Autoretrato, 1947 |
En los últimos años se ha empezado a estudiar y difundir la obra pictórica de Demetrio Peralta Miranda (Puno, 1910 – Lima, 1971), quien, bajo el seudónimo de Diego Kunurana, realizó un valioso trabajo que comprendió la xilografía, la historieta, la pintura al óleo y el dibujo en azulejos. Fue el hermano menor de Arturo y Alejandro Peralta. El primero, conocido como Gamaliel Churata, dirigió el grupo Orkopata y el famoso "Boletín Titikaka", mientras que el segundo fue el autor del poemario "Ande" (1926). Ambas publicaciones son consideradas hoy hitos de la vanguardia indigenista en América Latina.
Xilografías e historietas
La obra inicial de Diego Kunurana está registrada como una serie de xilografías que fueron publicadas en distintas ediciones del "Boletín Titikaka" entre 1927 y 1930. El pintor nos muestra representaciones de paisajes andinos, símbolos iconográficos, rostros de hombres y mujeres del campo y una serie de retratos de personajes de la época.
Una lectura en conjunto de estas xilografías nos permite advertir un corpus diverso, pero enhebrado en una columna vertebral que entraña la representación del mundo rural andino; al mismo tiempo, un corpus que dialoga con la visión estética que planteaba el "Boletín Titikaka": la creación y el desarrollo de un arte indoamericano a partir de la naturaleza, la emoción y el pasado. De esta manera, en tanto que Kunurana fue el artista con mayor protagonismo y número de ilustraciones en dicho boletín, es posible afirmar que su arte expresa la propuesta pictórica de este y que, además, es el primer intento de sentar las bases del arte indoamericano.
Este deseo, a pesar de su pobreza, lo llevará por distintas circunstancias en una vida de tránsito. Llegará a la ciudad capital de Arequipa y luego a Lima. Por último, zarpará del puerto del Callao en un barco mercante hacia ciudades del mundo o “centros de mayor adelanto”, con el propósito de educarse y luego volver a su patria para ponerse al servicio de ella.
Óleos y azulejos
En el 2004 en una casona de Santa Beatriz, se halló dentro de una vieja maleta más de un centenar de pinturas al óleo de Demetrio Peralta, fechadas entre 1947 y 1962. Se trata de una pintura diversa que muestra composiciones de naturalezas muertas, paisajes urbanos y andinos, personajes fantásticos, retratos de hombres y mujeres y autorretratos; así como piezas de índole social, en las que se advierte la influencia de Cándido Portinari (1903-1962), en especial de aquellos de sus cuadros que datan de 1955, como “Mulher con filho morto”, que plasman las desgracias de la mujer.La pintura de Peralta se caracteriza por el empleo de pinceladas sueltas y espesas, con trazos gruesos y delgados, donde predominan los colores oscuros, tierras y grises, además del manejo del verde en distintos matices. Tenemos, por ejemplo, la serie de paisajes urbanos que muestran hombres, mujeres y niños de extremidades grandes, quizás familias trabajadoras que aparecen en espacios costeños, calles y edificios. O la serie de personajes con rasgos fantásticos, sin ojos, con extremidades grotescas y gestos que transmiten estados de ánimo y suscitan perturbación en el espectador. En conjunto es una pintura que transita cerca del expresionismo y que también se nutre de pinceladas al estilo Van Gogh, de quien Peralta fue admirador.
La Casa Iturry, en Magdalena |
Demetrio Peralta trabajó entre 1944 y 1969 como pintor principal de los Talleres de Cerámica Artística Iturry, que funcionan hasta el día de hoy en el distrito de Magdalena del Mar. El maestro Peralta, como lo llamaban, estuvo a cargo del diseño de estampas religiosas, cuadros costumbristas de la sierra y murales de tópicos diversos. Es posible ver parte de este trabajo en algunos lugares de Lima como el colegio Salesiano, el Museo Taurino de Acho y el Club de la Unión.
Si bien es todo cuanto se conoce hasta hoy de la producción artística de Demetrio Peralta/Diego Kunurana, es posible que todavía haya más. Se tiene noticias de que entre 1933 y 1938, época en que vivió en Arequipa, pintó numerosos cuadros, y que en Lima pintó mucho más de lo que se encontró en la maleta. Kunurana optó por el perfil bajo y la creación silenciosa de una obra que, debido a su variedad y aporte a la plástica peruana, es justo ponerla en valor.
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