La Academia de las Lenguas Nativas de Puno empezó por el estudio del alfabeto, por que indudablemente es la primera cuestión básica, sin el cual no es posible llegar a su utilización. Los demás problemas los tocó subsidiariamente como el vocabulario y la guía didáctica e implícitamente la gramática.
El alfabeto
El alfabeto elaborado
por la academia consta de cuarenta signos gráficos y acústicos. A continuación
se presentan los cuarenta signos, con ejemplos iniciales de palabras aymara y
castellano, así como quechua y castellano.
Para seguir leyendo presione Más Información:
AYMARA CASTELLANO
|
QUECHUA CASTELLANO
|
|||
Signos
|
Aymara
|
Castellano
|
Quechua
|
Castellano
|
A
|
Amaya
|
Cadáver
|
Ama
|
No
|
B
|
Bandera
|
Bandera
|
Bandera
|
Bandera
|
C
|
Curmi
|
Arco iris
|
Causay
|
Vivir
|
CH
|
Chacha
|
Varón
|
Chaqui
|
Pie
|
CCH
|
Caja
|
Ronco
|
Cchaqui
|
Seco
|
CHH
|
Chhuru
|
Pico
|
Chhulla
|
Rocío
|
D
|
Demanda
|
Domingo
|
||
E
|
Eqaña
|
Llevar
|
Esqon
|
Nueve
|
F
|
Firma
|
Firma
|
Fiesta
|
Fiesta
|
G
|
Gobernador
|
Guardia
|
||
H
|
Huila
Hacienda
|
Sangre
Hacienda
|
Huira
Huerta
|
Sebo
Huerta
|
I
|
Ipi
|
Tonto
|
Ipa
|
Tía
|
J
|
Jiura
|
Quinua
|
Jilli
|
Jugo
|
JH
|
Ajha
|
Manso
|
Sajhra
|
Diablo
|
K
|
Kerosene
|
Kerosene
|
Kreso
|
Creso
|
KK
|
Kkari
|
Mentira
|
Kkiri
|
Herida
|
KH
|
Khasa
|
Eructo
|
Khamuy
|
Masticar
|
L
|
Luraña
|
Hacer
|
Lahua
|
Mazamorra
|
Ll
|
Llilli
|
Escaldadura
|
Llaqui
|
Pena
|
M
|
Mama
|
Madre
|
Manca
|
Olla
|
N
|
Naya
|
Yo
|
Nanay
|
Dolor
|
Ñ
|
Ñuñu
|
Ubre
|
Ñaña
|
Hermana
|
O
|
Ojhe
|
Ola
|
Ojhllay
|
Empollar
|
P
|
Parpa
|
Tuétano
|
Pana
|
Hermana
|
PP
|
Pparu
|
Huraño
|
Ppamra
|
Necio
|
PH
|
Phara
|
Seco
|
Phahuay
|
Volar
|
Q
|
Queso
Qamaya
|
Queso
Nube
|
Queja
Qara
|
Queja
Pellejo
|
QQ
|
Qqapa
|
Activo
|
Qqata
|
Turbio
|
QH
|
Qhatu
|
Mercado
|
Qhata
|
Cuesta
|
R
|
Recluta
Aruma
|
Recluta
Noche
|
Ramada
Ranra
|
Ramada
Pedregoso
|
Estructura fonética
La estructura
fonética del alfabeto que consignamos comprende 28 sonidos de la lengua
castellana y 12 sonidos de las aborígenes.
Debemos hacer énfasis
en las siguientes características.
1º Considera las 5 vocales y no solamente 3
como consideran los lingüistas. El más elemental ejemplo del uso de las 5
vocales se encuentra en las palabras con las que se ejemplifican cada uno de
los fonemas. Aunque esto fuera suficiente para justificar su consideración,
queremos observar que los lingüistas han llegado a la conclusión de la
necesidad de reducir a 3 las vocales porque han hecho estudios en grupos
humanos de evolución primitiva, como los Pieles Rojas en Norteamérica. Pero con
ellas no se pueden equiparar las lenguas quechua y aymara, pues son el hablar
de culturas que alcanzaron notable evolución y si no continuaron, fue porque el
fenómeno de la conquista lo truncó, imponiendo la prohibición de su uso.
2º De los 12 sonidos correspondiente a las
lenguas nativas, 4 se duplican para las palabras de dicción fuerte como cari,
mentira, o kkiri, herida, en aymara y quechua sucesivamente. Las 7 restantes se
combinan para palabras guturalmente fuertes como phara, en aymara y phahuay,
volar en quechua.
Estos 40 signos
podrán reducirse a 37 si se descarta la V y Z, que no se usan funcionalmente en
el castellano que se habla en el Perú y aún en toda América del Sur, y los
signos I e Y que toman sonidos muy convencionales en el castellano.
3º No se emplea el sonido de W que tiene
una dicción difícil y por tanto no tiene aplicación en el castellano.
Intercambio lingüístico
Tres siglos y medio
de contacto social de los castellanos con los quechuas y aymaras, a través de
canales naturales y no sistemáticos, ha determinado un intercambio o
influencias mutuas entre estas lenguas; así como hay palabras comunes entre el
quechua y el aymara, lo hay también entre el castellano y estas lenguas. Este
fenómeno se explica por el hecho innegable de que desde la conquista se ha introducido
en América los elementos de la cultura occidental, cuyas denominaciones y
acciones tenían que ser en palabras castellanas. No existiendo en los pueblos
nativos, estas pasaron a ser parte de las lenguas nativas, por ejemplo: el
animal Caballo, con sus variantes caballería, caballerizo, o las acciones
relativas a este animal, como ensillar, herrar, etc. también pasaron ser parte
de las lenguas aborígenes y últimamente, carro, avión, etc.
Desde otro punto de
vista los elementos propios de los pueblos conquistados no podían llamarse de
otro modo que en su natural pronunciación, así, de modo similar que lo anterior,
pasaron a ser acervo de la lengua castellana, como incuña o servilleta en
aymara o chuño derivado de la papa en ambas lenguas.
La academia hizo un
acopio hasta de 3,000 vocablos castellanos utilizados en las lenguas aborígenes
del Altiplano.
Este último hecho
sería una justificación innegable de la necesidad de emplear alfabeto similar
en castellano y las lenguas aymara y quechua.
Instrumentos complementarios
Como instrumentos,
complementarios del alfabeto y extendiéndolos a otros aspectos del lenguaje,
que la Academia preparó fueron diccionario bilingüe y las cartillas de
educación para campesinos.
Hay que aclarar que
el alfabeto fue publicado en 1940 por el Ministerio de Salud Pública del cual
dependían las Brigadas de Culturización. La guía didáctica y el vocabulario
fueron publicados por el Ministerio de Educación en 1945, cuando las brigadas
de culturización pasaron a este portafolio, y los instrumentos mencionados
fueron hechos para la campaña de alfabetización.
Y las cartillas
fueron numerosas, sobre temas de higiene y salud, de trabajo industrial,
agrícola, ganadero y de civismo. Algunas se hicieron en mimeógrafo y otras a
máquina, para los campesinos, por tanto fueron trilingües, en castellano,
quechua y aymara. Hay que destacar el hecho que estos instrumentos fueron
también escritos a máquina por que el alfabeto permitía esta comodidad;
considerar signos que no estuvieran en la máquina de escribir, habría dificultado
su empleo.
Una nota especial
Aunque ya la
enunciamos, hay que dejar expresiva constancia que en el perfeccionamiento y
funcionalidad del alfabeto participaron los campesinos; es decir, no se
procedió solamente desde el laboratorio, sino que se tomó la lengua viva del campesino.
Según los autores, los campesinos participaron en dos formas claramente
apreciables. Primero leían y entendían las cartillas con suma facilidad, lo
cual demuestra su eficacia, porque para ellos no tuvieron que hacerles clases
previas. Y luego, cuando para formular pedidos o quejas se les dirigían, los
campesinos escribían también con mucha facilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario