Artículo de José María Arguedas, publicado en Cultura y Pueblo
José María Arguedas y danzantes de tijeras |
La palabra Folklore la inventó hace exactamente 117 años un profesor inglés que se dedicaba a estudiar las antigüedades de los pueblos. Se llamaba este señor William J. Thoms. Formó la palabra uniendo dos voces en una: folk, que significa pueblo, y lore, que quiere decir, conocimiento, sabiduría. La nueva palabra fue empleada por el señor Thoms para nombrar una nueva ciencia que estudiaría "el saber tradicional de las clases populares de las naciones civilizadas". Conviene que se recuerde bien y se tenga en cuenta, que el autor de la palabra afirmaba, con precisión, que el Folklore estudiaría únicamente el "saber tradicional de las clases populares"... Saber tradicional es el que se aprende mediante la explicación oral irregular, distinta al que imparten los maestros en las escuelas.
Llamamos explicación oral irregular a la manera cómo los padres y las personas mayores, quienes no han recibido una instrucción escolar suficiente o que son analfabetos, explican de viva voz a un niño o a un joven, en cualquier momento del día, mientras cumplen sus ocupaciones, cómo deben y pueden hacerse ciertas cosas (por ejemplo, de qué manera se fabrica una olla o una manta; cómo se siembran las plantas comestibles; cómo se fabrica un instrumento musical, etc.), de qué modo debe portarse el hombre delante de sus semejantes, según las diversas circunstancias u oportunidades en que se encuentra (en un cumpleaños, en un velorio, en una boda, en una ceremonia religiosa o cívica, en una fiesta, etc.), y cuál es el origen de todas las cosas: quién hizo al ser humanó y a los animales, por qué llueve, por qué cae un rayo, por qué brota el agua de las montañas, por qué hay nieve en las grandes alturas, por qué hay enfermedades y muerte, etc.
Llamamos explicación oral irregular a la manera cómo los padres y las personas mayores, quienes no han recibido una instrucción escolar suficiente o que son analfabetos, explican de viva voz a un niño o a un joven, en cualquier momento del día, mientras cumplen sus ocupaciones, cómo deben y pueden hacerse ciertas cosas (por ejemplo, de qué manera se fabrica una olla o una manta; cómo se siembran las plantas comestibles; cómo se fabrica un instrumento musical, etc.), de qué modo debe portarse el hombre delante de sus semejantes, según las diversas circunstancias u oportunidades en que se encuentra (en un cumpleaños, en un velorio, en una boda, en una ceremonia religiosa o cívica, en una fiesta, etc.), y cuál es el origen de todas las cosas: quién hizo al ser humanó y a los animales, por qué llueve, por qué cae un rayo, por qué brota el agua de las montañas, por qué hay nieve en las grandes alturas, por qué hay enfermedades y muerte, etc.
Lo más seguro es que muchas de estas explicaciones sean diferentes a las que la ciencia humana ha comprobado: así, en nuestro país, los indios dirán a sus hijos que la montaña es un dios porque de ella sale el agua de los manantiales, agua que alimenta a los seres humanos, a los animales y a las plantas, a los gusanos y a las aves de diversos colores o de muy bello canto. Dirán también nuestros indios que el río es un dios, que un cóndor es la figura con que el dios-montaña se presenta ante los ojos humanos, etc. Contarán, asimismo, a sus hijos muchas historias que explican de qué modo un Ser, de poderes divinos, enseñó al hombre a fabricar sus casas y sus utensilios, cómo le enseñó a sembrar las plantas, y por qué motivo apareció la muerte. Esta sabiduría tradicional, que sobrevive en el pueblo iletrado de las "naciones civilizadas", es la que estudia el Folklore, según el creador de la palabra y conforme una gran parte de los folkloristas actuales. Hemos dicho que es una forma de sabiduría que sobrevive en las naciones civilizadas, porque sólo una parte, muy pequeña, de los habitantes de esas naciones civilizadas mantiene todavía el saber tradicional: la mayoría ha estudiado en los centros oficiales de instrucción y domina el conocimiento científico, aprendido en largos años de estudios gracias a las ciencias que explican experimental y racionalmente, las causas y los efectos de las cosas que existen en el Universo. En los pueblos que no tienen escuelas ni colegios (gentes que viven en pueblos de la selva o en aldeas de indios en el Ande) explican el origen de las cosas que existen mediante historias de dioses. A este modo de interpretar el origen de las cosas se llama mito. Así ha comenzado en todos los pueblos de la tierra la explicación del por qué el mundo es como se presenta a nuestros ojos Y por qué los hombres somos de éste o de otro modo. Por tal razón afirmamos que el Folklore es el conocimiento tradicional (y no científico) de las cosas y el ser humano.
Según la definición tradicional del Folklore, éste no puede existir sino en los pueblos que tienen dos clases de habitantes (según su grado de conocimiento del mundo y su habilidad para fabricar cosas útiles): una capa "superior", la que ha estudiado en colegios y universidades, y que posee el conocimiento científico; y, otra, una capa "inferior", denominada "pueblo" (lore), que sólo domina el conocimiento tradicional.
Pongamos un ejemplo que nos haga entender más claramente esta diferencia: el "pueblo" inventa "al oído" la música que canta y con la cual baila; la gente "civilizada" (el artista) inventa su música después de haber estudiado durante diez o más años en una escuela especial (Conservatorio de Música, por ejemplo), y para perpetuar esta música tiene que escribirla; y, quien quiera tocarla debe interpretar su escritura y, además, para manejar bien el instrumento con el que toque la música tiene que aprender la técnica indispensable.
Sin embargo, la definición de Folklore para muchos estudiosos científicos es ya anticuada, porque, en Europa, otra ciencia ha venido estudiando los pueblos en los que predomina elsaber tradicional: es decir, en los qué no existe otra forma de conocimiento que el tradicional o folklórico. Por ejemplo, a nuestras tribus amazónicas y a nuestros pueblos analfabetos de habla quechua los estudiaba la Etnología y no el Folklore, pues no se puede distinguir claramente en ellos las capas "superiores" o "inferiores" de que hemos hablado.
Los estudiosos europeos consideraron durante mucho tiempo como "inferiores" a los pueblos que no saben leer y escribir y que transmiten sus conocimientos oralmente o "por boca". En la actualidad, la Etnología, conforme la opinión de la mayor parte de científicos que estudian el ser humano (antropólogos), se ocupa no sólo de los hombres "primitivos" o no "civilizados", sino del modo de ser especial de cada pueblo, cualquiera que sea su grado de desarrollo intelectual y su habilidad para hacer las cosas útiles. Por eso, el Folklore para tales científicos modernos estudia únicamente los cantos, las leyendas, los cuentos, las danzas y la música que se transmiten mediante la palabra, de oído a oído, de generación en generación, y no gracias al aprendizaje en escuelas, colegios y universidades.
Los estudiosos europeos consideraron durante mucho tiempo como "inferiores" a los pueblos que no saben leer y escribir y que transmiten sus conocimientos oralmente o "por boca". En la actualidad, la Etnología, conforme la opinión de la mayor parte de científicos que estudian el ser humano (antropólogos), se ocupa no sólo de los hombres "primitivos" o no "civilizados", sino del modo de ser especial de cada pueblo, cualquiera que sea su grado de desarrollo intelectual y su habilidad para hacer las cosas útiles. Por eso, el Folklore para tales científicos modernos estudia únicamente los cantos, las leyendas, los cuentos, las danzas y la música que se transmiten mediante la palabra, de oído a oído, de generación en generación, y no gracias al aprendizaje en escuelas, colegios y universidades.
El Folklore estudia, de modo general, las.artes tradicionales de cualquier pueblo; y, muy particularmente, sus cuentos, leyendas, danzas y canciones.
En el próximo número de nuestra revista vamos a analizar con más cuidado la diferencia que existe entre el Folklore a la antigua y el Folklore a la moderna. Pero, antes de terminar, es necesario que advirtamos que el Folklore, como ciencia, no se puede aprender sino en las Universidades e Institutos especiales, mientras que la sabiduría folklórica no puede aprenderse sino tradicionalmente; de viva voz, "por boca", por explicación oral, por imitación. El folklore es el arte del pueblo. El Folklore, así con mayúscula, es la ciencia que estudia ese arte popular. Y dicha ciencia, como tal, es difícil de aprender, tanto como la Filosofía, la Historia y la Física. Ya veremos por qué razones,
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