no averguenza y se toca y se baila con una emoción desbordante, porque en ella ahora, no solo el puneño, sino hasta el arequipeño que, como Lima, siempre fungió de hispanizante, reencuentra sus autenticas esencias raciales y teluricas. ¿Y por esta causa el waiño deja de ser folkor?.
Luego hay que constatar, con qué música se remata en los bailes del Club Social y del Kuntur, que otrora fueron centros de lo que petulantemente se autocalificó de la aristocracia social?. Pienso que este mismos fenómeno se ha operado con el vals y el bolero y cuantos más como el tango o la cumbia, para no citar más, aqui mismo en nuestra America. Corolario: su planeamiento, creo viene a reforzar el mio: el mestizaje racial, por el cruce de culturas, inca e hispana, traen como consecuencia lógica la expresión de un folklor mestizo, ya que sus raíces, están a flor musical vernácula, estadio musical éste que seguramente permanecerá por decenios, mientras no pase por el tamiz de la tecnica que en el arte marca lo definitorio.
Por el momento esta es mi idea. Quien sabe dentro de breve con el empeño que tengo de ahondar el tema tenga que rectificarme".
Mercedes Bueno Morales (Carta a José Portugal Catacora del 8 de noviembre de 1978).
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