lunes, 9 de marzo de 2015

Mariano Melgar Bicentenario

FABULA EL CANTERO Y EL ASNO - Mariano Melgar -

Nos dicen ciertas gentes
que es incapaz el indio;
yo voy a contestarles
con este cuentecito.

Bajaba una mañana
un cantero rollizo,
repartiendo y lanzando
latigazos y gritos

sobre su infeliz tropa
de cargados borricos.
 "¡Qué demonio de brutos!
¡Qué pachorra!... me indigno!

Los caballos son otros,
tienen viveza y brío;
pero a ésos no los mueve
ni el rigor más activo".

Así clamaba el hombre;
mas volviendo el hocico
el más martagón de ellos
en buena paz le dijo:

"¡Tras cuernos palos! ¡Vaya!
Nos tienes mal comidos,
siempre bajo la carga,
¿y exiges así el brío?

¿y con azote y palo
pretendes conducirnos?
¿y aun nos culpas de lerdos
estando en ti el motivo?

Con comida y sin carga,
como se ve el rocino,
aprendiéramos luego
sus corvetas y brincos;

pero mientras subsista
nuestro infeliz destino,
¡bestia el que se alentara!
 Lluevan azotes, lindo;

sorna y cachaza, vamos,
para esto hemos nacido".
Un indio, si pudiera,
¿no dijera lo mismo?


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