sábado, 27 de febrero de 2016

Sandia, la Hija de Huiracocha

Dibujo de Genzoman
Huiracocha y Cullahua se establecieron en el corazón de la tierra creada en Chitapampa o pampa de la creación. Y una vez cumplida su misión de cultivar la vida sobre la tierra y de sembrarla con las suyas propias, Huiracocha fue llamando por su creador Pachacamac.

Su cuerpo fue convertido en piedra para perennizar el recuerdo de su presencia en el mundo, porque la piedra es indestructible. Y su espíritu se elevó a los cielos en forma de espirales etéreos, como se habría formado, y quedó trasmigrado en el sol: Inti.

Cullahua sobrevivió a Huiracocha por mucho tiempo, hasta que sus hijos crecieron y se multiplicaron. Cuando murió su alma fue reencarnada en la luna: Quilla, para seguir siendo la compañera eterna del sol y su cuerpo se convirtió en polvo, y torno a la tierra para seguir sustentando con su sabia a los seres que se crían sobre ella. 

Huiracocha y Cullahua dejaron como gérmenes de la propagación  de la especie humana cuatro hijos: Saantía y Saancahua, mujeres y dos hombres Saancaru y Saancatu. 

Saancaru marcho hacia las planicies del sur.  Saancatu se dirgió a las serranías del oeste. Saancahua se internó a las selvas del Norte, donde se casó con Iñapari. Y, Saantia prefirio quedarse en el lugar tutelar de sus progenitores. Pero el designio debía  cumplirse y un día fue  raptada por Chayanacu de la estirpe Chayas, gente de la selva. 

Chayanacu era un hombre desidioso y al mismo tiempo belicoso y turbulento. Mucho tiempo había cortejado a Saantía, pero al ver que sus requerimientos fueron frustrados acudió a un ardid. Contrato los servicios de Laycca Usicayus; quien le proporcionó unas hierbas hipnóticas y unos amuletos, con los cuales logró hacer dormir a Saantía un sueño profundo e intenso y aprovechando de este estado, la transportó a una bella encrucijada de la cabecera de selva.

Cuando Saantía despertó y se vió rodeada de un ambiente completamente desconocido, su primera intención fue huir en busca de sus lares nativos; pero ante la imposibilidad de conseguirlo y sintiéndose que llevaba un nuevo ser en sus entrañas recordó el designio de su padre Huiracocha, que había dispuesto que ella partiría hacia el Este a poblar con su su sangre, se resignó a quedarse en el lugar. Pero nunca más acepto los requerimientos de Chayanacu y hasta le prohibió molestarla con sus compañía y sus visitas.

La actitud de hostilidad y de desprecio adoptada por Saantía, perturbo el ánimo de Chayanacu, quien pretendión matarla. Yuna noche de tormenta bajón de las cumbres gritando como un desposeído y haciendo estrépito de ecos entre los cerros. Pero, en esto apareción Huayanacu, su hermano, quien se interpuso en el acto salvándola de una muerte segura.Saantía demostró a su profunda gratitud y recibió sus frecuentes visitas con íntima satisfacción, naciendo entre los dos una honda simpatía que pronto de hizo una intensa pasión de amor.

Y mientras Chayanacu deambulaba por las cumbres y las quebradas, mordiendo su venganza por Saantía y Huayanacu, éstos vivieron en un mundo de felicidad indescriptible, aunque sobrecogidos, de tanto en tanto, por el temor de las amenazas de aquél. Y sus temores pronto se hicieron presentes. Pues una noche de tormenta en que Huayanacu se hallaba ausente, pretendió colmar su venganza; pero felizmente aquella misma noche volvía Huayanacu, antes de que Chayanacu pudiera conseguir su propósito. Se encontraron en la media cuesta del cerro que protegía la vivienda de Saantia y entre los dos se entabló una cruenta lucha que duró horas, hasta que por fin en un momento culminante se asieron los dos cuerpos y en un impulso en que el odio y la venganza crujieron al unísono,  rodaron cuesta abajo, hasta los más profundos abismos de donde nunca más volvieron a salir. 

Saantía quedo sola en compañía de sus dos hijos, el primero, hijo de Chayanacu, y el segundo, hijo de Huayanacu. Y al cuidado de ellos dedicó su vida que se prolongó por muchos años. Extraños fenómenos siguieron a la muerte de los dos amantes de Saantía. Frecuentemente, en noches de tormenta, se sentía el repetir de la lucha de Chayanacu y Huayanacu, atormentando la vida de Saantía. hasta su ancianidad y su muerte. Sugiere la leyenda que aquel lugar donde fuera raptada y ocultada Saantía fue el sitio donde se levanta en la actualidad Sandia, nombre con que fuera bautizado a la memoria de su existencia, a su muerte, por sus hijos, como muchos lugares conservan el nombre de sus primitivos habitantes, hechos tótems. 

Y que no obstante los siglos transcurridos, aún hoy Sandia sigue atormentada por las amenazas de Chayanacu, o Chichanacu, frustradas por el Huayanacu  o Vianacu que se le interpone, y los dos van por el mismo cauce en una simbolización cósmica de la ruta del sino de los hombres, que pasan como el agua de los ríos y no vuelve más. Sandia, su nombre es símbolo de las más altas expresiones de dignidad femenina hecha madre. Por eso su memoria fluye en el aroma de las orquídeas que adornan los lares nativos y su visión es digna de aquella belleza y excelsitud. Pero no obstante su legendario origen ...y no obstante se ser las puertas de las vetas de oro de nuestra selva del sur, ha permanecido olvidada y aún permanece cerrada. ..Parece seguir siendo la novia raptada por hombres maléficos y transportada a rincones inaccesibles que anonadan sus enrgía y su belleza, permaneciendo en actitud invocatoria de que alguien la libre para florecer.

(Extractos de "Puno, Tierra de Leyenda" de José Portugal Catacora).

domingo, 21 de febrero de 2016

Puno Tierra de Leyenda

"Imaginamos al profesor Portugal Catacora caminando por los escabrosos senderos de la cordillera para acercarse a los thultumachu y escuchar su vieja palabra; desplazándose por las estepas qollas para recoger el gastado recuerdo de los roqtomachu, que ya no pueden ver ni oir, pero que siguen repitiendo los mitos, las leyendas, los pasajes más saltantes de su historia". Alfonsina Barrionuevo [1]


La reedición por la Universidad Nacional del Altiplano de "Puno, Tierra de Leyenda" de José Portugal Catacora, rescata un texto clásico, y desde hace muchos años inhallable, del folklore del altiplano referido a las leyendas y mitos de los pueblos quechua y aymara.

La primera edición del libro, con una significativa carátula del "Laykakota" Montoya Riquelme y un agradecimiento al apoyo material de Víctor Mendoza Arroyo,  fue publicado en 1952, cuando José Portugal Catacora era Director de la Escuela de Educación Experimental de Puno. El libro reunió 11 leyendas del altiplano, 9 sobre el origen de cada una de las por entonces 9 provincias de Puno, y 2 sobre la creación del lago titikaka y la fundación del imperio de los incas. Estas dos últimas fueron recogidas luego por Alfonsina Barrionuevo en su famoso libro "Dioses de la Lluvia" [2].

Además de las dos mencionadas, encontramos en el libro las leyendas de "Malica", la joven indigena que entregó las minas de Laykakota; "La conquista de los Ayajhuayras" sobre los bravos ayaviris; "Lulli" el ave de la Paz que unió en Juli a incas, qollas y aymaras; "El triunfo de los Ashuankharis" o de los bravos Azángaros; "Los sueños del general Huayta" referida a Lampa; "El viento agorero" que da cuenta del origen de Juliaca; "El inca Huancane" que lucho contra los Chiriguanos; "Saantía" la hija de Huiracocha y "La reyna Macusa y las lagrimas de la luna", bella historia sobre el origen del oro y la plata de Carabaya

Al reunir y difundir las leyendas mencionadas, Portugal Catacora quiso rescatar para la infancia puneña en general el valor educativo que tienen la leyenda y el mito para los niños y niñas quechuas y aymaras. La leyenda y el mito cumplen una función esencial en la construcción y conservación de la identidad de estos pueblos, siendo un medio priviligiado para explicar el mundo y cimentar enseñanzas y valores fundamentales.

Dice al respecto el autor del libro:

Carátula del libro de 1952
Sus páginas han sido escritas con algo de tradición, con mucho de leyenda y un poco de ficción literaria. Si en ellas asoma la historia o el folklore, nos interesa más que estos aspectos formales, la función emocional, educativa, que debe cumplir la leyenda frente a las nuevas generaciones...Es necesario poner en manos de nuestra niñez las maravillosas e ingentes concitaciones de nuestro glorioso y legendario pasado, para sembrar en su cerebro el amor por los lares nativos, como fundamento del amor a la Patria. Tal es el objetivo central de este libro [3]. 
La idea de ofrecer una leyenda para cada provincia y presentar leyendas que dan cuenta de sus orígenes aymara y quechua, más alla de la consabida fundación española, hacen del libro también un instrumento para la construcción de una identidad regional, propia y singular, en la que sin solución de continuidad se hermanan en el tiempo y el espacio los pueblos aymara, quechua y mestizo del altiplano. 
      
Cabe destacar que la  publicación realizada por la Universidad Nacional del Altiplano, tiene el mérito de haber conservado los aportes de destacados intelectuales puneños en el libro. Así, podemos leer también el Prólogo del escritor y pionero del teatro infantil, Alfredo Macedo Arguedas, el Colofón de Mario Franco Hinojosa, estudioso del aymara y la cultura aymara, y las apostillas que escribieron para cada leyenda los notables puneños como Julian Palacios Ríos, Francisco Chuquihuanca Ayulo, Emilio Vasquez, Daniel Espezua, Fernando Tapia, Alberto Cuentas Zavala, Juan Luis Mercado Vicente Mendoza, Juan Luis Mercado y Benjamín Dueñas Tovar, cuyos textos enriquecen el libro.  

Varias de las leyendas de "Puno, Tierra de Leyenda" han sido recogidas en prestigiosas antologías como "Cuentos Infantiles Peruanos" (1958) de Sebastian Saazar Bondy y "Mitos y Leyendas del Perú" (1991) de "Cesar Toro Montalvo y en la "Historia del Perú Antiguo" de Luis E. Valcarcel.

"Puno, Tierra de Leyenda". Universidad Nacional del Altiplano. Puno, 2015.
Presentación/ Presentación a la primera edición de Alfredo Macedo Arguedas / Notas preliminares / 1. Titicaca / 2. Los niños que fundaron un imperio / 3. Malica / 4. La conquista de los Ayajhuayras / 5. Lulli/ 6. El triunfo de los Ashuankharis / 7. Los sueños del general Huayta / 8. El viento agorero / 9. El inca Huancane / 10. Saantía:la hija de Huiracocha / 11. La reyna Macusa y las lagrimas de la luna /Voces Nativas/ Colofón. 

Notas
[1]  Texto de Alfonsina Barrionuevo en el Prólogo de "Niños del Altiplano" (1987) de José Portugal Catacora. 
[2] "Dioses de la Lluvía". Alfonsina Barrionuevo. Editorial Universo. Lima.
[3] Notas Preliminares de  "Puno, Tierra de Leyenda".


En el blog puede encontrar extractos de las leyendas del libro en "Puno, Tierra de Leyenda".


miércoles, 17 de febrero de 2016

Palmas Magisteriales y Viaje de Estudios: Autobiografía

Lagunas de Xochimilco
Ciudad de México
Con maestros mexicanos.
En 1956 nos otorgaron las Palmas Magisteriales de segunda clase. Y en ese año se realizó el Congreso Interamericano de Educación Primaria en Lima [1], al que asistimos en representación del Perú. Al finalizar este Congreso, el Perú ofreció un almuerzo a los congresistas, en este acto me tocó la suerte de sentarme en una misma mesa con Gonzalo Abad [2], educador ecuatoriano representante de UNESCO, quien se interesó por conocer nuestro experimento en Puno. Cuando se retiró de Lima me dijo que iba a dejar recomendado al Secretario General del Ministerio, que era el doctor Indacochea, para que el Ministro Mendoza me propusiera a UNESCO para una beca.

En ese mismo año se realizó el Seminario de Planes y Progamas de Estudios de Educación Primaria en Huampaní (1956), al que también asisití. Transcurrió el resto del año y yo pensé que la beca habría quedado en un buen deseo, cuando recibí un cable de París en que se me concedía la beca. Viaje a Lima y a mi vuelta lleve el nombramiento de quien me reemplazaría. Entregue el plantel con todos sus elementos y volví a Lima para viajar en uso de la beca, debiendo quedarse mi esposa y mis hijos en el Cusco.

Viajé haciendo escala en todos los países de Centro América y luego me detuve en México, donde las autoridades me trataron con suma atención. Me proveyeron una persona que viajaba conmigo a todas partes. Viaje a diversos lugares de México, donde encontré novedosas formas de vida; pero nada nuevo en materia de educación, así transcurrieron los cinco meses de estada en México, al final de los cuales visité la Escuela Nacional de Maestros, donde dí una conferencia. Se reunieron más de mil alumnos de los últimos años de estudios, quienes me hicieron una serie de interrogantes a los que tuve que contestar. Al final, la Directora Guadalupe Ceniceros [3] hizo un valioso comentario, me comparó con Pestalozzi y con José Santos Chocano que había sido secretario de un revolucionario mexicano. Luego, se corrió la voz de mi conferencia y me solicitaron la misma varios inspectores de educación, así dicté en varios lugares la misma conferencia, incluso dos veces al día, todo lo cual fue recogido por los diarios.

Antes de viajar a Puerto Rico, la señora Ceniceros me ofreció un puesto en México con un excelente haber, pero ya había firmado un contrato con UNESCO para volver al Perú y trabajar al menos dos años.

Debo recordar que en México sufrí una intoxicación, y mis paisanos médicos Matuk y Alencastre me consiguieron consulta en el Instituto de Nutrición y me diagnosticaron estrés.  Como me había convertido en creyente, creí que la Virgen de Guadalupe a la que visité en su santuario, me había hecho el milagro, porque yo estaba mal desde hacia mucho tiempo.

En aquel año 1957 México celebraba el Centenario de la primera Constitución dada por el notable Presidente Benito Juárez, con este motivo se celebraba una serie de actividades escolares. En una escuela de la capital se organizó la República Escolar, a la que asistí en un acto formal que se paso en los noticieros de los cinemas.

Durante todo el tiempo que permanecí en México los maestros me invitaron a diversas festividades, algunas en mi honor. Por ello deje muy triste México, porque todos los mexicanos estiman a los peruanos debido a la similitud de nuestras culturas prehispánicas.

NOTAS
[1] En realidad sería la "Conferencia Regional sobre la Enseñanza Grauita y Obligatoria en América Latina" realizada en Lima en abril de 1956.
[2] Gonzalo Abad Grigalva, ingresó a la UNESCO en 1948. En 1962 fue ministro de educación en Ecuador, posteriormente, al regresar como alto funcionario a la UNESCO, tuvo un importante papel para que Quito fuera declarada parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
[3] Guadalupe Ceniceros de Pérez Zavaleta. Ocupó destacados cargos en las instituciones educativas y el ministerio de educación de México.

domingo, 7 de febrero de 2016

La fiesta sigue: danzas y bailes del altiplano

Caratula del libro publicado por
la Universidad
Nacional del Altiplano
"Muchos intentos se han suscitado desde entonces por alcanzar su nivel, algunos con  cierta documentación, otros frutos del espontaneísmo, de la inspiración, del reto del rapto, son los más, pero ninguno con la competencia, con la mirada total, la penetración de Portugal Catacora. Libro pionero y fundador, de alguna manera modelo para los que vinieron luego". Omar Aramayo Cordero

Gracias a la Universidad Nacional del Altiplano, ha sido reeditado "Danzas y Bailes del Altiplano" de José Portugal Catacora, texto que reúne  22 de estas hermosas expresiones del folklore del altiplano, muchas de ellas practicadas cada año en la gran fiesta de la Virgen de la Candelaria en Puno. 

Están allí retratadas, entre otras, la fuerza de los Sikuris, la solemnidad del Ayarachi, la plasticidad de la Huifala, la elegancia de la LLamerada, el romanticismo del Qajhelo, la alegria de la Pandilla y el misterio de los Puli Puli, una danza vinculada a la Quinua, ese grano milagroso que en la noche de los tiempos, salvó a los habitantes del altiplano de la hambruna.

Con la elocuencia del escritor y el conocimiento de quien desde niño, en su pueblo natal Acora, conoció las danzas y bailes del altiplano y de adulto indagó con los "yatiris", los magos del Ande, por su significado y orígen, José Portugal nos muestra que ellas, además de ser un magnifico espectáculo, son fundamentalmente expresión de la cultura ancestral de los pueblos quechua y aymara, de su rica e íntima relación con su medio telúrico y su historia.

El libro reeditado, además de conservar el importante Prólogo que Ernesto More escribiera para la primera edición de 1981, incluye esta vez un texto introductorio escrito generosamente por el poeta Omar Aramayo, quien lo ubica como un libro primigenio en la bibliografía existente sobre el folklore puneño.   


Ilustración de
 Moises Aguilar
en el libro de 1981.
Mucho de lo que autor señala en el libro ha sido ratificado por los estudios posteriores, así como también mucho puede ser discutido o rebatido, pero el carácter fundador del libro se mantiene incólume y especialmente su propósito de reivindicar la cultura de los pueblos quechuas y aymaras del altiplano.

Hoy que las danzas que se presentan durante la Festividad de la Virgen Candelaria, llaman la atención, ya no sólo del Perú, sino del Mundo, es importante tener presente ese propósito,  recordando que las danzas del altiplano, junto a su belleza y colorido, expresan la cultura viva de los pueblos que las practican, y que su apreciación debe servir para valorar y comprender a estos pueblos, para que nos valoremos y entendamos más y mejor entre peruanos. 

"Danzas y Bailes del Altiplano". José Portugal Catacora. Universidad Nacional del Altiplano. Primera Edición Crítica. Colección Biblioteca Puneña. 261 páginas.Puno 2015.

Indice
Presentación/ Prólogo (Omar Aramayo, Ernesto More/ Motivación/ Identificación General/ Ayarachi/ Auqui Auqui/ Callahuaya/ Carnaval/ Casarasiri/ Cintakana/ Cullahua/ Chiriguanoi/ Choquela/ Chuncho/ Huifala/ Inca/ Kusillo/ Llamero/ Marini/ Puli/ Qajhelo/ Sicuri/ Tapaqari/ Ury Uru/ La Pandilla.

Extractos del libro pueden verse en esta entrada del blog Danzas y Bailes del Altiplano

viernes, 5 de febrero de 2016

Mateo Jaika: Víctor Enriquez Saavedra

Mateo Jaika
[Es un] joven neoindio que se inicia muy afanoso en el estudio del folklore, como verá usted por los ensayos que le envía. Si este muchacho continúa por la ruta que tiene iniciada su profundo conocimiento de la raza aborigen le capacitará para ofrecernos en sazón la novela del altiplano que aún no se ha intentado con ánimo indígena” [1]


Con estas palabras, Gamaliel Churata, en una carta dte 1928, presentaba a Víctor Enríquez Saavedra "Mateo Jaika" (Puno, 1900 - Arequipa,1977) a José Carlos Mariategui. En los siguientes años Mateo Jaika cumpliendo el augurio de Churata, se convertiría en un destacado cuentista.

Huérfano desde temprana edad, se crió con su abuela y la familia Aza, dedicándose desde adolescente a trabajar como tipógrafo y otras oficios, a la vez que se formaba de manera autodidacta, pues sólo llevo estudios unos años en la escuela N° 881.

Joven ya, acompañó a los hermanos Peralta en los grupos Bohemia Andina y la Tea y luego en el famoso Grupo Orkopata, en cuyo Boletín Titikaka publicó en 1928 y 1929 sus cuentos: "Un indio", "Sirena encantada" y "El Ajjachiri" [2]. En 1928, la Revista Amauta publicó, bajo el título de "Relatos Aymaras" sus cuentos: "Los jawqas", "Las Chusiqas" y "La Imilla" [3]   

En los siguientes años continuaría publicando sus cuentos en diversas revistas como ""Cunan", Folklore", "Expresión", "Cultura Peruana", "La Sierra" y en las revistas del Instituto Americano de Arte de Cusco y el de Puno.

Su infancia huérfana y llena de necesidades cultivó en él una sensibilidad especial para identificarse con las  vicisitudes de los pueblos del altiplano. Como señala Feliciano Padilla "En sus relatos trasunta la tragedia del indio: sus penalidades, sufrimientos, su condición de personas excluida del Perú oficial...Otro aspecto a destacar es su apego a los valores culturales indígenas. Los personajes de sus narraciones son indios pescadores o productores de la cordillera que muestran su absoluto respeto por sus valores culturales, sus tradiciones y sus costumbre" [4].

Casado con Emilia Pastén Oblitas, de Charazani, Bolivia, tuvo 7 hijos Margarita, Trinidad, Sonia, Mario, Nora, Diana y Zelma; se trasladó en los años sesenta a Arequipa luego de haber trabajado por largos años para el Poder Judicial.  

Novelista

Entre los años 40 y 50 escribió su novela "El Qolla", que lo ubica entre los cultores primigenios del género en Puno [5], la misma que sin embargo no sería publicada sino hasta 2015, en la antología completa de su obra, preparada por José Luis Ayala y publicada por la Universidad Nacional del Altiplano, en su prestigiada "Biblioteca Puneña". 

En 1942, respondiendo a la pregunta sobre su experiencia con grupos indígenas en un cuestionario del Instituto Indigenista Interamericano, responde escueta y rotundamente: "Soi indio" ratificando su militancia en el indigenismo [6].

En 1950, en el "Cuento Puneño", José Portugal Catacora, gran amigo suyo, recoge uno de sus cuentos más característicos "Casarasiri y da cuenta de su publicación en idioma alemán [7]. Otras 5 antologías del cuento peruano también recogieron su obra.

En 1965 participa en el I Encuentro de Narradores del Perú, en Arequipa, en el mismo que se presentaron, entre otros, Ciro Alegría, José María Arguedas y Salazar Bondy. 

En 1969, reune sus cuentos en "Kancharani. Cuentos Qollas" [8] publicado en Lima y con prólogos de Estuardo Nuñez y Arturo Peralta. El libro esta compuesto por un total de 26 narraciones y con hermosas xilografías de Carlos Rubina, Joaquín Chavez, Gustavo Zegarra Villar, Amadeo Landaeta, Florentino Sosa y Carlos More. Abre el libro su cuento "Las Lechuzas" en el cual el autor poetisa el mundo altiplanico y expresa la íntima relación entre el hombre y la naturaleza:
"El frío estranguló a la tarde y la hizo morir tras una lenta agonía. LLegó la noche. Las nubes huyeron despavoridas, cual manada de corderos perseguidos por zorras...el viento recio, mezclando su silbido con el lek lek, canto de  los teros, y el jucuú de los mochuelos, entonaba una sinfonía quejumbrosa e incomprensible...Mi padre, que chajchaba su coca junto al poyo donde hilaba mi madre, después de un hondo suspiro, gravemente, en su lengua aymara le dijo - Jacoba, la coca esta amarga, algún penar se nos aproxima". 
En 1977, poco antes de su fallecimiento, Mateo Jaika alcanzó a participar en la formación del Instituto de Cultura Inca INCA, conformado por reconocidos intelectuales puneños.

José Luis Ayala a cuya perseverancia debemos el libro de la Universidad Nacional del Altiplano, ha dicho sobre Mateo Jaika: "Ha vencido a sus gratuitos detractores y regresado del olvido para vivir entre nosotros. Ha abolido al tiempo y a las esferas del movimiento cíclico...regresa a la vida volando sobre la soledad, los juicios injustos, los enemigos del Perú andino y la muerte" [9]. Que ha así sea.

Jaika Grabador

Además de escritor, Mateo Jaika fue un reconocido grabador, como lo recordaban los notables artistas amigos suyos Domingo Pantigoso [10] y Leonel Velarde [11], padre de Etna Velarde, refiriendo el primero que usaba el taller de Jaika en Puno para hacer sus trabajos durante su permanencia en Puno a mediados de los años 20, y el segundo que realizaba ilustraciones para textos que le enviaban desde Arequipa y Bolivia.

Como experto en xilografías, Jaika participó en las maderas y viñetas de "Altipampa. Poemas multifácticos" (1933) de Emilio Vásquez, junto con otros artistas, como Joaquin Chavez y el propio Domingo Pantigoso, entre otros. También colaboró con grabados de "Niños del Kollao", de Portugal Catacora, graficando uno de los primeros libros ilustrados para niños en el Perú. Con Carlos Rubina, hace la caratula de "Alas" (1943), libro de poemas de Enrique Ancieta.

NOTAS

[1] Carta de Arturo Peralta a José Carlos Mariategui. En: "Mariategui Total". Tomo I, pp. 1902.
[2] "Un Indio" Boletín Titikaka, N°, 1928; "Sirena Encantada" Boletín Titikaka N° 25, pp. 3-4, 1928; "El Ajjachiri", Boletín Titikaka N° 31, pp 1-2, 1929. 
[3] Revista "Amauta". N° 18, 1928.
[4] Feliciano Padilla. "Mateo Jaika, el extraordinario narrador de cuentos". En "Mateo Jaika. Narrativa Completa". Universidad Nacional del Altiplano. 2015.
[5] "El Qolla". En "Mateo Jaika. Narrativa Completa". Universidad Nacional del Altiplano. 2015.
[6] Información biográfica de Mateo Jaika, del 10 de mayo de 1942. Archivo Histórico del Instituto Indigenista Interamericano III. El III elaboraba un directorio de "indigenistas" peruanos. De puno participaron, Manuel Nuñez Butron, Frisancho Macedo, Julián Palacios Ríos, Juan Francisco Deza, Anselmo Mollepasa. En: "La Ambivalente Historia del Indigenismo". Laura Giraudo, Juan Martín Sanchez (Editores). Instituto de Estudios Peruanos. Lima, 2011.
[7] José Portugal Catacora "El Cuento Puneño". Puno, 1955.
[8] "Kancharani. Relatos Qollas". Editorial Universitaria. Lima, 1969.
[9]  "Itinerario Esencial de Mateo Jaika". José Luis Ayala. En: "Mateo Jaika. Narrativa Completa". Universidad Nacional del Altiplano. 2015.
[10] "El ultaorbicismo en el pensamiento de Gamaliel Churata". Manuel Pantigoso, pp. 39. 
[11] Entrevista a Leonel Velarde. En: "Mateo Jaika. Narrativa Completa". Universidad Nacional del Altiplano. 2015. pp. 395