viernes, 22 de junio de 2018

Chiriguanos


Su origen

Traje tradicional de Chriguano
Una leyenda que se menciona pocas veces se refiere a la invasión de los Chiriguanos. Según ésta, una horda de salvajes procedentes de la selva amazónica, por el lado oriental del lago Titicaca, invadió el Altiplano en flagrante e incontenible actitud bélica. Como los naturales de Tiahuanaco eran gentes pacíficas y no estaban por tanto preparados para las luchas que duraron decenas de años y de ella la historia tiene información como la behetría serrana, porque aquello fue realmente una anarquía que duró por mucho tiempo. La presencia legendaria de los invasores en la memoria de las gentes parece ser que dio origen a la existencia de esta danza.

El son guerrero de su música y la actitud aguerrida de los danzantes insufla espíritu bélico y despierta temor como si su presenciase hiciera algo amenazador. Los Chiriguanos se presentan en las festividades anuales más importantes que celebran los poblachos ubicados a lo largo de las orillas del lago Titicaca.

A diferencia de las danzas como los Pulis o los Cintakanas que antes del día la fiesta arriban al pueblo y ocupan una casa y allí se disfrazan el día de la festividad, los Chiriguanos arriban desde sus comunidades lejanas recorriendo a veces decenas de leguas de distancia disfrazados y al compás de los sones fuertes y sonoras de su música guerrera.

Cuando aparecen sobre los cerros cruzando apachetas recuerdan inevitablemente la presencia legendaria de los primero Chiriguanos. Ese algo es el ulular del pututo que suelen tocar de tanto en tanto uno de sus músicos. Pero una vez en el pueblo dejan de sonarlo. Solo la danza se reduce a su música severa.

Como todas las danzas se organizan dedicados a la patrona o al patrón del pueblo, como presente religioso.

Componentes y atuendo

Los componentes de la danza son los hombres y mujeres que forman el cuerpo de la danza, el pututero y los acompañantes. Son hombres maduros, escogidos entre los que saben danzar y ejecutar música, ellos son los únicos disfrazados. En un segundo plano se colocan las mujeres. Este hecho parece evocar que los nativos siempre actúan con sus esposas.

Completa la comparsa la familia del cargo y sus acompañantes o miembros dela comunidad. De manera que la comparsa es muy extensa; da precisamente la impresión de una horda en marcha bélica para conquistar algo.

El atuendo que llevan es muy parecida a los ayarachis de la zona quechua. LLevan pantalones apretados hasta la rodilla y abierto desde la rodilla hasta la pantorrilla donde sobresalen los calzoncillos plizados. La chaqueta es corta y adornada de cintas de colores. El danzante va cargando de largas zonas de colores naturales, entrecruzadas sobre el cuerpo en numerosas vueltas. 

El sombrero es de piel y de paja torcida, pero sobrecargada de plumas grandes de aves como el cóndor, el avestruz la parihuana y el gallinzazo serrano. Y los pies calzados de ojotas cerradas hechas de cuero de llamas. Cada danzante toca el quena quena  y algunos llevan el ritmo con un bombo rústico que parece haberse incluido últimamente. En el atuendo predomina el negro a diferencia de otras atuendos.

Las mujeres van con sus mejores vestidos, numerosas polleras, negra de encima, blusas también negras lo mismo que la montera de pico cortado con amplias faldas voladas, cargando una lliclla, excepcionalmente de color rojo listado de distintos matices.

Los intérpretes ejecutan la danza en posición erecta, vertical con la cabeza erguida, como en actitud desafiante a los elementos, el frío, el viento y ventisca. No realizan propiamente figuras, pero verifican evoluciones de vuela y revuelta a trasladarse de una esquina a otra de la plaza. De vez en cuando inclinan el cuerpo hacia la derecha y hacia la izquierda siempre en actitud erguida con movimientos enérgicos.

La melodía y los instrumentos

El ritmo musical es bélico, pero carece de las características del ritmo de las marchas militares occidentales,  es lenta, pausada y enérgica.

Los instrumentos con que se ejecuta son las sampoñas acompañados con bombos de rústica construcción; unos tocan la sampoñas  y otros el bombo. En algunas comunidades ejecutan la melodía en sampoñas de gran tamaño por lo menos de unos 60 o más centímetros.

El Chirguano es una danza guerrera, de música solmene, de una marcialidad originalísima, que rememora la destrucción del Tiahuanaco bajo el peso de invasión. Por la elocuencia bélica de su melodía bien valdría llevarla a la categoría de ballet, pero aún no alcanzado a ser llevado a un escenario teatral, no se presenta en concursos. Permanece en sus forma primitiva al margen de las evoluciones o las mistificaciones que han sufrido otra danzas.

El profesor Julián Palacios ha compuesto un himno a Manco Capac y Mama Ocllo en la melodía de los Chirguanos y en muchas escuelas los niños lo entonan.


(Tomado de Danzas y Bailes del Altiplano, de José Portugal Catacora)

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