lunes, 30 de diciembre de 2013

Historia de la Educación en Puno

Librería internet: Libros Peruanos
Historia de la Educación en Puno”. José Portugal Catacora. Universidad Nacional del Altiplano. 446 páginas. Puno, 2013.

La obra reúne un conjunto de 28 experiencias educativas realizadas en el altiplano, empezando con la de Manco Cápac y Mama Ocllo que habría fundado la educación espontánea presente en las comunidades quechuas y aymaras, pasando por la formación de la escuela de la posguerra del pacífico y las numerosas  experiencias educativas que se desarrollaron en el siglo XX, entre las que destacan el ensayo de Escuela Nueva del Maestro José Antonio Encinas y los Núcleos Escolares Campesinos, hasta llegar a la experiencia del Instituto Experimental de Puno realizada entre 1947 y 1957.
Considerando el vasto proceso educativo que vivió Puno, muchas otras valiosas experiencias pedagógicas no han sido recogidas en el libro, principalmente por insuficiente información, pero las incluidas permiten  contar con un amplio panorama pocas veces tratado en conjunto. 

El libro combina el recuento histórico con el ensayo y el testimonio, siguiendo a la descripción de cada experiencia educativa una valoración pedagógica que añade un valor especial, pues las apreciaciones de Portugal Catacora son las de un educador seguidor de las ideas de Encinas, quien precisamente auspició el establecimiento del Instituto Experimental de Puno, cuyo Director fue el autor.
En muchos casos el relato de las experiencias recopiladas incluyen referencias a la propia participación del autor, quién fue un activo protagonista de los sucesos educativos en Puno en las décadas del treinta y el cincuenta del siglo XX.
Resulta especialmente valiosa la incorporación de breves biografías de quienes condujeron o intervinieron en los casos estudiados, lo cual hace más vivo el esbozo histórico y convierte al libro en un homenaje a quienes, superando innumerables problemas y vicisitudes, protagonizaron tan trascendentales procesos educativos.
Debido a la limitada bibliografía existente al momento de la elaboración del libro, el autor optó por emplear principalmente información propia, extraída de sus archivos y especialmente de su memoria y de la de quienes participaron en las experiencias. Para los casos más antiguos, la fuente fue la tradición oral. Por ello el libro original no contiene referencias bibliográficas, salvo algunos libros que, en lo posible, han sido identificados y consignadas en una bibliografía post  scriptum.
 “Historia de la Educación en Puno” fue elaborado por su autor a lo largo de doce años, empezando en 1969 y culminando algunos de sus capítulos en el año 1980. Su redacción se vio interrumpida en diversas ocasiones por problemas de salud y por la elaboración de otros textos, pues en ese mismo período publicó “Los padres, los niños y la vida” (1974), “Niños del Altiplano” (1976),  “Estrategia para guiar el aprendizaje” (1980) y escribió numerosos artículos en diarios de Lima.

Por ello, el libro fue redactado en diversos momentos y no alcanzó tener una versión corregida exhaustivamente para su publicación. Para la  presente edición se han realizado las correcciones indispensables, optado por respetar, en todo lo posible, el manuscrito original a fin de presentar lo más fielmente el pensamiento del autor, quien quiso legar a las nuevas generaciones un balance de la educación puneña y el reto de emular los trascendentales esfuerzos y la creatividad que desplegaron los maestros y maestras protagonistas de la historia de la educación en Puno.

INDICE DE LA OBRA
I. La Educación Social de Manco Cápac y Mama Ocllo / II. La Escuela de Post guerra del 79: 1884-1900 /     III. La Escuela de Perfección: 1900-1902 / IV La Legendaria Escuela de Utahui-Laya: 1903-1905 / V. Un Ensayo de Escuela Nueva en el Perú: 1907-1911 / VI. La Escuela de la Mamita Iglesias: 1909-1913 / VII. La Misión Adventista del Lago Titicaca: 1912 / VIII. La Universidad Libre de Orqopata: 1923-1932 / IX. La primera Escuela Normal Rural: 1926-1937 / X. La Escuela Rural de Pacastiti: 1926-1936 / XI. La Escuela Ambulante de las Pampas de Ilave: 1929 / XII. La Escuela de la Congregación Salesiana: 1929-1974 / XIII. El Movimiento Educativo Rijchari: 1935 / XIV. Un Ensayo de Aprendizaje por grupos: 1935 / XV. La Academia de las Lenguas Aymara y Quechua: 1935-1965 / XVI. La Primera Brigada de Culturización: 1939-1945 / XVII. La Escuela Experimental de Ojherani: 1944-1951 / XVIII. Un Curso pionero de capacitación: 1942. / XIX. La Campaña de Alfabetización en Puno: 1943-1945 / XX. La Colonia Indígena de Trabajo Colectivo de Vilquechico: 1943-1948 / XXI. Un Curso de Perfeccionamiento Docente: 1943-1944 / XXII. Un Ensayo de Programa Acelerado: 1944 / XXIII. La Escuela Andina de Enfermeras: 1944-1947 / XXIV. La Escuela Regional de Bellas Artes: 1955 / XXV. La Reforma de la Educación Nacional: 1943 / XXVI. El Ensayo Bilingüe de Qamaqachi:  1946 / XXVII. Los Núcleos Escolares Campesinos:  1947 / XXVIII. Una Escuela por Niveles de Madurez en el Perú:  1947-1956.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Emilio Vásquez Chamorro

Emilio Vásquez (4 de abril 1903 - 27 de noviembre 1986), destacado maestro, poeta y ensayista perteneciente al Grupo Orkopata, fue padrino intelectual y gran amigo de José Portugal Catacora a quien animó a publicar su primer libro "Niños del Kollao" (1937). Aquí presentamos la biografía incluida en "Maestros Puneños del Siglo XX", añadiendo notas y fotos".  

Emilio Vásquez visitó Ayaviri, capital de la provincia de Melgar, en 1935 y entonces nos identificamos como miembros de una cordial familiaridad que nos unión hasta que falleció.

Nació en el pueblo aymara de Acora, en 1903. Fueron sus padres Tomás Vásquez y Juana Chamorro. Muy niño quedó huérfano y creció con sus hermanos sólo a expensas de su madre quién tuvo que afrontar al mismo tiempo el de­samparo de la viudez y la responsabilidad de educar a sus hijos.

Emilio, el segundo de los cuatro, tuvo que afrontar las vicisitudes de la vida desde muy temprana edad y ello fue para él un reto que lo hizo hombre muy pronto.
Estudio primaria en el Centro Escolar N°881 y secundaria en el Colegio Nacional San Carlos de Puno. Luego sirvió en el Ejercito, en el Batallón N° 3. Hizo sus estudios profesionales primero en la escuela Normal Elemental Anexa al Colegio Nacional San Carlos de Puno. Luego en la Escuela Normal de Lima.

Buscando la superación profesional, curso estudios de especialización, en el Instituto Psicopedagógico de Lima. Hizo profesorado de educación Secundaria en la Universidad Nacional de San Marcos y fue doctorado en Educación en la misma universidad en 1951.

Inició sus servicios profesionales en la escuela de primer grado de Ilave, en 1928. Fue director de la Escuela Ambulante de Pilcuyo y Cachipucara de Ilave, en 1929, y luego fue auxiliar de sección primaria del Colegio Nacional San Carlos en 1931 [1].

Fue profesor del Centro Escolar de Juli, provincia de Chucuito en 1932, Inspector disciplinario y profesor de matemáticas en la secundaria del Colegio Nacional San Carlos y profesor de metodología en la sección normal del mismo plantel, en 1934. Ejerció la dirección del Centro Escolar 883 de la ciudad de Puno. De aquí se trasladó a Lima, al profesorado del Centro Escolar 448 en 1939.

En 1940 ingresó al Ministerio de Educación, a la jefatura de la División de Escuelas Normales. En 1944 ejerció el profesorado de didáctica en el Instituto Pedagógico Nacional. En 1951 desempeñó la jefatura del Departamento de Psicopedagogía de la Gran Unidad Escolar de San Luis Gonzaga de Ica siendo profesor de letras de la misma universidad en 1955. Luego asumió la Subdirección del Instituto Nacional de Perfeccionamiento Magisterial de 1956. Y finalmente, asumió la cátedra de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Huancayo en 1968.

Emilio Vásquez tiene entre sus obras pedagógicas: "Negación de la Escuela Peruana" (1935), "Posibilidad de un Sistema Peruano de Educación" (1943), "Manual de Educación Rural" (1947), "Simón Rodríguez", maestro de Simón Bolívar" (1952), "Pedagogía" de 1963,  "Moisés Saénz" (1965), "Pedagogía General" (1966) e "Historia de la Educación" (1969).

De estas importantes obras pedagógicas cabe resaltar que "Negación de la Escuela Peruana", su libro primigenio, que contiene una original y valiosa concepción  [2].
 
Juan Bustamante
Ha publicado también los siguientes ensayos: "La pandilla Puneña" (1947),  "Santo Domingo de Sicaya" (1949), "Paisajes de Ica" (1958), "La Rebelión de Juan Bustamante" (1976). "Iniciación poética de Alejandro Peralta" (1976) y "El Maestro Porras Barrenechea" (1981). De estos ensayos sobresale "La Rebelión de Juan Bustamante"[3].

Vásquez fue poeta de elevados quilates, habiendo publicado los poemarios "Altipampa" (1933), "Tahuantinsuyo (1934), "Kollasuyo" (1940), "Altiplania" (1966) y "Poemario Titicaca" que publicó dos año antes de su fallecimiento [3]. Sus poemarios han merecido comentarios valiosos por eminentes peruanos y extranjeros, como Ricardo Rojas, Alfonsina Storni, Luis E. Valcárcel, Emilio Armaza, Rafael Eleodoro Valle, Luis Alberto Sánchez, Abraham Arias Larrista, José Tamayo Herrera, Manuel Suárez Miraval, Luis Enrique Tord, Estuardo Núñez y otros.

Finalmente ha dejado inéditas las siguientes obras: "Historia de los Directores del Colegio San Carlos de Puno", "El Infortunado Poeta Carlos Oquendo de Amat", "La Educación Rural en el Perú", "Seis Maestros de América", "Hombres del Perú Actual" y "Biografía del Titicaca".

Ha sido permanente colaborador de "Repertorio Americano" de Costa Rica, de "Claridad" de Buenos Aires, "América" de Washington, "Instituto Indigenista Interamericano" de México, "Revista de la Sociedad Bolivariana" de Caracas, "Revista del Museo Nacional de Historia" de Lima y "Revista de San Marcos", "Cultura Peruana" y "Folklore" y "Nueva Educación" del Perú. 

En síntesis, el doctor Vásquez ha sido maestro de la escuela rural, llegó a ser catedrático de universidad, pasando por funcionario y profesor secundario. Ha sido poeta e intelectual de eminente y fructífera labor cultural, cuya obra y pensamiento ha transpuesto los lindes de la nacionalidad.


En el entierro de Churata (1969)
Si Vásquez luce la personalidad que el consenso cultural le reconoce como maestro, poeta y escritor, se debe a su terco afán de estudiar porque el estudio pone al hombre en contacto  con los más brillantes y variados personajes de la cultura y le insufla los más elevados conceptos sobre los problemas de la cultura huma­na.
Vásquez, escritor, poeta y maestro, es pues, fruto de sus es­tudios. De estatura más baja que alta pero consistente, de rostro cetrino y frente amplia, su aspecto físico presenta la sencillez de un hombre verdaderamente seguro de sí mismo.
De esta actitud amigable, diríase afectuosa, es el hombre a quién se le puede considerar  un verdadero amigo, franco, honesto y generoso. Personalmente he experimentado en mis relaciones con él estas virtudes y a él le debo mi afición por las letras. Pues fue él quien al revisar mis primeros ensayos de cuento me intere­só por publicarlos y se publicaron con el padrinazgo de su presentación.

Para terminar esta biografía expresamos que Vásquez espera un estudio más extenso de su vida y de su obra intelectual.  

NOTAS

[1] Los primeros escritos pedagógicos de Emilio Vásquez se remontan a su artículo en Boletín Titicaca (N° XXXI, Junio de 1929) "Plan Programa de la Escuela Ambulante de Ilave", donde presenta una propuesta de escuelas ambulantes para la educación rural. Plantea allí reforzar las escuelas permanentes con estancias periódicas con equipos de maestros. El objetivo de la propuesta educativa es la superación del indígena especialmente mejorando la salubridad y capacidades productivas y cambiando algunas características negativas como el alcoholismo y el pleitismo.  Una descripción amplia de esta propuesta es presentada en "Historia de la Educación en Puno". 

[2] "Negación de la Escuela Peruana" (1935) que contiene un amplio análisis de las limitaciones de la educación en el país y en especial en las zonas rurales, mostrando un profundo conocimiento de las ideas pedagógicas modernas. En especial dedica un capítulo a la educación de las mujeres y la coeducación, un tema poco tratado en la época.

[3] Con Prólogo de Jorge Basadre, "La Rebelión de Juan Bustamente" (Editorial Juan Mejía Baca, 1976) es un detallado y documentado estudio sobre el proceso de la rebelión en Huancane en 1867 y 1868, donde además revela la personalidad del hacendado, militar y diputado  Juan Bustamante, el "Mundo Purikuj" (Trotamundos). En el 2011, retomando el estudio de este importante época y personaje de Puno se publicó "J.B. y los Límite del Liberalismo en el Altiplano" de Nils Jacobsen y  Nicanor Domínguez (SER, 2011). 

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Idilio Pastoril: Hualaycho y Linlicha

Foto:Claude Remacle
En la cultura andina se concibe la edad del amor. Sus personajes son el hualaycho y la linlicha, como Pierrot y Colombina de la civilización occidental. Por tanto, los nuevos seres, son fruto de románticos sentimientos, de amores profundos, humanos.
Se conocieron en las faenas de la matanza de ovejas de la hacienda, en las que hombres y mujeres trabajaban gratuitamente para el patrón. Él, a pesar de sus dieciocho años, era un joven apuesto y fornido; calzaba zapatos de suela gruesa con qarabotas hasta las ingles y llevaba el poncho terciado sobe el hombro, chal de alpaca y sombrero "a la pedrada". Ella era, con sus floridos quince carnavales, toda una mujer de pantorrillas bien torneadas, senos turgentes y ojos de venado; con su pollera verde, su rebozo amarillo y su sombrero de falda corta y volteada de copa redonda, inclinada sobre una de las sienes, lucía ladina, donairosa. Y los dos eran un auténtico hualaycho y una bellísima linlicha.

Un día pastaba el hato de ovejas en un pajonal de dorada chilligua, en la qamaña, cerco semicircular levantado sobre un monículo de la pampa tapizada de tupida grama y trébol, fragantes. Hilaba fina lana de alpaca para tejerse en phullo, manta pequeña con que se cubren las mujeres la espalda en el campo.

El sol iluminaba la puna desde el dombo azul del cielo y todas las cosas irradiaban majestad y silencio como en una gran escenario de teatro, exornado de agrestes bambalinas, los próximos picachos, con el telón de fondo cubierto de añejos nevados en el horizonte que se esfumaba en la lejanía.

De repente hizo su aparición sobre la próxima lomada, cubierta de ttolares verdinegros, uno de los personajes del idilio pastoril, montano sobre su caballo chojchi o farruto. Se empinó sobre la loma como un monumento ecuestre y pulsó su quirquincho, engarzado con cuerdas de tripas de carnero que tiene la magia de subyugar corazones, porque la sirena de un puquial transparente de aguas frescas, al "sirenarlo" o templarlo le transmitió ese enigmático poder, una medianoche de luna nueva,

Al oir las notas románticas del charango que parecían  llorar y cantar al mismo tiempo, ella sintió que el corazón le daba vuelcos.

Después del preludio musical, el hualaycho extrajo del bolsillo de su chamarra un pequeño espejo, otro talismán conquistador de linlichas que siempre llevan los jóvenes y dirigió sus reflejos hacia donde se encontraba la suya. Ella no tardó en responder con el centelleo de otro espejo similar, compañero inseparable de las quinceañeras. Y la pareja resulto flechada.

Acto seguido él se dirigió a donde estaba ella, a galope tendido y pronto estuvo cerca. Desmontó a corta distancia y le arrojó una piedra, suavemente como quien no quiere hacerle daño. Ella se hizo la disimulada, pero al recibir la segunda pedrada le respondió con otra, arrojándola con gracia y coquetería. Ella se aproximó más y le habló con ternura, en su lengua materna, el aymara, mientras ella se incorporaba lentamente.

"Si me das el sí te voy a criar en la palma de mis manos. En la fiesta de la candelaria te comprare lindas polleras y bellos rebozos. Construiremos nuestras  choza sobre las nubes".

Mientras el mozo hablaba, ella trazaba con el dedo grueso del pie derecho, un semicirculo en el suelo terroso, silenciosamente; era la señal de que el hualaycho había entrado en el corazón de linlicha. Y un idilio de entrañable ternura nacía en ese instante, en aquel inmenso escenario solitario y silente, donde los hombres blancos creen que los "indios" viven como bestias.

Cuento en "Niños del Altiplano" (1979) de José Portugal Catacora

Chilligua: paja
Chojjchi: caballo farruto
Hualaycho: jóven bohemio 
Linlicha: joven graciosa
Phullu: manta para cubrir la espalda de la mujer
Qamaña: cerco semicircular donde se ubican los pastores
Tholar:  yerba leñosa y resinosa
Quirquincho: charango con cuerpo de armadillo

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Escuela Regional de Bellas Artes de Puno

Fuente Pintura: Prospecto 2012 ESFA

(De "Historia de la Educación en Puno", extraemos parte del capítulo dedicado a la Escuela Regional de Bellas Artes de Puno, fundada por iniciativa del Instituto Americano de Arte de Puno, y que hoy lleva el nombre de ESCUELA SUPERIOR DE FORMACIÓN ARTISTICA DE PUNO).

Desde 1942 o sea desde el año siguiente de su fundación, el Instituto Americano de Arte, inició la tarea de difundir el arte puneño. Primero se realizaron paseos campestres de los socios a lugares pintorescos como Ojjerani, Chucuito, Malcomaya, etc., para que los pintores captaran en apuntes los paisajes. Había que ver en estos paseos la camaradería, que vinculaba a los artistas los pintores como Landaeta, Rubina, Sosa, Montoya.

Fuente: Casa del Correguidor
Los anales noticiosos del Instituto  cuentan que don Francisco Montoya  Riquelme, ese pintor que debiera figurar entre los pioneros de la vida artística peruana y con justicia ser reconocidos sus merecimientos de hombre honesto, sencillo y entusiasta, llegó a presidir el Instituto Americano de Arte, presentando un pedido para que el Instituto solicitara la creación  de una Escuela oficial de Arte en Puno.

El senador don Carlos Barreda, se hizo el portavoz de aquel  pedido y se logró que en 1944, se consiguiera una partida pequeñísima  de 4 mil soles, para iniciar oficialmente la labor del Instituto en la promoción de artistas.

Al mismo tiempo, don Manuel Vegas Castillo a la sazón Director de Educación Artística del Ministerio de Educación, encargado de dar cauce formal y legal a lo solicitado, exigió que se presentara a su Despacho un plan de educación. El Instituto designó para elaborar dicho plan a los miembros: José Solórzano Enrique Cuentas, Castor  Vera  y Francisco Montoya, cuyo plan fue devuelto por la Dirección de Educación Cultural por encontrarlo incompleto.

Entonces entramos  en el escenario de las gestiones. Recibimos el encargo del Instituto de terminar las gestiones en Lima con el apoyo del senador Barreda. Nuestra primera labor consistió  en elaborar una nueva planificación consistente en los siguientes documentos: Plan pedagógico o de organización y funcionamiento, Plan económico  o presupuesto administrativo y Plan de personal  que debía ser nombrado. El plan que preparamos fue aceptado íntegramente por la Dirección  de Educación Artística.

Partimos del principio general que las bellas artes no se limitan a las artes plásticas, que ellas incluyen una serie de manifestaciones como la pintura , la música, el teatro, la escultura, la arquitectura , la literatura, etc.

Todo este cúmulo de experiencias artísticas  determinó que en la organización pedagógica del Instituto, consignaremos tres secciones: la pintura, la música y el teatro.
 
Fundación de la Escuela

La Escuela Regional de Bellas Artes de Puno con la organización  descrita, se inauguró el 5 de Abril de 1955, bajo la dirección  del que escribe estas remembranzas, porque según la disposición  de la dirección artística y  debido a su exiguo  presupuesto, la dirección debía ser ejercida por el Presidente del Instituto Americano  de Arte durante el primer año; pero como no se encontraba personalmente en condiciones el Presidente, las labores preliminares y la iniciación de  la Escuela se realizo bajo la dirección del Vice-Presidente que a la razón esta a nuestro cargo.

 El profesorado oficialmente nombrado fue el siguiente:
 
Balsero del Titicaca
Francisco Montoya Riquelme
Director ad honoren, Enrique Cuentas Ormachea
Sub  director ad honoren, José Portugal Catacora
Jefe de la sección de artes plásticas, Carlos Rubina Burgos.
Jefe de la sección de arte musical, José Solórzano Castilla
Jefe de la sección de arte escénico Mario Franco Hinojosa
Profesores
        De música, Castor Vera Solano
        De arte plástica, Francisco Montoya Riquelme
        De arte escénico, Oswaldo Núñez y Guillermo Zumarán
Tesorero secretario, Martín Portugal Catacora
Portero: Don Juñian

Todos los participantes del cuerpo docente  eran artistas de reconocido prestigio y algunos con experiencia docente. Cabe destacar  las siguientes personas: Carlos Rubina Burgos artista múltiple y profesor del Colegio San Carlos, José Solórzano, pianista de extraordinaria habilidad, Mario Franco Hinojosa, folklorista y luchador social reconocido.

La Escuela de Bellas Artes se instaló en la planta alta de la Casa del Maestro. Esta casa pertenece al Ministerio y durante el primer periodo ministerial del General Mendoza, se le entrego a la Asociación Provincial de Maestros de Puno para su uso, mientras subsistiera la Asociación. Esta institución solo utilizaba la planta baja para su funcionamiento; lo cual permitió que las gestiones del Instituto Americano de arte surtieran afectos favorables para ocupar dicha segunda planta, la cual tenía el mismo plano que la primera planta. Constaba de dos salas dispuestas en ángulo recto sobre la esquina noroeste del Parque Pino cuya ubicación hacia ideal para la afluencia de los alumnos.
 
Su funcionamiento
 
Una vez inaugurada la Escuela de Bellas Artes empezó  a funcionar con un horario especial  vespertino. No se pudo trabajar durante las horas del día porque profesores y alumnos tenían otra ocupación, pues los profesores pertenecían al personal docente de otros planteles y el alumnado también  lo era de distintos planteles, muchos alumnos trabajaban como empleados en actividades  estatales y particulares.
Se trabaja de lunes a sábado todas las tardes, durante  4 horas diarias y aún más, pues se advertía un gran entusiasmo en alumnos y profesores. Cuantitativamente se matricularon 36 alumnos en el programa  de arte musical, 21 alumnos en artes plásticas y 7 en arte escénico.
Actual Local de la ESFA
Un síntoma del entusiasmo a que nos referimos se percibió en el  hecho poco acostumbrado de que muchas instituciones sostuvieron  como becarios a diversos alumnos, como el Consejo Provincial, el Club de Leones, el Rotary Club y el mismo Instituto Americano de Arte. Y no solamente instituciones sino  también el director, el sub director y algunos profesores.
Analizando nuestra observación sobre la calidad de alumnado encontramos que en la escuela no se matricularon niños ni siquiera adolescentes. La totalidad estaba conformada ´por personas jóvenes y adultas iniciadas que se matricularon con el consciente propósito de dar cauce  a la vocación innata que sentían bullir en la dinámica de su personalidad, unos y otros, de perfeccionar algo que habían comenzado a practicar instintivamente.
 

 
 
 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Emilio Vasquez - Poesía Indigenista V

 
Foto
 
ALTIPAMPA
 
Incendia la mañana con sus fuegos las montañas
A las orillas y las rocas el lago amatista
De las nieves de la luna quedaron las lágrimas
                        Lloran con los atajos
                        las aynokas ofertorias
El pescador de manos de escarchas
dejó en las totoras
sus músculos de virtudes incandescentes
Doscientos umantos en la inquiña compañera
en sus lap laps ofrendan sus sulfuros

Por la soga abandonada del camino
mozas de terracota cernidas al viento
cantan con las golondrinas wiphalas sombreadas

Las cabañas lavadas con almíbares de sol
saludan al pastaje con sus humos cocineros
LA PAMPA SE RESTREGA SUS OJOS DE ORO
Despiertan a las vertientes las sombras del ayllu
Las esquilas del mundo
repican sus alegrerías con un cielo de zampoñas.

(De "Altipampa" 1933)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

viernes, 29 de noviembre de 2013

Emilio Armaza - Poesía Indigenista IV

  
KANTUTA

KANTUTA, desde la aérea soledad del eucalipto
hasta la íntima pequeñez del guijarro
suena la dulce sugerencia de tu nombre
como un cacharpari
KANTUTA, te llamarían al amanecer todos los despertares
del universo
y yo te cantaría en el zenit
para que vaya hundiéndose en todos los sembríos
tu cuerpo y mi canto desnudos.
Y mi canto no tendría, más allá de tus brazos,
más allá del misterio de tus pechos,
y del milagro casi ritual de tus caderas
sino un hilillo débil tan flexible
como la metáfora de tu trenza.
Y también quiero saberte mía
porque quiero sentirte dominada
y habría de golpeare con toda mi energía de macho
pero no te golpearía así no más.
Te golpearía en el sembrío de la tierra para saberte surco
Y después de volcar en el cántaro de una noche de farra
Y colgando el pañuelo de mi amor en tus caderas,
bailaríamos,
con quenas y tamboriles,
ESTE HUAYNO DEL CIELO QUE ME QUEMA LA CARNE.

("FALO". Emilio Armaza Valdez).


jueves, 28 de noviembre de 2013

Emilio Armaza Valdez

Foto: PEISA
"Su libro me ha gustado por las disciplinas de equilibrio y medida que hay en él. En estos tiempos de epilepsia , una obra así de euritmia y justeza hace bien y nos reconcilia con los números severos y apostólicos de que gustan las cosas eternas. Ni una masa más ni un volumen menos.Su libro Falo responde a esta exigencia fundamental de la vida y el arte. Fuera de este mérito verdaderamente excepcional en estos tiempos, sus versos respiran peruanidad, es decir humanidad, por anchos y salubres pulmones titikakas".
 Cesar Vallejo. París, 10 de diciembre de 1926 [1].

Nacido en Puno, Emilio Armaza Valdez (19 de diciembre de 1902 - 14 de setiembre de 1980) fue hijo de José Manuel Armaza y Bueno, periodista y parlamentario puneño, y Jesús Valdez de Armaza, de familia ayavireña. Inició su educación en el Centro Escolar N° 881 de José Antonio Encinas, quien dijo de él "Chico de prosapia intelectual, lleva en su sangre la herencia de la rebeldía" en alusión a su padre  [2].
Continuó sus estudios en el Glorioso Colegio San Carlos de Puno y luego en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe de Lima. Ingresó a la Universidad San Agustín de Arequipa y San Marcos de Lima, aunque no culmino sus estudios [3].
Cuando asistía a San Carlos hizo estrecha amistad con los hermanos Peralta, con quienes participa en la revista "La Tea" de Puno, publicando allí, en 1917, su primer poema "La muerte del poeta". Acompaña también a los Peralta en "Bohemia Andina" y luego en el famoso Grupo Orkopata y su "Boletín Titikaka". 
En 1926 aparece en la revista "Amauta" su poema "Kolli" [4]. Es mismo año publica y hace llegar a Mariátegui su libro "Falo" [5], "un libro blanco, provisto, empero de un título enrojecedor", según lo califica Guillermo de Torre. Dice Armaza en el pórtico del libro: "he nacido en indoamerica, tierras del Tahuantinsuyo, tres años corridos de un nuevo siglo, a orillas del lago maravilloso que parió a Manco Kapac, 3840 metros sobre el nivel del mar, crujen en mi verbo los fervores revolucionarios de mi época y mi raza".
 El primer poema del libro es "Panteísmo":
 
"Naturaleza de primavera
date a mi fuego.
fúndeme en tus entrañas
seré alma del picacho y vibraré en el surco
tu río de febrero y mi cuerpo se estremecen de vida.
CREPÚSCULO
INTENSO RESPLANDOR
Y UNA ENERGÍA
DE LA TIERRA
QUE ADORA
DE RODILLAS.

Indio fornido
              india esbelta
 gleba fecunda
ancho río curvo"
Con el libro bajo el brazo, viaja por unos meses a Argentina y Uruguay tomando contacto con escritores de la vanguardia como Borges y otros [6]. A su retorno, fallece su padre, lo cual lo afectó mucho emocionalmente. En esas circunstancias escribió "Afirmación de mi padre":

Hubo un día sin flores en tu sepulcro,
Hubo un día en que tus huesos se estremeció mi angustia
En que un agua salada me bañaba la garganta

Y de un umbral de despedidas me tiraba la vida
Y yo no sabía nada
Sólo sabía que habías muerto
Que estabas muriéndote todos los días
en ese polvo mío
HECHO HUMANO CON TU VIDA


Caricatura de E. Armaza
en El Comercio
Quizás debido a su malestar emocional se distanció de Churata, quien lo critica ante Mariátegui [7]. Superado el impase, Armaza vuele a ser un importante portavoz del Grupo Orkopata, cuyo "Boletín Ttikaka" publica en 1928 una entrevista en la que el poeta explica la ideas del grupo:

"Desde Federico More hasta nosotros fuimos en Puno donde nacimos por y para el andinismo. Creo en el nuevo indio. La corriente de velocidad de nuestra vida de hoy ha entrado a las más apartadas cabañas de nuestros indios. Ellos también tienen nuestra mezcla todos somos mestizos. El nuevo indio es Ud., es Mamani, soy yo. Nunca podremos entender el capitalismo y capitalista tendrá que ser nuestra organización mientras no consultemos con nosotros mismos. Nunca creímos que las tendencias socialistas  hubieran venido de Europa, socialistas somos nosotros por espíritu de raza y sugerencia telúrica" [8].

Posteriormente ingresa a trabajar en el periodismo, laborando en 1937 en "El Sur" de Arequipa, dirigido por Ernesto More y luego en "Noticias" de esa misma ciudad. Casado con Rosario Ortiz del Solar y con su hijo Juan Emilio, migra a Lima en 1938, ingresando a trabajar en "La Prensa" y luego en "Cascabel" de Federico More, donde permanece hasta 1945. Por esos años, la  notable poeta chilena Gabriela Mistral, de paso por Lima, dijo "esta bueno el periodista Armaza pero que se salve Armaza el escritor" [9].

De su carácter como periodista, ha dicho Emilio Vásquez:

"Como su padre, valiente y combativo, Emilio Armaza era proclive a la polémica. Siempre disconforme ante todo aquello que juzgaba incorrecto, inactual. Sin saberlo tenía algo de Federico More,  a quien acompañó de 1941 a 1945 en la redacción del semanario Casacabel" [10].

En 1943, vuelve "Armaza el escritor", publicando "Cabezas", un conjunto de semblanzas de personajes del Perú y el mundo, figurando entre los peruanos Manuel Pardo, Oscar R. Benavides y Alejandro Deustua.  y otros. 
En 1950 ingresa a laborar al diario "El Comercio" donde desarrolla un brillante trayectoria, llegando a ser Jefe de la Página Editorial, cargo que ocupaba cuando el periódico es expropiado por el gobierno de Velasco en 1971, tras lo cual se jubila en 1974.

En el campo del análisis literario, publica "Ritmo Interior" (1951), un profundo ensayo sobre la poesía, el "ritmo interior", y su significado. Dice allí, que al igual como la poesía de los griegos daba nombre a los dioses, la misión de la poesía es ahora identificar los  dioses contemporáneos: "Poetizar es dar nombre original a los dioses".

"Dioses innominados serian los nuevos aspectos de la adversidad social...por ejemplo esta paradójica condición del hombre que mientras más dominio ejerce sobre la ciencia y la técnica más extensas son las áreas de la población ennegrecida por  la miseria...
Los poetas descubrirán los signos de estos dioses. Primeramente los enunciarán en símbolos , después les podrán nombre y los figurarán. Descubrir los signos de la vida profunda es la misión de la poesía".
"Para el Dr. Luis Miroquesada
Testimonio de la gran admiración
y el hondo afecto que le guardo"
Emilio Armaza 1970.
En la misma línea, publica "Egúren" (1959), un agudo análisis poético de los versos del autor de la Niña de la Lámpara Azul.

De esos textos dijo Abelardo Oquendo: "Poeta largamente callado, vuelve a la poesía. Su obra Eguren y éste Ritmo Interior no son sino la manera discreta, casi tímida, como responde a su más pura vocación." 

Luego publica "Shakespeare el Único" (1966) que recoge sus ensayos sobre el dramaturgo inglés, del cual fue uno de sus mayores estudiosos en el país. En 1969 edita "Mi amigo  Baudelaire",  autor al que profesaba admiración  desde su adolescencia.  De ambos libros dijo: "Mi Shakespeare y mi Baudelaire se relacionan en eso: la fe en el hombre".

Su último libro fue "Biografía del libro" (1970) que recoge sus conferencias sobre el tema.

A través de todos estos textos, puede reconocerse el talento, no tan conocido, de Emilio Armaza en el campo del análisis y la  teoría literaria. Fue también un activo miembro de la Asociación Nacional de Periodistas. 

Poeta, periodista y crítico literario, Emilio Armaza falleció el 14 de setiembre de 1980. Quizás en esos momentos de despedida trajo a su memoria los versos del autor de "La flores del mal":

¡Oh, Muerte, venerable capitana, ya es tiempo! ¡Levemos el ancla!
Esta tierra nos hastía, ¡oh, Muerte! ¡Aparejemos!
¡Si el cielo y la mar están negros como la tinta,
Nuestros corazones, a los que tú conoces, están radiantes!


(Puede ver también Poesía Indigenista)

NOTAS

[1] "Correspondencia Completa. César Vallejo". Editorial Pretextos. Lima, 2011.
[2] "Un Ensayo de Escuela Nueva en el Perú". José Antonio Encinas. Editorial Minerva. Lima. 1959.
[3] "Armaza, Emilio". En "Enciclopedia Ilustrada del Perú". Alberto Tauro del Pino. 
[4] "Kolli". En Revista Amauta, N° 3. 1926.
[5] De acuerdo a la información en el mismo libro, "Falo"fue escrito en los años 1925 y 1926 y se imprimió en setiembre de 1926. La corta misiva con que le envía el libro a Mariátegui, dice "Puno, 1926. Para el gran José Carlos Mariátegui, con mi simpatía y cordial saludo. Emilio Armaza. Le ruego entregar el adjunto al Dr. Iberico. Gracias".  En otra carta, Mariátegui le escribe a Armaza: "Lima 6 de febrero de 1927. Estimado compañero, las fallas de mi salud y mi exceso de trabajo no me permiten escribirle...- Malgrado mis ocupaciones he leído atentamente sus versos. Encuentro en usted un poeta fuerte y auténtico...".
[6] En su viaje "Hace amistades con escritores y poetas de las nuevas tendencias, como Borges, Ricardo Molinari, Oliverio Girondo, Delmira Aguetini, Juan de Ibarbuorou y Raquel Saénz. Es entrevostado por "Crítica" de Buenos Aires sobre el movimiento de vanguardia en el Perú." Emilio Vásquez. "Emilio Armaza" Diario El Comercio 6 de octubre de 1980.
[7] Carta de Churata a Mariátegui, del 2 de julio de 1927: “Le abrazo a nombre de todos, de Alejandro [Peralta], menos de Armaza, el cual es un pobre muchacho burgués...Voy a referirle un solo detalle que lo pinta. Cuando ustedes me enviaron Amauta, salí personalmente a imponerlo y entonces este poeta de una raza que no existe se me enojó como un idiota por el hecho de que pretendí venderle un número de su revista, asegurando que él no compraba cojudeces...".  
[8] "Confesiones de Izquierda". Entrevista a Emilio Armaza. Boletín Titikaka. Vol. II. N° 25. Diciembre de a928. En la misma entrevista dice: "Sístole y diástole, la tendencia vanguardista y la vernácula constituyen hoy la médula de la literatura indoamericana. Refiriéndome al vanguardismo creo firmemente que es honda entraña sudamericana. El vanguardismo en Europa fue un feto, aquí es un rollizo espécimen de raza".
[9] Emilio Vásquez. "Emilio Armaza" Diario El Comercio 6 de octubre de 1980.
[10] Ibid.
 Libros:
"Falo. Síntesis del Imaginador". Tipografía Comercial. 1926.
"Cabezas". Editorial El Cóndor. 1943.
"Eguren". Editor Juan Mejía Baca. Lima, 1959.
"Ritmo Interior" . Lima. 1961.
"Shakeaspere el Único". Tipografía Villanueva Valdez. 1966.
"Mi amigo Baudelaire". Tipografía Villanueva. 1969.
"Biografía del Libro". Tipografía Villanueva. 1970.

Puede leer poemas de Emilio Armaza en: Blog Gamaliel Churata

O todo el libro Falo en: FALO

También leer parte de "Eguren" en Blog las mil lenguas del diablo


 

martes, 26 de noviembre de 2013

Adventismo y educación en el altiplano

(Uno de los capítulos de "Historia de la Educación en Puno", de José Portugal Catacora, esta dedicado a la obra educativa del adventismo. Aquí presentamos algunos extractos de dicho texto. También puede ver Manuel Z. Camacho, el primer educador indígena)

Ana y Fernando Stahl (Foto)
Fernando Stahl: su personalidad y actividad apostólica
Cuando era aún niño, conocí al pastor Stahl en los últimos años de su estadía en Platería. Era un hombre alto, de sólida consistencia física, ojos vivaces, frente amplia, mentón que denotaba perseverancia de carácter, de tez más blanca que rubia, tal vez un tanto quemado por el sol de los incas que en el Altiplano es fuerte.

Vivía en Platería muy sencillamente con su esposa, una dama bondadosa y su hija muy joven. Su casa habitación era a la vez botiquín y consultorio.
 

Se desplazaba a las demás escuelas y comunidades desde donde lo llamaban, quienes buscaban su ayuda, en una mula parda, mansa que parecía tener su mismo carácter generoso y tranquilo.
Vestía saco de cazador y pantalones de montar de color marrón claro, de esa tela que entonces se llamaba diablo fuerte y que hoy se llama corduroy, con sombrero de boy­scout y botas de suela gruesa.
Al margen de la misión política que se atribuye a los adventistas, Stahl era un verdadero apóstol laico. Hacia viajes de reconocimiento de la zona,  a veces alejándose de Platería a largas distancias, sin más apoyo y protección que la Biblia y sus oraciones. Cuantas veces, como él mismo relata en su libro "El país de los Incas", estuvo en trance de sufrir asaltos ya que en años de sequía menudeaban los abi­geos, otras veces era atacado por gentes instruidas por los párrocos y. autoridades de los poblachos, y, hasta zozobrar en los ríos torrentosos; pero en todos los casos salía airo­so e inmune.
Fuente Foto

Cuando llegaba a la choza de los que sufrían tifus viruela, neumonía y otros males, se daba íntegramente, sin temor, alguno, a curar a los enfermos. Y él era un médico múltiple, trataba infecciones, epidemias, como hacía operaciones quirúrgicas de apendicitis y otros males, con la misma destreza que un especialista. Sin otros instrumentos que con los pocos que contaba y sin más asepsia que el agua hervida y el ambiente esterelizante del medio telúrico.
En 1920, entró al pueblo de Acora (Puno) la epidemia de la tifus exantemático. Y aunque había recibido ofensas de los vecinos de ese pueblo, sin rencor alguno, acudió a curarles. En mi familia murió mi madre, siendo aún joven, porque no se llamó a tiempo al médico Stahl; pero a los demás miembros de mi familia, mi padre, mi hermano, su esposa, mi hermana y yo fuimos tratados por él.

En verdad que en aquel tratamiento también intervino el Qolliri Mendoza o curandero indígena que nos atendió con yerbas y procedimientos mágicos, es natural que siendo la tifus una infección microbiana portada por el piojo, solo podía tratarse por medíos científicos. Aún re­cuerdo que cada día se trasladaba de Platería a Acora en su mula para atendernos. Y no recuerdo si nos cobró o no por sus servicios.
Acora en 1919. Colección Billhare

Stahl acusado ante el Gobierno de Leguía
Sin importarles la obra cristiana y social que Stahl cumplía cegado por el fanatismo excluyente, que Cristo no habría aprobado jamás, el obispado de Puno apoyado por las autoridades y los terratenientes, envió a Lima sendas acusaciones en contra de Stahl, acusándolo de hereje, anticristo y soliviantador de indios. Acudieron a este medio porque resultaron importantes para contener el avance incontenible del movimiento adventista entre las masas campe­sinas.
En aquellos años,  por las malas cosechas se impor­tó trigo dé Chile, esa variedad de trigo que al tostar reven­taba. Y los primeros en adquirir fueron los adventistas. Y como la gente que lo comía moría, por otras causas, se llegó a urdir la especie de que ese trigo, por haber pasado por ma­nos adventistas, se convertía en veneno y la gente moría arrojando sapos y culebras. Pero nada de esto surtió efecto, la gente estaba con Stahl.
 
Cuéntase que cuando el gobierno de Augusto Leguía recibió las quejas del obispado de Puno, Leguía dijo irónicamente "que los católicos hagan lo que hacen los adventistas y que les demuestren a los indígenas que ellos son mejores". Gesto generoso de Leguía, que fue manchado posteriormente, cuando el levantamiento de Rumimaqui se ahogó en sangre.

JUICIO CRITICO

Como testigos de la realización de la experiencia educativa adventista y de sus resultados vamos a glosar algunos de sus aspectos.
Humanización  del  Indio
Desde que Cristoforo Colombito creyó haber llegado a la India y no a un mundo nuevo, vino en llamarse indios a los naturales de esta parte del mundo descubierto por él y bautizado con el nombre de América. Pero lo grave está en que la los conquistadores de los distintos pueblos de América no consideraron a los naturales como a seres humanos iguales ellos, sino como a seres inferiores. De esta consideración a todas luces devino el hecho de que cuando se hablara de los naturales de América se pensase como seres de valer menos que hombres.
Es en este último orden que los adventistas se ade­lantaron a su obra, pues insuflaron en los campesinos del Al­tiplano su revalorización y los hicieron sentirse con derecho a vivir mejor, a respetar y a ser respetado.
Dos vicios materiales y algunos espirituales se habían arraigado en la vida del indio.
Entre los primeros, el masticar coca y el beber alcohol. Sabemos que en el Incario se mascaba coca solo en los actos rituales, pero después de la Conquista, para matar las penas y también el hambre, empezaron a usar la coca hasta el extremo de convertirlos en vicios del que no pueden deshacer­se. Y en cuanto al alcohol, el establecimiento de fiestas pa­tronales se convirtió en oportunidades donde el indio bebía hasta la inconsciencia y en este estado el indio es capaz de cometer los delitos más incalificables.
En forma paralela al uso de la coca y el alcohol, los campesinos adquirieron el vicio de mentir, robar y traba­jar con pereza, pero como hemos anotado antes, no entre ellos sino en relación al Misti y blanco. Pues, como el blanco lo despojó de sus derechos, el indio, roba al misti o miente pa­ra él y no le trabaja con prolijidad, como un medio de venganza pasiva. Pero no miente, ni roba y trabaja con esmero, cuando se trata de ellos mismos.
Los adventistas actuaron sobre la erradicación de estos vicios degradantes y lo lograron en gran parte, porque los adventistas indígenas bautizados dentro de la secta no mascaban coca. Además tiene respeto por los derechos morales y sociales de los demás sin discriminación  de razas.
Monumento a Stahl y Manuel
 Z. Camacho
Primicias del Adventismo
Podemos anotar como verdaderas primicias de la obra adventista las siguientes.
 
El adventismo estableció, con Manuel Z. Camacho, en el Altiplano peruano la primera escuela rural para niños indígenas, después de la legendaria escuela de Utahuilaya, y también la primera escuela para maestros rurales, primero en Platería y más tarde con valor oficial en Chullunquiani. Y de estos planteles han egresado gente con nueva actitud humana y social. Pues en las escuelas algunos aprendieron inclusive a hablar inglés y los maestros eran de una calidad muy encomiable, pues, eran y son capaces de educar con el ejemplo de su conducta y no simplemente por teorizar.
El adventismo, como institución, fue precursor en la organización de los núcleos escolares campesinos que en 1947, adoptaron oficialmente Perú y Bolivia como organización escolar. Esta misma jerarquía podemos darle al establecimien­to de la Misión Andina entre Perú, Bolivia y Ecuador como movimiento precursor del Pacto Andino, que los mismos países agregando Chille, Colombia y Venezuela, han establecido a iniciativa peruana.
Además de la obra humanizadora del hombre campesi­no, una buena parte de ellos, muy especialmente los de más al­ta calidad de inteligencia y capacidad, han sido favorecidos mediante el sistema de becas en el extranjero. Esta acción ha dado oportunidad a muchos hombres y mujeres para ocupar puestos de gran responsabilidad dentro de la organización de los planteles y en las iglesias.