martes, 13 de febrero de 2024

UN TEATRIN DE TITERES


HAGA  CLICK EN ESTE ENLACE PARA LEER EL ARTICULO Y VIDEO DE CANA MUSEO CON LA ENTREVISTA AL PROFESOR ANARCO VALENCIA Y SUS RECUERDOS SOBRE EL EL INSTITUTO DE EDUCACIÓN EXPERIMENTAL DE PUNO Y JOSÉ PORTUGAL CATACORA TEATRO DE TITERES EN PUNO



sábado, 12 de febrero de 2022

NUEVA PUBLICACIÓN: "NIÑOS DEL ALTIPLANO" DE JOSE PORTUGAL CATACORA

Puede descargarse el libro aquï: https://bit.ly/3uQa0Cb

La Municipalidad de Lima, en el marco de su objetivo de promover la lectura en la ciudad, ha publicado en versión digital "Niños del Altiplano" de José Portugal Catacora, al conmemorase el 13 de febrero el 111 aniversario del nacimiento del maestro, escritor, folclorista y pionero de la literatura infantil José Portugal Catacora.

El libro contiene 31 cuentos cortos dedicados a difundir con entrañable afecto las vicisitudes y realidad de los niños aymaras y quechuas del altiplano en su edad más temprana. En el prólogo del libro dice la doctora Alfonsina Barrionuevo:

"José Portugal Catacora no sólo toma la pluma del escritor para narrar el deslumbrante mundo del altiplanense, sino que penetra su realidad a la manera didáctica del que sabe darla en lecciones, la va descubriendo sin cambiar nada ni para suavizarla ni para exaltarla. Por eso en las páginas de este libro que hemos leído como una primicia, se siente la presencia de los hombres del gran sur, y asistimos como un milagro de su nacimiento, a su primer grito de vida, a sus primeros pasos dentro de su comunidad qué bien o mal lo protege, a su integración como miembro útil de las distintas actividades de la región, a su búsqueda del amor para realizarse, a su lucha infatigable por la justicia, la equidad y por un mejor sentido para su vida y la de los suyos".

Dice también la gran escritora cusqueña:
"José Portugal Catacora es absolutamente veraz en todos sus relatos. Sabe ser ameno también. Y otra cosa, pinta de tal manera el ambiente puna que nos encontramos de pronto en él, asomándonos a la vida del poblador andino de la gran meseta. Creo que su libro servirá de mucho a nuestras juventudes de la ciudad. Les servirá para integrarse al resto del país, para volver a los ojos de la tierra, para derribar muchos mitos sobre el campo y sus habitantes, para comprender mejor la problemática del Perú y entender la importancia de los alcances de los cambios económicos y sociales" (Alfonsina Barrionuevo).

José Portugal Catacora nació en Acora (Puno) y ha sido considerado por la Comisión del Bicentenario uno de los 21 intelectuales peruanos del bicentenario, y declarado por la Municipalidad Provincial de Puno uno de los 200 puneños del bicentenario. Descendiente de una familia aymara formó parte de la generación de maestros indigenistas del altiplano, promotor de la educación en lenguas originarias e innovador de la enseñanza desde el Instituto Experimental de Educación de Puno. Publicó más de 30 libros sobre educación, literatura y folklore, siendo uno de los precursores de la literatura infantil en el Perú, encarando la modernidad desde la cultura andina. "El niño y el indio han sido los motivos de toda mi vida de maestro", escribió en su autobiografía.

viernes, 5 de marzo de 2021

José Portugal Catacora: Oda al maestro rural


POR:. JOSE VADILLO.

 En nombre del Kollao. Era el mismo país, pero más rural y desigual. Y el educador que escribiría 29 libros tuvo que repetir tres veces el segundo de primaria porque en su pueblo, Acora, departamento de Puno, no había más grados qué estudiar.

Luego, a los 19 años, tras graduarse como preceptor en la Normal anexa al colegio San Carlos de Puno, empezó su labor como maestro de la Escuela de Varones de Ayaviri. El resto lo sabremos.

Instituto experimental

Se llamaba José Portugal Catacora (1911-1988) y es considerado ‘el Arguedas del Altiplano’. La institución educativa N° 70001, en el barrio de Huajsapata, en la ciudad del lago, lleva su nombre. Porque sus cimientos son el Instituto Experimental de Educación de Puno que José Portugal Catacora (JPC) fundó en 1947 gracias al apoyo del político y educador José Antonio Encinas.

La institución fue adelantada a su tiempo. En ella no existía el concepto de repetir de año. Medía la “madurez del aprendizaje” . Amén de las capacidades de aprendizaje, observaba la maduración emocional y física de los educandos. Los cursos se impartían en “clínicas” de cálculo y lectura, contaba con departamentos de psicopedagogía y arte, y un taller de carpintería.

La necesidad de crear una institución educativa inclusiva tenía raíces en la propia historia de JPC. Hasta los 9 años, se comunicaba en aimara. A esa edad, aprendió el castellano.

Y solo pudo seguir la escuela hasta el tercero de secundaria. Con ese grado, pudo postular a la Normal de San Carlos para prepararse como maestro rural. Para ingresar, le valió su habilidad en las matemáticas, que había desarrollado ayudando en la contabilidad de las haciendas. Si no se convertía en maestro, su otra opción era ser sastre.

Si Encinas decidió apoyar a su joven paisano en este proyecto educativo fue porque vio talento: en 1937, JPC empezó a publicar libros y tenía un conocimiento del campo; había promovido en 1933 la creación del Sindicato de Maestros y, en 1945, participó de la creación peruano-boliviana de los Núcleos Rurales Campesinos y su propuesta de reorganizar la educación rural bajo el título de la Escuela Andina Porvenir.

El proyecto fue una simbiosis de las inquietudes educativas de Portugal con la psicopedagogía, campo en el cual Encinas estuvo trabajando en Cuba.

La escuela experimental motivó el interés nacional. Los periodistas escribieron sobre él y el propio JPC escribió columnas periodísticas. Fue cuando el historiador Jorge Basadre, entonces ministro de Educación, lo llamó a Lima para trabajar en el desarrollo de directivas pedagógicas.

Portugal laboró desde 1957 hasta 1968 en diversos puestos del ministerio, entre ellos, como director de la Segunda Región de Educación (Lima) y fue tres veces becado en el extranjero.

De bajo perfil

JPC fue hombre de perfil bajo. No gustaba de los homenajes. No libaba licor y no era religioso, pero participaba de las festividades altiplánicas. Integró el colectivo que fundó el Instituto Americano de Arte de Puno, el cual permitió el desarrollo del concurso de danzas folclóricas en honor a la Virgen de la Candelaria.

Estuvo muy conectado con la tradición aimara y respetaba a los apus (dioses tutelares del mundo andino). Luego, se convertiría al catolicismo.

Uno de sus cuatro hijos, el economista Carlos Portugal, recuerda que su padre interiorizó varias frases de José A. Encinas, como aquella sobre la necesidad de conocer al niño antes de educarlo.

En el ámbito doméstico, este hombre tenía “temperamento aimara”: “sus chistes los decía serio”. En Lima, vivió en Santa Beatriz y, posteriormente, en Lince. Después de dejar el Minedu, escribió con disciplina férrea, de nueve de la mañana a cuatro de la tarde. “Él venía de educarse en el campo, no había terminado la secundaria, entonces se propuso ser siempre disciplinado”, cuenta el hijo.

Relación con Arguedas

Más allá de nacer el mismo año que José María Arguedas (JMA), y haber perdido también tempranamente a su madre, ambos personajes compartían una preocupación visceral por la cultura andina y la educación indígena.

A diferencia del autor de Los ríos profundos, quien tuvo una relación traumática con su madrastra y encontró refugio en el universo indígena, para Portugal la relación con la cultura aimara fue natural: en casa, en Acora, se practicaban sus costumbres.

Fue en el verano de 1950 cuando conoció personalmente en Lima a JMA. Los presentó Francisco Izquierdo Ríos, quien luego prologaría el libro de JPC Puno, tierra de leyenda (1952).

Cuando Arguedas estuvo al frente de la Casa de la Cultura realizó la Mesa redonda sobre el monolingüismo quechua y aymara’ (1966), libro que se puede encontrar en internet. Uno de los ponentes fue Portugal. Era un momento difícil, cuando la educación bilingüe encaraba muchos prejuicios.

En 1958, José Portugal, hijo de JPC, se convertiría en alumno de Antropología en San Marcos. Arguedas lo consideró el más destacado alumno del curso de Etnología. Portugal hijo es mencionado en algunas misivas entre Arguedas con John Murra.

Literatura infantil

El dominio del idioma aimara y la cercanía a su cosmovisión permitieron a Portugal conocer historias. Para él lo importante es que la educación tenía que relacionarse con la identidad y, por ello, se enfocaba en los niños.

Portugal siguió en ello el trabajo de otros como Julián Palacios Ríos –su maestro en la Normal y después integrante de la plana del instituto experimental–, quien había desarrollado el “alfabeto syentifiqo keshwa-aymara”.

En el plano literario, a JPC se le considera entre los pioneros de la literatura infantil en el Perú con el libro Niños del Kollao (1937), basado en 16 historias reales de Ayaviri. El volumen llevó el prólogo de Emilio Vásquez, del grupo Orkopata, y Luis E. Valcárcel consideró a su autor entre los nuevos maestros del país.

Otra idea poderosa que trabajó JPC fue la de la educación en comunidad. Sostenía que todos los pueblos andinos ofrecían educación de manera informal que se veía reproducida en los cuentos y las leyendas: la sociedad y las comunidades educaban por obligación a los niños en algunas actividades, decía Portugal. Es una idea que compartían por esos años diversos autores y permitió el desarrollo, a mediados del XX, del desarrollo de la escuela experimental bilingüe en las zonas rurales.

Manco Cápac educador

Sobre la educación indígena colectiva escribió que sus fundadores fueron Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes enseñaron a los hombres a cultivar la tierra y criar animales, y a las mujeres a cocinar y criar a los hijos, entre otros oficios.

Escribió: “Esto de enseñar conlleva práctica pedagógica, y, en esencia, mecanismo educativo. Por tanto, Manco Cápac y Mama Ocllo fueron los más grandes educadores de América de aquellos tiempos, los creadores de un sistema social masivo de educación, en la que la vida social era una vasta escuela y todos, en la medida de su condición, eran educadores”.

Su labor como recopilador de mitos y leyendas altiplánicas, narrador y pedagogo interesado en la educación rural continuó hasta su muerte, en 1988.

(DIARIO EL PERUANO VIERNES 5 DE MARZO DEL 2021)

Datos:

De la obra de José Portugal Catacora, la Universidad Nacional del Altiplano ha publicado Historias de la educación en Puno (inédito).

Ha reeditado su libro Puno, tierra de leyenda, sobre las historias de la creación prehispánica de los principales pueblos de la región.

El cuento puneño, libro pionero, pues es la primera antología de narradores altiplánicos que elaboró JPC en la primera mitad del siglo XX.

La familia Portugal espera que se puedan publicar los otros seis libros que el autor dejó inéditos.

La vida de Portugal Catacora integra la muestra ‘21 intelectualesperuanos del siglo XX’ en la web: https://bicentenario.gob.pe/

viernes, 26 de febrero de 2021

LUIS E. VACARCEL SOBRE NIÑOS DEL KOLLAO #JoséPortugalCatacora

Niños del Kollao de José Portugal Catacora contiene 13 relatos sobre las visicitudes de la infancia del altiplano, inspirados en la experiencia del autor con los niños de la Escuela de Varones de Ayaviri, donde inició su carrera docente. Emilio Vásquez, miembro del Grupo Orkopata, escribió el prologó el libro y seleccionó los cuentos que lo conforman.  Contiene grabados de artistas puneños como Joaquín Chávez, Víctor Enríquez (Mateo Jaika, del Grupo Orkopata), Fernando Manrique, Florentino Sosa, Roberto Valencia, Luis Berríos y Francisco Camacho [1].   

El libro "Niños del Kollao"
En su momento el libro no pasó desapercibido. Luis E. Valcarcel escribió en 1940 un elogioso comentario sobre el texto y su joven autor quien por entonces tenía 26 años. Dijo allí Valcarcel:

"Niños del Kollao, viene a ser una obra ejemplarísima que abre derroteros a la literatura infantil. Humildes maestros perdidos en la inmensidad del altiplano o en el laberinto de la serranía, mantienen viva la llama de su apostolado pedagógico: son los verdaderos maestros, los creadores del Perú esencial, consagrados, con místico ardimento, a cumplir la más alta obra humana. Saludemos en José Portugal Catacora la floración de esos maestros nuevos". [2] 

En los siguientes años, cuentos de "Niños del Kollao" fueron recogidos en algunas antologías importantes, como la del recordado Sebastián Salazar Bondy [3]. Por su parte, José Portugal Catacora, siguió en su empeño por escribir textos para los niños y niñas del altiplano, como la serie de folletos "Lectura para Niños" (1940) ilustrada con grabados, "Puno Tierra de Leyenda" (1952) y "Mi Tirallo" (1952), éste último uno de los primeros libros de lectura escolar escritos con técnica moderna en el país, editado por el Instituto Experimental de Educación de Puno que dirigió Portugal Catacora entre 1947 y 1957.


El modesto tiraje de su primera y única edición y el largo tiempo transcurrido, llevaron al olvido de "Niños del Kollao", texto icono de los primeros esfuerzos por hacer literatura infantil en el altiplano y en el Perú. Gracias a la exposición "Mi Casa es Linda" de la Casa de la Literatura realizada el , con la Curadoría de Daniel Contreras, el libro cobró nueva actualidad y pudo ser conocido por un amplio público. 

Por si esto fuera poco, la exposición ha incluido fotos de las aulas y murales, pintados por Felipe Valencia Melgar, del Instituto Experimental de Educación de Puno, hoy prestigiado IEP José Portugal Catacora 70001, permitiendo así un atisbo a esa temprana y singular y pionera experiencia de innovación educativa en el Perú. 

EL LIBRO PUEDE SER DESCARGADO DE ESTE LINK:
http://bit.ly/3svCj4j

NOTAS
[1] "Niños del Kollao". José Portugal Catacora. Tipografía L. Camacho. Puno, 1937. 
[2] "Niños del Kollao", artículo de Luis E. Valcarcel en "EXCELSIOR". Revista Mensual Peruana. Año V. N° 84. Febrero de 1940.
[3] "Cuentos Infantiles Peruanos. Antología". Sebastian Salazar Bondy. Editor Juan Mejía Baca. Lima, 1958.

miércoles, 17 de febrero de 2021

LOS 100 AÑOS DE JOSÉ PORTUGAL CATACORA Por Walter Paz

 


José Portugal Catacora es uno de los grandes pedagogos que tuvo Perú. Después de la renovación que significó la Pedagogía peruana con José Antonio Encinas. El paisaje de su tierra natal Acora y el amor por los niños y niñas de los andes, lo motivaron a incursionar en la Educación para transformarla, repensarla y hacer de ella el valor más importante que puede hacer un maestro para mejorar la sociedad. Durante todos los años de mi formación de educador mantuve un cordial e ininterrumpido dialogo con sus libros más importantes legados a la pedagogía, muchos de ellos desperdigados y difíciles de ubicar. Lo hacía con el sentimiento coterráneo casi religioso de estar compartiendo las más inquietantes preocupaciones de la pedagogía general y particular. Porque como a él lo animó la grandeza de los aimaras a mi me anima el mismo sentimiento de dignidad de la cultura aimara.

Si bien José Antonio Encinas señalaba que el niño andino era el ser más incomprendido por la historia. José Portugal Catacora compartía esa misma preocupación. Por eso se atrevió a escribir más de cuarenta libros de pedagogía, y muchos de ellos inéditos. En cada uno de sus textos uno encuentra una búsqueda de la pertinencia cultural, la relevancia social en la didáctica. Por eso sus planteamientos de una educación por niveles de madurez no sólo son un atisbo o epifenómeno de las pedagogías o teorías de la educación que se discutían en esos tiempos, son en realidad las indagaciones más lúcidas que hasta ahora no han sido superadas por las investigaciones pedagógicas ni experimentales. Además, sus escritos son legítimamente actuales. Alguna vez cuando daba una charla sobre la pertinencia cultural de Jean Piaget en los andes, en la Universidad de San Marcos, un catedrático sanmarquino, me hizo muchas preguntas sobre José Portugal y terminamos hablando de uno de sus libros mayores como es “Psicopedagogía del lenguaje”. Allí señala sobre la función social del lenguaje que “si bien el origen causal del lenguaje radica en bases psicológicas individuales de condición inmanente, su objetivación, como efecto, es esencialmente trascendente. De ahí su carácter social por excelencia y su papel de vehículo de la cultura humana por antonomasia. Pues, posee virtud de eslabonar individuos, sociedades y naciones, así como poner en contacto el pasado con el presente y proyectar el presente hacia el porvenir en una acción permanente de transmisión oral y escrita, de valores que se heredan, de generación en generación, en forma sistematizada, en centros educativos, y en forma espontánea, en la labor informal de las élites sobre las masas. Pero ese carácter del lenguaje suele revestirse de ciertas peculiaridades en determinadas circunstancias condicionales, según las clases sociales que lo hablan o la objetivación cultural a cuyo servicio se le emplea”. Estos planteamientos no contradecían ni a Piaget ni a Vigotsky al contrario confirmaban las teorías existentes.

Cuando uno revisa sus planteamientos sobre el lenguaje y la madurez mental para el aprendizaje, José Portugal Catacora nos explica usando las ideas de Gesell que existen dos tipos de madurez: la madurez vital y la madurez del aprendizaje verbal. Si bien las facetas fundamentales que la conducta presenta son la conducta psicomotriz, la conducta adaptativa, la conducta verbal o de lenguaje y la conducta social. Estas cuatro facetas se desenvuelven dentro de una unidad evolutiva indivisible. La integralidad de la comprensión de la madurez aun no tiene motivación en los investigadores contemporáneos, lo que existe en realidad son estudios atomistas y parciales de la compleja evolución y desarrollo de los seres humanos. Otra faceta de su vida, lo relaciona con la fundación de los núcleos educativos campesinos, una propuesta puneñista y andina que vinculaba los sistemas productivos con la educación. Al respecto señalaba: “A partir de Marzo de 1945 mi labor profesional se intensificó con muchas y variadas actividades, ya en mi cargo de Jefe de la Brigada de Alfabetización. En primer lugar, hice una visita relámpago a la mayor parte de las provincias y constaté que la Campaña de Alfabetización había terminado en diciembre del año anterior; solamente las maestras de Lampa y dos esposos en Ayaviri seguían alfabetizando. En aquellas visitas observe que en la provincias de Puno, San Roman, Chucuito y Huancané, los adventistas tenían organizadas sus escuelas, como después se organizaron los Núcleos Escolares Campesinos; pues tenían la estación misionera como escuela central y varias escuelas dependientes como escuelas seccionales. Aproveche esta observación para escribir un proyecto de Nueva Organización de las Escuelas Rurales que se publicó con la opinión favorable del maestro Encinas y otros maestros con el nombre de «La Escuela Andina del Porvenir».

La preocupación por la educación rural fue uno de sus anhelos, sentía la emoción por mejorarlo, porque hasta ahora el poco interés mostrado por mejorar la educación rural hace que a los niños y niñas aimaras y quechuas se les niegue el acceso a muchas habilidades básicas que requieren para su desarrollo como personas y por eso no se les brinda los saberes o capacidades necesarios para superar la pobreza. En su celebrado libro, “organización de la nueva escuela rural” José Portugal Catacora expresaba el valor de la responsabilidad de los educadores: “Maestros Rurales: Cuando pienso en vuestras responsabilidades profesionales, mi imaginación se proyecta decenas de años en el porvenir i entonces veo nuestros campos, no ya poblados de chozas grises, solitarias i destartaladas, sino casitas blancas, con tejados rojos, rodeados de jardines, huertos y chacrales florecientes; aún más veo cruzar las pampas i las punas, las quebradas i los valles, un sin número de vehículos, llevando hombres y mujeres, plenos de vitalidad i rebozantes de optimismo; i, en la vera de los caminos, niños alegres, sanos i fuertes, que juegan a plenos pulmones, bajo soles de eterna primavera.

En la vida de aquellos seres idealizados, siento palpitar vuestra obra, perennizándose a través de los tiempos, en un porvenir sin límites».

Finalmente quiero destacar su constante interés por animar la lectura en los niños y niñas, escribió “Mi tirallo” con un conjunto de cuentos y relatos dedicados a mejorar la lectura infantil. El libro “cuento puneño” tuvo el mismo interés de fomentar la lectura. El maestro Portugal dedicó muchas páginas en diarios y revistas al aprendizaje de la lectura, ese interés tiene que ver con un genuino interés por la conciencia generalizada en todas las sociedades de la necesidad de conocer las bondades de la ciencia y la tecnología, las artes y las humanidades. Y los niños y niñas andinas no podían estar excluidos de ese derecho fundamental que consagra la misma declaración universal de los derechos humanos. Al no saber leer, sencillamente no disfrutamos todo el bagaje cultural que la humanidad nos ha legado como patrimonio.

José Portugal Catacora, fundó en enero de 1947 la IEP 70001 como Instituto Experimental de Educación de Puno. Al respecto en su memorable memoria cuenta: “José Antonio Encinas, por entonces Senador de la República, elegido tras volver al Perú luego de 15 años de destierro, recibió la visita de un joven profesor paisano suyo, José Portugal Catacora, quien venía a solicitar su apoyo y consejo para la creación de una escuela en Puno donde se pudiera ensayar científicamente la manera de mejorar la educación de los niños del altiplano.

El maestro Encinas me recibió en la sala de la Dirección del Colegio Dalton, que había fundado en Lima con sus hermanas. Ya me conocía por las cartas que intercambiamos a raíz de mi libro «La Escuela Andina del Porvenir» . Le hablé de la Escuela experimental y me escucho con mucha atención. Luego me dijo con verdadera emoción: ¡Ahora vamos a hacer una señora escuela experimental en Puno!. Desde aquel día quede conectado con el maestro Encinas, lo visitaba a diario. Bajo su dirección hicimos un nuevo plan de experimentación mejorando el proyecto que presente y que había elaborada con el apoyo de Astete Maraví. Nos proponíamos ensayar un sistema de organización escolar basado en los resultados de la aplicación de pruebas de diagnóstico de madurez integral de los niños y no en los consabidos exámenes de conocimientos repetitivos. Durante su estadía en Cuba, el maestro Encinas había trabajado en el Liceo Aguayo en el departamento psicopedagógico, de modo que conocía bien el tema.

Con su apoyo, el Senado como lo había hecho la Cámara de Diputados, aprobó en el Presupuesto de la República la creación del Instituto Experimental de Educación de Puno. El maestro Encinas se encargó de hacer aprobar el Plan, luego gestiono el presupuesto y el nombramiento del personal, todo lo cual demandó una preocupación de seis meses, hasta Junio de 1947.

En todo ese tiempo pasamos los días útiles acompañándolo. Unas veces en el Colegio Dalton, otras veces en el Ministerio de Educación y hasta recorriendo las calles de Lima, a pie o en automóvil, no cesaba de hablarme sobre lo que debía ser una escuela experimental. Entonces pudimos comprender el amor entrañable que el Maestro encinas tenía por el niño, su profunda sabiduría sobre la educación, su interés por la conquista de los derechos del maestro, en fin, sus ecuménicos conceptos pedagógicos y educativos como problema esencial para alcanzar un verdadero cambio cultural y social.

Nos sentimos completamente identificados con él y un cambio radical se produjo en nuestro espíritu de maestro bajo su influencia. Hasta entonces nuestros estudios sobre las ciencias pedagógicas solamente tenían carácter de ilustración que utilizábamos para dictar conferencias y cursos, pero no existía relación directa entre nuestras ideas y nuestra labor práctica; con su influencia comprendimos cabalmente que el maestro debe ser un permanente investigador en el aula y en la escuela para mejorar constantemente no la «enseñanza» sino el aprendizaje y el desarrollo del niño. El Instituto sería un verdadero laboratorio para ensayar científicamente las mejores ideas al servicio de la infancia.

Con esta nueva personalidad, cargada de emociones y conceptos nuevos, volcados en el nuevo plan pedagógico del Instituto formulado con el maestro encinas, volvimos en los primeros días del mes de junio del año 1947. Nunca sentimos tan intensa alegría de llevar a nuestro pueblo, a sus niños, un presente como la creación de un plantel que los educara mejor”

La institución 70001 de Huajsapata como reconocimiento a su labor educadora debe llevar el nombre de este insigne maestro, sé que así será.

Publicado el 2011 en la revista virtual Aula Intercultural

martes, 16 de febrero de 2021

JOSÉ PORTUGAL CATACORA: ¿EL MODELO EDUCATIVO BAJARA DE LOS ANDES? Por: José Luis Saravia

 

José Portugal Catacora, dicen sus biógrafos que era de familia aymara del pueblo de Acora, Puno. Fue un maestro que egresó con las primeras promociones de la Escuela Normal de Puno, que desarrolló junto con sus compañeros maestros una notable actividad cultural, educativa e institucional para Puno. Supo interpretar las demandas por la educación de las movilizaciones campesinas, para que se crearan escuelas en el campo. Pensó con sus compañeros maestros que la educación era el principal instrumento de reivindicación del indio. La historia nos dice que ese proceso fue rico en experiencias bajo la influencia de la Escuela Nueva promovida por otro maestro puneño, José Antonio Encinas.


El maestro Portugal Catacora se inició como docente en Ayaviri. Creó la revista “El Educador Andino”(1932) y fue promotor del sindicato de maestros (1933).

El año 1945 elaboró una propuesta para reorganizar la educación rural, la misma que fue presentada al sector Educación. La propuesta fue publicada por el autor y la Asociación Provincial de Maestros Primarios de Puno con el nombre de “La Escuela Andina del Porvenir”. El libro desarrolla algunas ideas que luego fueron consideradas en el diseño de los núcleos rurales campesinos establecidos por los gobiernos de Perú y Bolivia. Participó en la creación de los Núcleos Rurales Campesinos, experiencia educativa peruano boliviana establecida en la Conferencia de Huarisata (1945), a la que asistió como parte de la delegación peruana encargándose luego de la capacitación de maestros de ambos países. Hasta el día de hoy los docentes de El Alto y La Paz recuerdan esta experiencia y lo mucho que aportó a las comunidades campesinas.

Contando con la amistad y el apoyo de José Antonio Encinas diseñó, desarrolló y dirigió el Instituto Experimental de Educación de Puno, hoy conocido como CEP 70001 de Huajsapata. La experiencia consistió en la formación y evaluación de los aspectos emocionales, socio-morales, físicos y cognitivos de los estudiantes. Dejó de lado los exámenes tradicionales, constatándose que los niños avanzaban en el sistema escolar de acuerdo al nivel de madurez que iban desarrollando y alcanzando.

Por ello Portugal Catacora señalaba que los niños “Nacen con el ser todas las potencialidades del sujeto en estado latente. La acción educativa debe contribuir al desarrollo de estas potencialidades, de acuerdo con los estados evolutivos del sujeto, en su medio social y natural. Esta concepción descarta toda posibilidad de transmitir al niño conocimientos y directivas de comportamiento; supone más bien descubrir las potencialidades específicas de cada ser, lograr que éstas se revelen a través de la conducta y procurar su mayor desarrollo posible, en forma autónoma y libre, en función de su medio social y natural y los cambios deseables que se aspiren alcanzar en él”. Decía que con esta experiencia “En síntesis iniciamos la creación de una pedagogía científica peruana, libre de presiones e imitaciones.”

José Antonio Encinas decía de esta experiencia que “La Escuela Experimental de Puno va a cambiar radicalmente la dirección pedagógica colocándola en el plano científico en donde la mente del niño entra en actividad bajo la hábil dirección del maestro. Aquella Escuela va a cambiar “el proceso de enseñar” por el “proceso de aprender. Invoco el espíritu de los maestros de Puno para que presten apoyo a la Escuela experimental, puesto que será el laboratorio de la pedagogía de donde habrán de salir experiencia de trascendencia para los intereses permanentes del país”. (José Antonio Encinas, 1956)

Nos dice José Luis Ayala que “el pensamiento pedagógico de Portugal se enmarca dentro de los principios de la Escuela Nueva y los modernos postulados de la educación, las ciencias sociales y la sicología social. Recogió la experiencia de la educación intuitiva que proviene de la cultura aymara y quechua. Los niños en esas culturas no son tratados de acuerdo a la edad cronológica sino en virtud al desarrollo sicológico que experimentan. Desde los cinco años trabajan ayudando a sus padres, luego aprenden los usos y costumbres. La educación, cultura y responsabilidades que tienen está en relación a la madurez que adquieren, es una acción educativa que no ha cambiado mucho.” (LOS ANDES. Puno, 27.02.11).

Sin embargo Portugal fue esparciendo su pensamiento y propuesta pedagógica hasta en los informes que remitía al Ministerio de Educación, como aquel del 15 de abril de 1956, donde plantea conceptos en torno al Plan Pedagógico que desarrollaba en el instituto Experimental de Educación Primaria en Puno. Se puede decir de manera resumida que debe; Reivindicar el quechua y el aymara como instrumento educativo y afianzamiento de la identidad cultural. Educar en función a la madurez sicológica y habilidad de los alumnos. Formar hábitos de trabajo en referencia a la realidad socio-cultural. Ampliar el rol de la escuela social preconizada por Encinas. Aplicar las modernas y nuevas conquistas de las ciencias sociales, sicología y pedagogía del siglo XX. Alentar la vocación de los niños para que desarrollen aptitudes en relación a la creación artística.(José Luis Ayala. Los Andes,Puno, 27.02.11)

¿Qué pasó con esta experiencia? ¿Qué con las ideas pedagógicas desarrolladas? ¿Qué de los aportes de Portugal Catacora? ¿Por qué no fueron valorados, difundidos, mejorados?¿Por qué no reconocer que desde el interior del país podrían venir las ideas y experiencias educativas para nuestra propia problemática? Deberíamos releer a Valcárcel y su obra para revalorar los aportes del pensamiento andino escrito por personajes ilustrados de entonces. Pero deberíamos de leerlos desde una perspectiva pedagógica, pensando en la educación del poblador de los andes; quién es; qué hace; dónde vive; cuál es su economía; cuál su visión del mundo; cuál su historia y tradiciones. Marzal recoge algunas citas de Valcárcel quien nos dice que “La cultura bajará otra vez de los andes. … De la humana nebulosa, casi antropopiteca, surgió el Inkario, otro luminar que duró cinco siglos…[…] De ese rescoldo cultural todavía viven diez millones de indios, caídos en las penumbras de las culturas muertas. De las tumbas saldrán los gérmenes de la Nueva Edad”.(Manuel Marzal. Historia de la antropología indigenista: México y Perú. Anthropos. Editorial del Hombre. Barcelona, 1993).

Por considerarla de importancia transcribo algunas de las propuestas planteadas por Portugal Catacora que se encuentran en el texto de 50 págs, impreso por la editorial Laikakota “La Escuela Andina del Porvenir: Esquema de un Plan de Organización de Escuelas Rurales”, Asociación Provincial de Maestro Primarios de Puno. Puno 1945. Sin duda algunas ideas podrían tener vigencia y ser tomadas en consideración si se quiere intervenir en la formulación de una política para la educación rural hoy.


“No existen Escuelas Rurales propiamente dichas

La denominación de escuela rural en el Perú con respecto de las escuelas actuales solamente podría aceptarse desde el punto de vista de la ubicación de ellas en medios campesinos; pero por su organización, la trascendencia de su influencia en el medio comunal i por sus fines están muy lejos de llamarse tales.
Su organización carece de una modalidad propia o menor dicho, la escuela actual llamada rural no tiene la organización que la diferencia de la escuela de tipo distrital o provincial.
Su acción es simple i restringidamente sobre los pocos niños que concurren a la escuela, sin ninguna influencia sobre el medio social. I luego esa acción reducida es puramente intelectualizante a base de la enseñanza de lectura, escritura i algunos conocimientos de carácter teórico.

La Escuela Rural debe encarar la solución de todos los aspectos de la vida campesina

La Escuela Nueva peruana ha de orientarse de acuerdo con las modalidades propias de nuestra nacionalidad i organizarse sobre bases fundamentales lejos de todo formulismo político. Con este criterio consideramos que la Escuela Rural en el Perú debe abarcar todos los aspectos de la vida campesina. Su acción debe encarar problemas de orden económico, educacional, sanitario, social e incluso religioso.
Dentro de su acción económica, y teniendo en cuenta que la tierra es la razón fundamental de la vida rural, debe contribuir a colectivizar la producción agropecuaria, tecnificar los sistemas de explotación de la misma, fomentar el desarrollo de la pequeña industria, mediante procedimientos modernos e intensificar todo sistema de producción, organizando ferias i exposiciones.

En el orden educacional debe adaptar los fines de la esencia a las necesidades concretas del medio, formando buenos agricultores, buenos ganaderos i buenos pequeños industriales. Dentro del problema sanitario, debe mejorar la alimentación, los vestidos, la vivienda higienizar los servicios públicos, prevenir i combatir las enfermedades epidémicas i endémicas.

En el orden social, debe propender a la formación de entidades de producción i consumo, de beneficencia, de colaboración con la escuela, i en general toda índole de instituciones culturales, artísticas, deportivas i sociales.

En lo que respecta a la moral, debe adoptar todos los métodos requeridos para extirpar los vicios morales i materiales; principalmente aquellos que como el robo, la mentira i la pereza, tienen origen en la desconfianza históricamente arraigada que el indio siente con respecto al mestizo i el blanco.

I en general, en todo orden de cosas, debe tratar de acrecentar las virtudes sociales campesinas, que constituyen la heredad cultural de su magnífico pasado histórico.

La Escuela Rural debe ser orientada por la acción coordinada de diversos ministerios

La Escuela Rural que propugnamos encara la solución del problema indígena en toda su amplitud i dentro de él resolver el problema del analfabetismo. La Educación Rural en el Perú debe demandar no solamente la contribución del Ministerio de Educación Pública, sino también la de otros ministerios.

Organización Escolar
Dentro de la nueva organización, las Escuelas Rurales se distribuirán i se agruparán teniendo en cuenta las condiciones geográficas i demográficas del medio rural, en determinadas áreas llamadas Zonas Escolares. Dichas Zonas podrían designarse con el nombre genérico de Aillos Escolares, para darles nominación genuinamente americana. Toda zona escolar tendrá una cabezera de zona, designada por su ubicación central i otra razones como un centro directriz e actividades de la zona.
Las escuelas se organizarán con la siguientes secciones: Preescolar, Escolar, Técnica, Post escolar de culturización y Para Escolar de alfabetización.

Planes y Programas adaptados a cada región natural y a cada provincia

De un modo general los programas serán sintéticos, debiendo analizarse para su aplicabilidad en cada provincia i aún en cada zona escolar, tomando en consideración las necesidades i exigencias especiales i propias de las zonas que comprendan las provincias.
En cada escuela funcionará un Refectorio Escolar al servicio de los niños. Otro aspecto a encarar es la formación del hábito de higiene en viviendas saludables higiénicas i dotadas del confort indispensable. Con este objeto cada escuela contará con dormitorios permanentes para niños menores de 10 años, para quienes entraña un esfuerzo físico que sobrepasa a sus contingencias físicas trasladarse”

El libro concluye proponiendo Leyes especiales como el Servicio Magisterial Obligatorio, el aporte presupuestal a la educación rural por parte de varios Ministerios y la creación de la Dirección de Educación Rural. Incluye comentarios favorables como una carta de Encinas y notas de Julián Palacios y otros intelectuales y autoridades de Puno.

¿Qué podemos añadir a esta propuesta? ¿Acaso no encontramos vasos comunicantes desde lo pedagógico con aquello que llaman la nueva ruralidad educativa? Hoy se nos dice que la calidad de la educación rural debe ser evaluada desde el interior de la escuela y el aula, para intentar develar las dificultades y limitaciones de la praxis pedagógica rural, que atañen tanto al niño en términos de su aprendizaje, como al docente en su formación y desempeño, y las circunstancias que revelan una particular cultura de la escuela que condiciona la práctica educativa (Mendoza, Quintero y Colmenares, 2003 Informe Técnico al Convenio Andrés Bello acerca del proyecto “la escuela que aprende: hacia la transformación de la cultura escolar”. Rubio, Venezuela: CAB.) ¿Qué nos dijeron Portugal y Encinas hace “taitantos” años? ¿Por qué no se les escuchó? ¿Los Núcleos Escolares Campesinos de la Reforma de los 70 fueron creados en ese espíritu y sentido? ¿Qué sucedió con ellos? ¿No será que la estandarización los fue extinguiendo para imponer un modelo que no respetaba su identidad y raíces culturales?

Al igual que los tiempos de Portugal Catacora y Encinas hoy debemos tener el derecho a hablar de una educación rural, con rasgos claramente diferentes de la educación que se desarrolla en contextos urbanos, que reivindican la identidad de lo rural, aún en los nuevos tiempos.

Lo escrito por Portugal Catacora sigue teniendo validez pues evidencia una realidad que ha permanecido estática. Si visitamos escuelitas perdidas entre páramos, donde llega el docente después de caminar 10 horas desde la carretera, es patente la emergencia en que se vive. Esto denota cómo el Estado, la sociedad, la clase política y la política educativa han sido incapaces de diseñar y desarrollar mecanismos que permitan reconfigurar una oferta educativa rural que se fundamente en lo que se ha elaborado e irla mejorando.

En un Seminario Interamericano sobre problemas de la educación en el medio rural (OEA 1971) ya se nos informaba sobre la problemática educativa rural de América Latina. Se señalaban como aspectos a tener en cuenta: la inequidad; el déficit de rendimiento escolar ocasionado por el retardo pedagógico, repitencia, ausentismo, deserción; la baja cobertura de la oferta educativa; la centralización de la toma de decisiones en materia curricular y de gestión; escasa pertinencia curricular, pues los programas no son expresión de los sectores económicos y socioculturales que definen la dinámica de los sectores rurales en las respectivas regiones del país; desvinculación entre la escuela y la comunidad, reflejada en la pérdida progresiva de protagonismo de la escuela como espacio de encuentro, entre las políticas del Estado y la sociedad campesina en general; poca variabilidad de métodos y procedimientos de enseñanza; material didáctico deficitario, en especial, fallas en la preparación y distribución de materiales visuales y audiovisuales; carencia de supervisión escolar rural; inadecuada evaluación del rendimiento escolar; débil identificación del docente con la comunidad, en especial, los docentes que no residen en las comunidades donde trabajan, Insatisfacción del docente por las condiciones de vida y trabajo en el medio rural; pobreza de los programas de asistencia al escolar y baja capacidad de las escuelas y las organizaciones comunitarias para gestionar la prestación de
servicios asistenciales. La no atención a los problemas de salud de los escolares; inadecuada infraestructura escolar que ponen en riesgo al niño y al maestro. El eco de esos problemas sigue resonando, pero nadie sabe interpretarlos.

Si vemos en retrospectiva, en nuestro país no hubo una decisión política de abordar el tema de la educación rural. Por eso la carencia de una direccionalidad estratégica que apoyen la realización de cambios profundos de acuerdo al proyecto de país que queremos. El PEN plantea el marco general que permitirá acoger una propuesta educativa para los más excluidos del país. Es bueno que nos movilicemos teniendo presente que requerimos un nuevo horizonte. Lo planteado en el PEN debería afinarse en función de una problemática que día a día cambia y que en demanda respuestas técnico pedagógicas, acompañadas de decisiones políticas a desarrollar.

José Portugal Catacora, nos ha demostrado que sí es posible desarrollar una alternativa educativa para las zonas rurales del país. Es necesario poner en evidencia la solidaridad, el compromiso profesional y la voluntad política, en aras de que la equidad no sea un discurso sin un correlato. Por el contrario, la equidad se puede construir cuando aceptemos la diversidad y el respeto por el otro. (20.08.11)