jueves, 4 de enero de 2018

ARGUEDAS EN LA CANDELARIA DE 1967


Invitado por la Federación Departamental de Folklore de Puno, Arguedas llegó a Puno en febrero de 1967 para ser jurado de la Fiesta de la Candelaria. En aquella ocasión compartió con los intelectuales puneños y visitó algunos lugares del altiplano, escribiendo luego su famoso artículo "La otra capital del Perú", Diario El Comercio 12 de marzo de 1967 y que en una parte dice así. 
En ninguna región del Perú y sin duda de America latna pueden encontrarse tan variadas y tantas danzas como en Puno. El hecho tienen aparentemente una explicación clara: coexisten en el altiplano la tradición quechua y aymara, que son diferentes y, durante el periodo colonial y repúblicano, se formaron en esa gran área, tipo de mestizaje cultural entre los dos núcleos prehispanicos y el occidental, engrados de "mezcla" más diversa que en otras áreas. Existe por esa causa una mayor complejidad y diversidad de tradiciones en la población puneña, y cada estrato, grupo o conjunto, encontró en la danza y el canto la manera más libre de expresar su mundo interior...Poer eso el defile de ls danzas puneñas en las calles y Plaza de Armas de Puno fue el espectáculo más impresionante y cargado de significado que ví nunca.

El video que se presenta es un extracto de una película con recopilaciones de folklore efectuadas por Arguedas y que pertenece al Archivo de la ENSF J.M. Arguedas. Muy probablemente corresponde a la Fiesta de la Candelaria de 1967, pues Arguedas llevó a Puno un equipo de camarógrafos de la Casa de la Cultura.



La música ha sido añadida posteriormente por la ENSF-J.M. Arguedas y es más moderna, con instrumentos de bronce.Es pertinente aclarar que junto a tomas en la ciudad de Puno, también hay algunas de la diablada puneña presentada en Cusco.

martes, 2 de enero de 2018

MARIATEGUI Y CHURATA


El libro del escritor José Luis Ayala "Gamaliel Churata: Innata vocación de escritor" (Editorial Pakarina, Lima 2017) recoge el siguiente diálogo sobre el origen del nombre de la revista "Amauta", contado por Ricardo Arbulú Vargas a quien a su vez se lo refirió el propio Jorge Basadre. 

- Mariategui ¿Quién es Gamaliel Churata?
- Basadre: Un Amauta.
- Mariategui: ¿Y que es un Amauta?
- Basadre: Es un conductor, un maestro.
- Mariateguí: Ese debe ser nombre de la revista, "Amauta".


La revista se iba a llamar inicialmente "Vanguardia" e incluso con ese nombre venía siendo anunciada en las revistas de Lima, hasta que se produjo el cambio a última hora. La circunstancia del diálogo sería que Mariateguí había recibido una carta de Gamaliel Churata con el primer número del "Boletín Titikaka", revista que salió antes de "Amauta". 

Esta poco conocida anécdota, anticipó la intensa relación entre Mariateguí y su revista con el Grupo Orkopata y sus integrantes, quienes publicaron sus contribuciones en "Amauta", en especial de los poetas Arturo y Alejandro Peralta, Emilio Vásquez, Emilio Armaza, Luis de Rodrigo y otros. A su vez el grupo se convirtió en activo difusor de "Amauta" en el altiplano e incluso en Bolivia. 

La correspondencia entre Mariategui y Churata al parecer fue nutrida y forjó un importante compromiso político entre ambos, compromiso cuyas caracteristicas podemos atisbar en la carta enviada por Mariategui a Churata, cuando estaba próximo a su fallecimiento (Mariateguí falleció el  16 de abril de 1030), de la cual presentamos el siguiente extracto. 
Lima, 13 de marzo de 1930
Querido Gamaliel Churata:
No he tenido respuesta de Ud. a la que le dirigí con Valdivia, sin duda por su enfermedad, de la que hemos tenido noticia por carta de este compañero. Sé que convalece Ud. en Arequipa, donde yo me había hecho el proyecto de encontrarlo.
Digo me había hecho porque no sé si podré realizar este anhelado viaje al sur. Escribo al respecto a Armando Rivera, con quien le ruego conversar para que lo informe al respecto. Necesito conocer la opinión de Ud. acerca de los puntos que expongo a Rivera en mi carta.
Con gran retraso, he recibido los últimos números del Boletín de la Editorial Titikaka. Tal vez en esta hoja se podría iniciar, con el mayor sentido pedagógico posible, cierta obra de divulgación doctrinal socialista, adecuada a la lectura en las escuelas y grupos indígenas. "El Ayllu" para todas las comunidades de la República. Pero no sabemos cuándo nuestras posibilidades económicas, siempre exiguas, nos consentirán realizar este propósito.
Trabajamos, como siempre, perseverantemente. En enero, el viaje de un comp. del Cusco estableció cordiales relaciones entre los grupos de Lima y esa ciudad. Le adjunto la copia de tres resoluciones últimas, que se agregan a los puntos programáticos y al plan de organización del P.S [Partido Socialista]. Se ha hecho cargo de la S. G [Secretaría General]. el compañero E.R. [Eudocio Ravines] quien le escribirá en breve instándolo a que tome Ud. la iniciativa de la constitución formal del grupo de Puno, que ojalá esté integrado por indios, en la mayor proporción posible. No importa que no sea gente perfectamente adoctrinada. Basta que tenga probada y vigilante consciencia clasista y que quiera trabajar, instruyéndose al mismo tiempo que instruye a las masas (Archivo José Carlos Mariateguí).

Pero, Churata no llegó a militar en el Partido Socialista y tampoco en el Partico Comunista en el cual se transformó el primero. Sergio Caller, militante comunista cusqueño que arribó a Puno a mediados del año 30 y formó las primeras células del partido en el departamento, cuenta en sus memorias (2006) que si bien al inicio tuvo un recibimiento cordial por el Grupo Orkopata, luego hubo un distanciamiento con Churata y Alejandro Peralta, mientras que Demetrio y  otros personajes del grupo si se sumaron a la formación del partido comunista en Puno.

Un folleto suscrito por Churata ha llevado a pensar que luego del golpe de estado de Sánchez Cerro en agosto de 1930, habría simpatizado temporalmente con el APRA, sosteniendo en un folleto que : “MILITARISMO más APRISMO igual Gobierno del Pueblo...Sin embargo, aún tendrá que luchar el socialismo contra la reacción…El socialismo decente que propugnan Villarán y Manzanilla pasó a documento  de arqueología, por tanto, el único socialismo que nos conviene es el de Haya de la Torre: el aprismo doctrina continental y solución nacional” (Churata, 1930). Al respecto, el testimonio de Ricardo Arbulú Vargas, recogido en el libro de José Luis Ayala sobre Gamaliel Churata (2017) indicaría que se trató de una táctica para engañar a la represión.

La severa represión desatada por Sánchez Cerro en el año 1932, obligaron a Churata a abandonar  Puno, tras sufrir prisión y el asalto a su casa,  y dirigirse a La Paz, de donde no volvería sino hasta .

La relación entre Mariategui y Churata lleva a pensar en hasta que punto el socialismo del primero influyó en el neoindigenismo o andinismo de Churata, y a su vez hasta que punto éste caló en el socialismo latinoamericanista de Mariateguí. Tema que demanda una mayor indagación. 


(Texto escrito por Carlos Portugal).

lunes, 1 de enero de 2018

Los Varayocs - Alfonsina Barrionuevo

Al filo del Año Nuevo las comunidades andinas más alejadas habrán elegido un nuevo Varayoq. Los abuelos habrán estado observando con mucho celo los actos de los posibles candidatos. No será un gran número porque bastará con tres o cuatro para que sea elegido el mejor. Jamás permitirían la asunción de alguno que hubiera cometido una falta indigna. Los Varayoq merecen el respeto de sus electores durante toda su vida. Más bien, al correr de los años, aumentará su prestigio y serán reconocidos como Llaqta Varayoq o Llaqta cargo, “alcalde de pueblos” o Segunda,  “alcalde de región”. En otras partes, los de mayor categoría se llaman Auki varayoq y los de menor Sullka Varayoq. 
Su obligación era resolver casos muy comprometidos. Podía ser de compra y venta de tierras, turnos de riego, cruzamiento entre animales de distintos dueños y a quién le corresponde la cría; también de hombres o mujeres que decidieran irse con un pretendiente ajeno a su tradición y que deben renunciar a los suyos, además de otros problemas.

En lo que conozco no he escuchado que un Varayoq haga un pago a la tierra como autoridad. Antes, en el mundo qechwa, los que fiscalizaban la conducta de los pobladores del campo eran los Aqorasi, “ancianos venerables”, los Llaqta kamayoq, “ cabeza de pueblos” y tal vez también los Tukuy rikuq, "ojos y oídos” del Inka. Se podría decir que el Varayoq los sustituyó en cierta forma para recibir disposiciones de los españoles, sin que renunciaran a sus valores morales.        

Por eso, en el primer día del año los Varayoq con traje de gala siguen entregando la “vara”, que sigue vigente entre ellos. No interesa que no tengan el poder que les dieron al principio, que les fueron recortando porque no les convenía a los corregidores, encomenderos y más tarde gobernadores.    
El aparato que armaban los españoles de cada pueblo tenía el propósito de impresionar a los asistentes; pues, se hacía previa misa, nombramiento de alcaldes, regidores y un khipukamayoq para las comunidades, por parte de ellos un alguacil, un escribano, un alcaide, un pregonero y un verdugo.

Los nombrados tenían que jurar ante un Cristo, “en nombre de Dios Nuestro Señor, Santa María y con la Señal de la Santa Cruz, cumplir fielmente con autoridad , sin afición ni pasión, los oficios que se les encomendaran.”Al terminar recibían las varas que habían sido bendecidas por el señor cura, surgiendo así el Varayoq, “el hombre que portaba la vara”, cuya acrisolada honradez estuvo siempre contrapuesta a la codicia, la falsedad y el abuso de los mismos que los designaban. El Varayoq nunca puso en tela de juicio el gran prestigio que lo rodeaba, cimentando más bien una sólida reputación.

Su mandato duraba un año y no podían ser elegidos al año siguiente, ni dos años después. No conocían los pleitos de los kurakas ni los litigios de tierras de dos pueblos. Debían oír las reclamaciones de sus gobernados dos o tres veces a la semana en el poyo de la plaza del pueblo, resolver los asuntos civiles hasta por diez pesos y no dar penas de más de un peso, que se podían conmutar por veinte azotes para los que eran pobres.

Administrativamente debía cuidar que los indios hicieran testamento, velar por los huérfanos, visitar hospitales, controlar el funcionamiento de los mercados, vigilar las sementeras y los ganados, hacer arreglar los caminos, tambos y puentes, así como cuidar las chakras de los andenes.  A los españoles y negros sólo podían encarcelarlos, pero no juzgarlos. Durante su mandato debía mantenerse ecuánime para no ser faltado ni faltar a la dignidad del cargo.  No debían usar traje diferente al que tenían, delito que era sancionado con azotes la primera vez, con trasquilamiento la segunda y con cepo la tercera.

Guaman Poma, el más agrio crítico que tuvieron los españoles, se queja en su obra “Nueva Cronica y Buen Gobierno” de los maltratos que éstos inferían a los alcaldes para hacerles sentir su superioridad y su servidumbre.   
 En el siglo pasado el gobierno de Augusto B. Leguía suprimió en 1921 el cargo de los Varayoq y nombró a los tenientes gobernadores. Pero la Ley 470 que promulgó no pudo remover la institución de la vara firmemente arraigada en las comunidades  y demás  pueblos andinos.  Se dice que la función hace al hombre. En este caso fue el hombre el que supo honrarla.   

Alfonsina Barrinuevo Blog "Perú Mundo de Leyendas"
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