Del libro "Puno Tierra de Leyenda" extraemos una parte del relato dedicado a la ciudad de Ayaviri, con ocasión de su aniversario de reconocimiento como provincia el 25 de octubre de 1901.
TINAJANI |
La expedición continuó su marcha hacia el sur, tranquilamente, durante varios días, hasta que al fin llegó a trasmontar el nudo de Vilca-Unuta o Vilcanota, ingresando en la quebrada altiplánica del Collao, como una tremenda culebra color de tornasol cuya cabeza era la litera del Inca.
Y días más tarde, el poderoso ejército de Mayta Capac, se presentó en las proximidades de la terrible tribu de los Ayaj-huayras.
Una Comisión Real se acercó al campamento de la tribu acechada, ofreciendo la paz, como era costumbre, si se sometían sin derramar sangre.
Pero la Comisión no volvió. Habían sido muertos todos sus miembros, y sus cadáveres arrojados a uno de tantos recintos que tenían especialmente preparados para inhumar los cadáveres (1), de sus agresores; y de cuyos recintos, que los habían por centenares, siglos más tarde, el historiador español Cieza de León dijo: “En este pueblo —en el pueblo de Ayaviri — las grandes sepulturas, son tantas que ocupan más campo que la población”.
Cuando Mayta Capac se enteró de la suerte corrida por sus emisarios, ordenó el ataque cruento y sin cuartel.
Colqueparque |
La lucha fue desigual, porque los Ayaj-huayras entre soldados, ancianos, mujeres y niños, aunque todos luchaban, apenas llegaban a la mitad numérica del ejército conquistador. Sin embargo sostuvieron una lucha encarnizada, horrible, durante varios días, sin denotar el menor asomo de rendición.
Entre tanto el ejército real, se iba diezmando, porque las flechas envenenadas, y la lucha de cuerpo a cuerpo, producían muchas bajas en sus filas.
Si el combate hubiera durado un día más, la empresa se había perdido una vez más. Y Mayta Capac habría sido el tercer Inca fracasado en la conquista de los Ayaj- huayras.
La visión del fracaso golpeó terriblemente el orgullo del Inca, que desde su litera observaba desvanecerse sus esperanzas. Y, entonces, presa de una cólera incontenible, casi desesperado, abandonó la litera y se confundió entre sus soldados, empezando a luchar en persona, aunque las tácticas guerreras de su tiempo lo prohibían.
Invocando una vez más a su padre, el sol, y empleando fuerzas de recóndita potencia, largó el primer hondazo; mes, cual sería su asombro, cuando vió que el proyectil de su huaraca, explotó sobre el cerro Colqueparque como una bomba atómica de estos tiempos, y a consecuencia de la explosión se desprendió una gran parte del cerro; la que como un bólido, trazando una trayectoria fantástica fue a dar en medio de la pampa, convirtiéndose en otro pucara semejante a Colqueparque que hoy se llama Antaymarca (2), pero que en aquel legendario y epopéyico día, sirvió para que los guerreros hijos del sol, encontraran un punto de apoyo en su casi derrota, puesto que se batían en retirada, y reaccionaran para consumar la conquista de los Ayaj-huayras.
Porque, aquella catastrófica acción de la huaraca de Mayta Capac, llenó de espanto a los Ayaj-huayras, quienes presas de terror y confusión, retrocedieron despavoridos, y al no poder refugiarse en su pucara desgalgada, se entregaron en masa, prometiendo someterse a la influencia política del Inca y practicar el culto al sol.
Hecha la paz, Mayta Capac, de acuerdo con la voluntad de los pobladores vencidos, fundó con toda solemnidad, la nueva ciudad que debía servir de cabecera a la tribu conquistada, sobre las mismas tumbas de tanta gente sacrificada, llamándola Ayaj-huayra, rememorando la denominación inicial con que lo había designado su abuelo Sinchi Roca.
Después de este hecho, el Inca dejó a uno de sus más destacados generales al mando de una parte de su ejército, para organizar la nueva tribu sometida, y con el resto continuó su marcha hacia el sur, habiéndolo engrosado antes con numerosos soldados Ayaj-huayras voluntarios; con quienes luego de vencer al gran Sapana de Juli traspasó el Desaguadero y llegó al Tiahuanaco (3).
Desde entonces, Ayaj-huayra, más tarde Ayahuiri y hoy Ayaviri por la españolización del nombre, se constituyó en el pueblo que mejores servicios prestó a la consolidación del Imperio del Tahuantinsuyo; después fueron soldados Ayaj-huayras del legendario e indómito valor, los que ganaron numerosas batallas en la conquista del gran Collasuyo, y ellos mismos fueron los que decidieron otras numerosas y difíciles conquistas.
Sobre sus bases se levantó, durante la colonia, la egregia y aristocrática villa de Ayaviri, donde se enraizaron soldados aventureros y mineros ávidos de fortuna de la más pura prosapia española, quienes han dejado valiosas semillas de su raza mezclada con la rebeldía nativa de los Ayaj-huayras.
Producto de esta crucialidad magnífica han aflorado espíritus de amor tempestuoso por la libertad en la época de la independencia; almas patrióticas con inmensidad de Ande, en la República ; y en los tiempos nuevos, una generación de juventudes viriles y de pensamiento vertical, que hacen de Ayaviri una de las principales joyas de la cultura altiplánica puneña, engastada entre las cordilleras andinas, a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar.
Renovado a Capital de Provincia, al nacer el siglo XX, ha crecido en potencia moral y material como los collis de la puna inmensa y agreste, hasta nuestros días.
Y aunque la adustez y la severidad propias de su categoría de pueblo de punta perdida lo embargan generalmente, hay sin embargo días de euforia corno el sol serrano que lo inunda todo, cuando el “caballo de hierro” que une las tres ciudades más importantes del Perú sureño (Arequipa, Puno y Cusco) pasa por la vera de su camino.
Tomado de: http://www.flickr.com/photos/46680793@N05/7069183609/in/photostream |
Aquel histórico río que un día de gloria libertaria fuera teñida de rojo con la sangre del poeta soldado que supo cambiar, heroicamente, el amor de la novia, por el amor de
Notas
(1) Según otra interpretación legendaria Ayaviri deriva de las voces Aya muerte y huiri rincón o recinto, o sea "rincón de muertos".
(2) El cerro de esta denominación existe a una legua de distancia, hacia el norte y llena la misma presentación geológica que Colqueparque.
(3) Véase le leyenda de Juliaca.
(4) Los cerros nombrados son los nevados y picachos más ellos de le Provincia Melgar.
(5) Mariano Melgar, el poeta arequipeño más excelso, murió en la batalla de Umachiri cuando las luchas por la Independencia. Su cuerpo que fue sepultado, según se dice en le iglesia de Ayaviri fue más tarde llevado a Arequipa.
Fuentes:
"La Ñusta que casó con un hombre de cabellos canos", (leyenda) por Víctor Echave.
"Tres hipótesis, una tradición y un pasaje histórico de Ayaviri” (Ensayo inédito). Por Mercedes Bueno Morales.
Diversas leyendas populares.
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