CARTA A MI PADRE
Dante Nava.
Cuando tomo mi mate de salvia con limón,
cuando bebo mi trago sin saber lo que bebo,
cuando yanto el cantar del mal del corazón,
y tú no estás presente,padre, yo te recuerdo.
cuando bebo mi trago sin saber lo que bebo,
cuando yanto el cantar del mal del corazón,
y tú no estás presente,padre, yo te recuerdo.
Yo te recuerdo padre, todos los días,
Hoy, por ejemplo, sin nada me han dado unos deseos
de ir en busca tuya, dejando lo que soy
en la caja vacía del mísero esqueleto.
de ir en busca tuya, dejando lo que soy
en la caja vacía del mísero esqueleto.
Pero la vida ama, ¡ama! Y uno se deja amar,
en espinas y flores, en heladas y fuegos,
en tan buenas tan malas que prefiero esperar.
en espinas y flores, en heladas y fuegos,
en tan buenas tan malas que prefiero esperar.
Esperar a mañana con su peor mejor,
con el alma mondada y mondarme los huesos,
de la materia chuma y del ser sin sabor.
con el alma mondada y mondarme los huesos,
de la materia chuma y del ser sin sabor.
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AFIRMACIÓN DE MI PADRE
Emilio Armaza
Hubo un día sin
flores en tu sepulcro,
hubo un día en que
en tus huesos se estremeció mi angustia
en que un agua
salada me bañaba la garganta
y de un umbral de
despedidas me tiraba la vida.
Y yo no sabía nada
sólo sabía que
habías muerto,
que estabas
muriéndote todos los días en ese polvo mío
HECHO HUMANO CON TU
VIDA con todos los racimos de tu dolor
filtrando las
auroras de tus alegrías y lamiendo los senderos de tu cruz,
Sólo sabía que
habías muerto,
que del cemento de
tu sepulcro salía aún el tufo de tu agonía;
que mis pies te
siguieron miedosos para detenerse
allí donde tus pies
cansados te llevaron infinito arriba.
Y tú venías a
abrazarme como siempre.
CON TU CAUDAL SIN
CAUCE DE TERNURA
sólo sabía que habías
quedado conmigo,
que estabas
animando otra vez esta carne en la lucha desde el átomo de tu juventud
perdurada,
desde cuando mi ser
alentaba tu carne,
y para venir en
esto
en esta niñez de
coronas
en tu regazo de
donde quisieras sacarte mi dolor, en este asentarse del sol
sobre tu tumba
madurando polvo,
y quizá también EN
ESTE
super descanso que
tendrás
cuando te llegue
como la dulce mansedumbre del sueño el
fluido caliente de poder recordarme.
Mentira;
no es que estás
muriéndote todos los días, como he dicho, es, más bien, que te levantas
milímetro a milímetro.
Tu abrazo me abraza
todas las mañanas. Has cambiado, sí pero no es que solamente
vuelvas en el recuerdo
ESTÁS HECHO CARNE,
formándote en el muelle
de mi brazo, haciéndote trabajar mi sembrío
y revolviendo auroras de mi vida con tu voz cantarina.
que la muerte no ha
podido llevarte ni materialmente siquiera;
estás en esa carne pequeñita
que columpia en la vida
Estás ahí, a mi lado,
estás conmigo
que la muerte no ha
podido llevarte ni materialmente siquiera;
estás en esa carne pequeñita
que columpia en la vida.
en el mismo trapecio
de sus años mozos
y que duerme su noche
al amparo de tu barba de abuelo.
Porque yo soy camino,
arco de incandescencia
entre estas dos ternuras, tú, padre, tú que me enseñaste
estás regando el huerto
iluminado de esa vida.