ACORA

Acora Puno

Foto: Colección Billihare. Acora, 1919. Manifestación a favor de Leguía


EXTRACTOS DEL LIBRO INÉDITO "LA VILLA DE ÁCORA" DE JOSÉ PORTUGAL CATACORA
(Las ilustraciones han sido añadidas al texto original)

MOTIVACIÓN


Este libro ha sido inspirado por esas fuerzas internas que nos unen a la tierra en que nacimos. I sus páginas han sido escritas con la devota actitud mística con que nuestros yatiris, los magos del Ande, ofrendan a la tierra libros dorados i de plata i con hojas de coca. Nosotros hemos hecho un libro solamente con hojas de papel, pero en sus páginas hemos puesto todo el oro i la plata que brotan del corazón i del cerebro, como devota ofrenda a la tierra nativa. JOSÉ PORTUGAL CATACORA

REMEMBRANZAS DE SU PASADO


La personalidad de un pueblo se asienta en su pasado, se objetiva en su presente i se desenvuelve en las proyecciones de su porvenir. Pasado, presente i porvenir, son tres fuerzas temporales que imprimen un sello particular a las potencialidades materiales i espirituales de todo pueblo. Indudablemente que el pasado tiene básica importancia, pero la falta de archivos i documentos, no nos permite conocer el pasado con sistematicidad. por eso hemos orientado este estudio sólo como una real i objetiva expresión de los múltiples aspectos de la vida acoreña, en la actualidad i como documento para el provenir. De su pasado histórico únicamente consigamos algunas remenbranzas que nos hablan con la elocuencia de los hechos acaecidos, de la magnifica prosapia de este pueblo.

Monumento megalítico en Acora, Puno Perú.

Etimología de su nombre


Según las noticias dejadas por Cieza de León, el nombre de Ácora deriva del vocablo accos, nombre con que ya se designaba a este pueblo a la llegada de los españoles. I también nombre de la arena en lengua quechua, elemento que existe en abundancia en los alrededores de este pueblo; pues la parte donde se encuentra el barrio nuevo parece ser un banco de arena casacajosa. Pero la región ha sido i es eminentemente aymara, ya que hoy no se encuentra en ninguna parte otra denominación en quechua que justifique su influencia. En aymara arena se traduce como Chchalla, elemento i denominación que han servido para motejar a los acoreños con el sobre nombre de Chahalla-huayaca o "talegos de arena".

Existe otra interpretación. I es la que arranca de una leyenda que recogió el malogrado maestro Alfonso Torres Luna. Según esa leyenda que la contamos en el capítulo referente a las leyendas cósmicas, la denominación ajjora, tal como la pronunciamos actualmente los nativos, el nombre de este pueblo significa picante. I es que los chunchos hospedados en Chunchulaya por Mayco Ccapa, dejarían el uso del ají como condimento en las constumbres del lugar, convirtiéndose con el tiempo en designación toponímica.

Su origen histórico

Tanto las leyendas que se cuentan de la región, con las noticias dejadas por Ludovico Bertonio, dan indicios claros de que Ácora existió desde épocas prehistóricas.

Para Jean Velar etnólogo francés los primitivos pobladores de estas regiones fueron los Uros, los hombres día. Para José María Franco Inojosa, uno de nuestros buenos arqueólogos, fueron los lupacas o lupujaqes u hombres sol. I para J. Alberto Cuentas, el autor de la "Monografía de Chucuito", fueron los Chullpas u hombres gigantes desprendidos de la raza mongólica. Así que Uros, Lupacas y Chullpas se disputan la primacía de su existencia como habitante primitivos del altiplano occidental. Más tarde se definieron en la de los aymaras i ccollas. Los ccollas Jatun y Paucar edificaron los pueblos de Jatunccolla i Paucarccolla, cuyos nombres se han perennizado hasta aquí. I los aymara Zapana i Ccari, edificaron Pumata, Lulli, Ajjora i Chucuito. De manera que Ajjora era un centro de importancia política i militar fundada por Zapana i Ccari cuando las luchas entre aymaras y ccollas por la hegemonía del altiplano. I ya existió cuando Lloque Yupanqui comenzó la conquista del Collasuyo.

De aquellas lejanías perdidas en a bruma de los tiempo pre históricos arranca el origen de Ácora.

Ruinas de Molloco (Foto de http://lugemicommunication.blogspot.com/)


Mayco Ccapa (Leyenda)

Vivía en Qenqo un gobernador activo llamado Mayco Ccapa, cuyos vasallos vivian del cultivo de la papa. Un día recibió la visita de los chunchos procedentes del Beni boliviano pidiendo protección porque los perseguía la tribu de los chiriguanos. Ayar Mayco los hospedo en Chunchulaya o quebrada de los chunchos. Allí vivieron por algún tiempo. Los chunchos usaban en su alimentación el ají. Pero cierta vez pelearon con los de la quebrada vecina. I temerosos de ser castigados huyeron dejando el lugar vacío de gente (Chusamarca) Desde entonces la constumbre de usar ají como condimento quedó en el lugar i a los que lo usaban se les llamó ajjoras que significa picante.

Mayco Ccapa persguió a Ayar Ucho que era el gobernante de los chunchos los cuales había huído hacia el norte. En el camino tuvo la ayuda de Ayar Cachi de la región de las salinas de Azángaro i ambos los persiguieron encontrándolos en el valle de Huatanay, cuando los chunchos atacaban a los del lugar cuyo jefe era Ayar Sara i que vivían del cultivo del maíz. Parece que era el iempo de los Ayar o Ayaris, los jefes llevaban palos como símbolo de gobierno. Mayco Ccapa i los suyos vencieron a Ayar Uchu, i los del lugar por gratitud los invitaron a formar una sola tribu. La propuesta fue aceptada i los cuatro tribus se unieron bajo el mandato de Mayco Ccapa i su esposa Mama Ocllo, formándose el Cuzco como base del tahuantinsuyo. 

Formación Española

Los españoles fundaron las ciudades de la sierra, especialmente a las del Altiplano, debido a dos razones: primero en lugares estraté­gicos que facilitaran el dominio de las tierras conquistadas y segundo que les permitieran la explotación de minas.

Desde el primer punto de vista, escogieron núcleos que estu­vieran poblados i se instalaron tornando las riendas del gobierno de las ciudades. De este momento se convirtieron en ciudades españolas, Paucarcolla i Atuncolla al norte i Chucuito, Acora, llave, Juli, Pomata i Yunguyo, en el sur, centros que ya tenian carácter de capitales en la región.

I desde el segundo punto de vista, las tiendas de campaña levantadas junto a las bocaminas descubiertas, pronto se convirtieron en pequeñas ciudades de tipo español. Así nacieron Pichacani i San Antonio. I así nació la ciudad de San Luis de Alva o Laicacota a cuya destrucción se fundó la actual ciudad de San Carlos de Puno, capital del departamento.

Los primeros españoles arribaron al Altiplano i en­tre ellos el religioso dominico fray Tomas de San Martín, uno de los seis audaces i aventureros frayles que vinieran a la orden de Reynaldo de Pedraza, junto con Pizarro. Aquel frayle que mas tarde fundara nuestra vieja Universidad de San Marcos, déjo establecido en Chucuito, Ácora, Ilave, Juli, Pomata i Zepita parroquias para el adoctrinamiento de los nativos, entre 1534 i 1538. De aquel entonces data la formación española de Acora.

Acora i el Virreynato de la Plata

Las tierras conquistadas por Pizarro para la corona de Espa­ña eran tan inmensamente extensas que en el reynado de Carlos V no se ponía el sol en sus dominios.

La administración política de aquellos dominios resultaba tan difícil que fue preciso desmembrar la América en varias porciones. Por esta razón se crearon el Virreynato de Nueva Granada, la Capitanía de Chile, el Virreynato de la Plata i la Audiencia de Charcas, a fin resolver el problema de las distancias.

A la creación del Virreynato de la Plata, la Intendencia de Puno pasó a formar parte de aquel virreynato i dentro de él Acora. Así Acora i la Intendnecia de Puno dependieron de Buenos Aires desde 1776, hasta 1796, durante veinte años, al cabo de los cuales se restituyeron al seno de la patria nativa.

La creación del distrito

El Congreso reunido por don José de San Martín dio forma republicana al Perú en la primera Constitución dada en 1823. Pero la divi­sión política solo pudo determinarse durante la dictadura del General don Simón Bolívar, en 1828.

Las antiguas intendencias dieron lugar a los departamentos de Lima, Ayacucho, Junín, Puno, Cuzco, Arequipa i La Libertad, con sus respectivas provincias. Puno tuvo las siguientes: Puno, Chucuito, Lampa, Huancané, Azangaro i Carabaya.

Aquella primera demarcación adoleció de serios defectos en relación a Puno. Pues los distritos de Acora, Chucuito i Pichacani, tan próximos a la ciudad de Puno resultaban dependiente de la provincia de Chucuito.

Aquellos defectos fueron observados por don Ramón Castilla cuando desempeñara la Prefectura de Puno en 1834 de modo que cuando asumió la presidencia provisoria del país, después de derrocar al presi­dente Echenique, desde el Cuzco dicto el decreto dictatorial del 2 de ma­yo de 1854, modificando la demarcación territorial de las provincias de Puno¡ según cuya modificación los distritos de Acora, Chucuito i Pichaca­ni pasaron a formar parte de la provincia de Puno.

El decreto de Castilla fue sancionado por el Congreso el 29 de diciembre de 1886 i promulgado por el mismo Castilla el 2 de enero de 1357.

Acora i la creación de Bolivia

Manuel A. Quiroga, comenta en un artículo publicado hace muchísinos años, en oportunidad del campo de aviación San Martín, en las in­mediaciones de Acora, que la idea de la creación de Bolivia, nació en el pueblo de Acora. El mariscal de Ayacucho, don José Antonio de Sucre, cum­pliendo ordenes del Libertador Bolivar, se dirigia en 1826 al Alto Perú, con el fin de reducir al general Olañeta que insistía en hacer flamear la bandera de la Madre Patria en América, al final de a primera jornada de viaje de Puno a la Paz, le tocó permanecer en Acora i allí llegó el mismo día el doctor Casimiro Olañeta, sobrino del general español, con la misión de conferenciar con el Gran Mariscal de Ayacucho.

La tradición cuenta que aquella noche histórica, al calor de una sencilla entrevista entre el general Sucre i el doctor Olañeta, surgió la idea de la creación de Bolivia separada del Perú; acontecimiento de trascendencia histórica para Bolivia i lesiva para el Perú pues no solo los hombres nacen en los pueblos pues hay naciones que nacen en ellos, i este es el caso de Bolivia que se inció o se gestó en Ácora.

El tratado de la Paz en Ácora

Fracasada la confederación Perú-Boliviana, pretendida por el general don Andrés de Santa Cruz, el gobierno nacional quedo al mando del Mariscal don Agustín Gamarra, quien aprovechando el refuerzo pedido por Ballivian, a la sazón expatriado en el Perú, organizó una expedición sobre Bolivia. Pero Ballivian entró en conversaciones con Velazco i ambos se unieron para luchar en contra de Gamarra. I fue el mismo Ballivian que en Ingaví derrotó al ejército peruano, perdiendo en el mismo campo de batalla la vida el general Gamarra. El ejército vencedor incursionó sobre nuestro territorio rápidamente, llegando hasta Puno.

La actitud de Bolivia puso en estado de alarma al País i como nos encontrábamos exhaustos por tantas luchas, el Perú opto por un arreglo pacífico, arreglo que tuvo lugar en Ácora el 7 de junio de 1842. Ese tra­tado se conoce con el nombre de Tratado de Paz de Ácora, con el que se terminaron la serie de luchas sostenidas con Bolivia, a raíz del fracaso de la confederación Perú Boliviana.

Ácora ascendida a la categoría de Villa

Ácora no solamente había logrado mantener sino incrementar sus prestigios coloniales por toda la época republicana, debido a su gran capacidad económica i a su enorme volumen demográfico.

Precisamente este volumen demográfico contribuyó en muchas oportunidades a definir la situación de candidaturas i elecciones en la provincia de Puno.

El ejemplo político ocurrió en 1908, cuando las elecciones presidenciales de don Augusto B. Leguía en su primer período: lo que motivó que el presidente antes del mes de haber asumido el mando, en los primeros días del mes de octubre dispuso que Acora fuera eregida a la categoría de Villa.

Tradición patriótica

Todos los pueblos del Perú, grandes i pequeños, cuentan con tradiciones vinculadas con los más ascendrados sentimientos patrióticos, sentimientos que se gestaron al calor de los sufrimientos coloniales, to­maron espíritu de cuerpo con las luchas  de la independencia i se consoli­daron en el curso de nuestra vida republicana, objetivándose en muchos hechos de gallarda memoria.

Pero la historia del Perú solo nos habla de acontecimientos que ocurrieron en las grandes ciudades i con los grandes hombres. Los que ocurrieron en los pueblos pequeños i con los nombres sin prosapia política o militar, permanecen ignorados a la manera del heroísmo del sol­dado desconocido. Recogerlos en las paginas de un libro es hacer justicia a nuestros abuelos i es sembrar en el cerebro i en el de las nuevas generaciones bellas concitaciones de la emoción patriótica que buena falta nos hace.

Pues Ácora cuenta también con magníficas tradiciones patrióticas que la palabra consuetudinaria ha sabido.                                                                                      

Ácora compra el título de Villa Coronada

Ácora habia alcanzado en el siglo XVIII la nota más culmi­nante de su desarrollo económico i social llegando a ser un pueblo flore­ciente i progresista digno de mejor suerte política.

Pero ayer como hoy, los hombres i los pueblos no siempre eran reconocidos en sus méritos intrínsecos. Esta era la situación de Acora a mediados del siglo XVIII. Por entonces, allá por los años 1760 al 70 vivía en Acora doña Isidora Catacora, personaje principal del tronco de la familia de los caciques fundadores del pueblo, mujer de temple de acero como diría el tradicionista Ricardo Palma.

Esta mujer de hombruna estirpe, de las que hubo muchas en la historia del Perú, como la Libertadora Doña Manuelita Saenz, la Mariscala doña Pancha Zubiaga, la mano derecha de Tupac Amaru Micaela Bastidas, la heroica María Parado de Bellido, la paria Flora Tristan, un día decidió convertir sus joyas i dinero en un pergamino para su pueblo; reunió 70,000 pesos i se los mandó al Rey de España como precio del título de Villa Coronada que exigió para su tierra natal. El rey le otorgó tal título, hoy caso olvidado por sus hijos.                

Acora i la Confederación Perú Boliviana

Una vez organizada la Confederación Perú Boliviana i dividido el Perú en dos estados, el Centro i el Norte, el pueblo peruano se dio cuenta de lo lesivo que resultaba para la unidad nacional, aquella divi­sión. I por entonces surgieron brotes de descontento patriótico por do­quier. Muchos de estos brotes fueron aplastados por las fuerzas del gene­ral Santa Cruz, el autor i propulsor de la confederación. Una de sus vic­timas fue el general Salaverry, fusilado en Arequipa. El Mariscal Gamarra personificó aquel movimiento restaurador de la unidad nacional i con él estuvieron los mejores soldados patriotas de aquel entonces, entre los que se contaba el general Ramón Castilla.

Castilla se constituyó en Puno para organizar las fuerzas que debían contribuir a la expulsión de Santa Cruz i personalmente estuvo en Acora donde reunió una cantidad considerable de soldados voluntarios con los que se organizó el Batallón Puno. I con este batallón marchó a Tacna para combatir a Santa Cruz.

La actitud del pueblo ácoreño en aquella gesta de devolver a la Patria el patrimonio de su integridad fue un ejemplo inmarcesible de patriotismo.

Acora i la guerra con Chile

Una vez declarada la guerra con Chile, la ciudadanía de los pueblos del Sur se prestaron a defender la honra nacional, en actitud resueltamente patriótica. Esta actitud que siempre es intensamente fer­vorosa en los pueblos de la frontera, tuvo especiales contornos en Puno, donde su juventud acudió en masa a los cuarteles, ofreciendo el contingente de su vida para la defensa del país. De esta manera se formaron los ba­tallones Puno y Zepita. Varias compañías del batallón Puno fueron integra­das por voluntarios de Acora, con quienes aportó este pueblo al sostenimiento de la infausta guerra con Chile. Estos batallones marcharon a guarnecer los territorios en peligro de Tarapaca i Tacna. I ellos fueron los que en San Francisco, Tarapaca, Arica, i Tacna ofrendaron sus vidas con verdadera dignidad militar.

Acora i la coalición del 95

Cuando después de la muerte del coronel don Remigio Morales Bermudez, el general don Andrés Avelino Cáceres pretendió llegar a la presidencia por segunda vez, conculcando la libertad eleccionaria en detrimento de otros partidos políticos i de otros candidatos, se produjo la coalición de estos partidos, en contra de Cáceres, quien apenas duró en el gobiernos unos pocos meses. Aunque la opinión popular fue arrastrada hacia la coalición, cuyo jefe era don Nicolás de Pierola, no faltaron pue­blos de le república que estuvieron a favor de Cáceres, entro estos se perfiló Acora. I es que para los acoreños de aquel entonces, que mantenian aún viva la llama del recuerdo de la guerra con Chile.

Caceres era el héroe de la resistencia peruana contra el invasor, el solado que lucho con ellos en San Francisco i en Tarapaca, el hombre que sostuvo con dignidad el honor nacional en Marcavalle, Concepción i Pucará; i Pierola sólo resultaba el político que se encaramaba en el gobierno, aprovechando la ausencia de Prado.

Para la mentalidad simplista de aquellos, Cáceres resultaba algo así como un mito patriótico, i no estaban preparados aún para la libertad ciudadana que sustentaba Pierola i los partidos políticos coaligados. Por esta sencilla í lógica razón, los acoreños con don Carlos Águilar a la cabeza levantaron la bandera cacerista, con la que, cuentan que tomaron la prefectura de Puno i cuando se aprestaban bajar hacia la costa se supo el triunfo de la coalición, lo que puso fin a la actitud cacerista de Ácora.

Acora i la jura da la bandera

El Perú celebra todos los años la ceremonia de la jura de la bandera, el día 7 de junio, fecha clásica, de nuestra historia, que nos recuerda aquel día epónimo en que don Francisco Bolognesi, al declarar que lucharía “hasta quemar el último cartucho", lo cumplió con denodado espíritu de sacrificio patriótico, durante la guerra. A esta acción que en la provincia de Puno se realiza en su capital, concurren los movilizables de todos los distritos. I es singular observar el fervor patriótico del entusiasmo ciudadadano con las juventudes acoreñas, especialmente campesinos, acuden formando batallones íntegros de infantería i de caballería, uniformados, llevando armas simuladas construidas por ellos mis­mos, dando muestra de franca e incondicional adhesión a la patria.

Acora i Servicio Militar Obligatorio

Si investigamos sobre la procedencia de los soldados que forman parte de los batallones acantonados en Puno, Juliaca, Huancane, Ilave, Pomata i aún en otros lugares del país, seguramente que encontraría­mos numerosos jóvenes acoreños campesinos en su mayoría.

Ver tambien otros extractos del libro inédito:

Acora: Tradiciones y Leyendas

(A continuación tradiciones y leyendas de Acora, del libro inédito de José Portugal Catacora "La Villa de Acora" 1953)

Las tradiciones sociales constituyen la heredad espiritual del pasado que trasciende hasta nosotros con noticias i hechos i acontecimienos muchos de los cuales hacen la verdadera historia de los pueblos. El conocerlos es muy importante porque las tradiciones tienen la virtud de engendrar el orgullo nacional a base de hechos terrígenos.

El Perú es un país de ingente personalidad tradicional. Nuestro Ricardo Palma ha hecho todo un género literario de las tradiciones peruanos. I cada pueblo es un granero de tradiciones. Acora lo es también.

La Virgen de la Concepción

El hecho ocurrió en los tiempos en que se construía el templo de La Concepción. Hacia muchos años que estaba el templo en paredes i no habia forma de techarlo por falta de medios económicos. Las gentes sufrían en aquel entonces años de hambre i miseria, debido a las malas cosechas. Pero un día ocurrió un hecho inesperado. A la plaza sobre la que queda el templo, llegó un cargamento de madera, procedentede los valles de Moquegua. El portador de madera explicó, que una señora había contratado la madera, pagando por adelantado, i por todas las señas dadas, resultaba que su casa era la iglesia en galpones, que era la única construcción. La creencia simple de las gentes precisó que la virgen de La Concepción había contratado la madera para su casa.

Calle Acora en Puno

Este es un hecho tradicional que bien habla de los viejos prestigios de Acora. La calle que sale del angulo sur del parque Pino, en la ciudad de Puno, que pasa por un costado del solar que corresponde al Colegio Nacional de San Carlos i la plaza del Mercado terminando en la avenida Caballero, se denominó "Acora" desde tiempos remotos. Esta es una calle central de Puno i seguramente que su denominación fue adoptada debido a a importancia adquirida por este pueblo por aquel entonces. Pero en los últimos tiempos se ha trasladado esta denominación a una calle apartada de la ciudad.

El respeto de la tradición es una de las fuerzas espirituales que hay que cultivarlas como base del patriotismo. Lima nos da un bellísimo ejemplo en este sentido. Los jirones centrales Lima se denominan Carabaya, Lampa y Azángaro, de acuerdo a la tradición colonial de estos pueblos i en Lima no se han llevado estas denominaciones a los extramuros porque estos pueblos ya no son lo que fueron.

Las pilas de vino

Este era un hecho que se repetía cada año en los buenos tiempos de Acora, tiempos aquellos en que las gentes se distinguían por su generoso trato i no por las delicadezas de sus atenciones. Sucedía cada 15 de setiemre. El alferado de esta fiesta hacía traer de Moquegua, tal cantidad de vino que durante tres, cuatro i hasta cinco dias hacía echar centenares de odres de vino, en la caja de agua que queda en la parte alta del ueblo. I por todas las pilas corría el vino como agua i el pueblo de todas las clases sociales bebía sin medida. Nosotros hemos llegado a ver todavía un remedo de aquellos tiempos, cuando los alferados mandaban a construir pilas de hojalata i por pequeños tubos hacían correr el vino para sus invitados, aún en este siglo.

Mayco Ccapa

Vivía en Qenqo un gobernador activo llamado Mayco Ccapa, cuyos vasallos vivian del cultivo de la papa. Un día recibió la visita de los chunchos procedentes del Bení boliviano, pidiendo protección porque los perseguía la tribu de los chiriguanos. Ayar Mayco los hospedó en Chunchulaya o quebarada de los chunchos. allí vivieron por algún tiempo. Los chunchos usaban en su alimentación el ají. Pero cierta vez pelearon con los de la quebarada vecina. I temerosos de ser castigados huyeron al lugar vacio de gente, Chusamarca. Desde entonces la constumbre de usar ají como condimento quedo en el lugar i a los que lo usaban se les llamó ajjoras que significa picantes.

Mayco Capac persiguió a Ayar Uchu que era el gobernante de los chunchos los cuales habían huido hacia el norte. En el camino tuvo la ayuda de Ayar Cachi de la región de las salinas de Azángaro, i ambos los persiguieron encontrándolo en el valle de Huatanay, cuando los chunchos atacaban a los del lugar cuyo jefe era Ayar Sara i que vivían del cultivo del maíz, parece que era el tiempo de los ayar o ayiris, los jefes que llevaban palos com simbolo de gobierno. Mayco Capac i los suyos vencieron a los Ayar Uchu, i los del lugar por gratitud decidieron formar una sola tribu. Así se formó la base del Tahuaninsuyo.

La honda de Manco Ccapacc.

Maco Capac era muy poderoso. Tenía una honda con la que arreava a los cerros donde quería. Como las aguas del lago Titicaca inundaban los pueblos de las orillas en los años de muchas lluvias, a fin de protegerlos trajo los cerros que circulaban su orilla occidental arreándolos a hondazos.

El pueblo encantando

Entre el extremo sur de la península de Socca i la diminuta isla de San Cristobal, en el lago Titicaca, cuentan los pescadosre viejos que en las noches de plenilunio se contempla en el fondo del lago casi a flor de agua, torreones de edificios i de templos de una antigua ciudad encatanda. Los del lugar, los de yanaque, desde el punto de vista étnico observan ciertas constumbres y usanzas diferentes de los demas grupos del distrito, se creen descendientes de los habitantes del pueblo encantado.

El sapo totemico

El cerro a cuyas faldas se halla el pueblo de Acora, visto desde la pampa oriental presenta el aspecto de un sapo gigantesco. Sobre él cuentan los ancianos que era un sapo que bajaba a beberse las aguas del lago, pero el dios inti mando al acero para que lo cortase. La culebra bajó desde las alturas a gran velocidad, le envolvió la cabeza i lo incapacitó para beberse las aguas del lago. La culebra es le pequeño rio Ccalajahuira que rodea el pueblo.

Challa Huayaca

Un habitante de las cordilleras había bajado a las orillas del lago en busca de provisiones. En su camino al pasar pr una apacheta, encontrose un talego de quinua que lo recogió satisfecho, pero de pronto el talego empezó a pesarle más i mas tanto que no pudo avanzar, entoces descubrió que solo era un talego de arena challa huyaca que lo arrojó al lugar donde actualmente se levanta la capital del distrito de Acora.

La Leyenda de la papa

Los mamani y los quispe eran dos ayllus que habitaban las quebradas aledañas al lago. Los Mamani eran trabajadores i vivian del cultivo de la papa que los Qusipe se robaban en las noches. los amanin oidiern a su Dios que protejiera a sus chacras de la codicia de los Quispe. El Apu de los mamani hizo que de la noche a la mañana, el frto de la papa ya no fuera alimenticio i que todo el alimemyo de la planta se concetrara en su raíz. Así fue que cuando los Quispe robaron los frutos estos resultaron insípidos i hasta nocivos para la salud. En cambio junto a las raíces, se formaron los frutos en tubérculos sabrosos que los Mamani cosecharon tranquilos.

7 comentarios:

  1. yo quiero la historia general de acora
    historia;
    geografia;
    economia;

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  2. LOS MISTI QÁRAS ILUSTRAN LA HISTORIA DE ACORA A SU ANTOJO CON LUJOS Y DETALLES .OCULTANDO LAS GRANDES ATROCIDADES QUE HICIERON EN MI PUEBLO KOLLA COMO EL GRANLEGADO DE SU LENGUA AIMARA.

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  3. Sería bueno, que pudiera leer otros articulos del blog y la biografía de José Portugal Catacora.

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  4. Hola, primero gracias por publicar un poco a cerca de la historia, podrían ampliar sobre las personas que habitaron ácora después de la llegada de los españoles? yo llevo mi primer apellido gomez y el segundo cutipa y por eso quisiera saber mis orígenes.. espero no melestarlos, se los agradecería un montón si me recomiendan alguna bibliografía, libro o amplíen el contendido, gracias desde ya. Un saludo grande!

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    1. Hola, aqui un link con información sobre Acora:
      http://losandes.com.pe/Nacional/20160207/94410.html

      En su monografia no publicada de Acora José Portugal Catacora menciona listas de apellidos acoreños; entre los de origen español no figuran los Gomez, su lista es de principios del siglo XX. El apellido Cutipa, si figura como apellido nativo de Acora, junto con otros como Condemayta, Condori, Caquira, Cusi, Camacho y otros. Un abrazo.

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  5. yo quiero la historia de la danza de lawa kumus

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