Gamaliel Churata, seudonimo de Artuto Pablo Peralta Miranda (1897-1969), es sin duda uno de los más importantes intelectuales puneños. José Portugal Catacora tuvo ocasión de conocerlo, como nos lo cuenta a continuación en un breve y revelador texto sobre el fundador del movimiento Orkopata y las dos veces que conversó con él en La Paz y Lima.
“…Durante los años en que funcionó Orkopata, Churata se encontraba en la edad en que el hombre alcanza los más elevados y maduros atributos que le concede la naturaleza es decir entre los 30 y 40 años; y estos atributos logran la mayor brillantez si el hombre ha sabido cultivar sus dones como él lo hizo.
En esos años era un hombre alto, de contextura gruesa, de rostro blanco, con luengas barbas y bigotes. Cuando algunas tardes se paseaba cuadrando la Plaza de Armas de Puno, después de terminar su horario de labores como bibliotecario de la Municipalidad de Puno (1), cargo que desempeño transitoriamente, pero en forma digna de mencionar, vestido con su sacón grueso y largo de color obscuro y seguido de algunos jóvenes entre los cuales podemos recordar a su hermano Alejandro, Dante Nava, Aurelio Martínez, Mateo Jaika, Inocencio Mamani, Eustaquio Aweranqa. El grupo ofrecía la apariencia de un gran educador seguido de sus discípulos, tratando temas de los más diversos relativos a la cultura.
Acabamos de mencionar su digno paso por la Biblioteca Municipal, pues podemos afirmar que sus numerosas relaciones intelectuales le permitieron enriquecer la biblioteca con valiosos y numerosos libros. Sólo Ricardo Rojas (2), a su paso por Puno y después de haber tomado contacto con Churata, envió la colección completa de su vasta producción que constaba de más de 40 volúmenes.
Por entonces éramos niños y solamente lo veíamos de lejos con mucha curiosidad porque se le mencionaba en la escuela y en los hogares como a un hombre extraordinario.
En la ciudad de La Paz tuvimos la oportunidad de verlo y tratarlo personalmente en 1945, cuando tuvimos la oportunidad de concurrir a la reunión de maestros rurales en Huarizata, formando parte de la delegación peruana (3). Nos recibió con amable sencillez cuando lo buscamos en la dirección del diario.
Gamaliel Churata y Carlos Salazar en Warisata
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En efecto así fue el equipo de representantes de Bolivia. El primer día de labores extrajeron sendos legajos para pronunciar discursos; pero como nosotros los peruanos dijéramos que habíamos ido a discutir y trabajar en equipo, tuvieron que guardarse sus discursos. Cuando dejamos la Paz, escribió un comentario en el que exalto la labor del equipo peruano, aún cuando los otros periódicos afirmaban que las tesis bolivianas se habían impuesto en Huarizata. En ese comentario se percibía su personalidad de invariable indigenista y su patriotismo como peruano.
Cuando en 1964 llegó a Lima, nos encontramos una vez más, conservaba su pensamiento, pero su espíritu combativo había bajado mucho. Los destierros de su patria y de la ajena (Bolivia) donde luchó la mayor parte de su vida y la incomprensión de los hombres, sobre todo el hecho paradójico de que en el Perú no se le conociera, habían producido en su persona una inevitable y honda frustración.
Su obra
La obra de Churata podemos apreciarla desde tres puntos de vista, como periodista, como escritor y como educador y filosofo.
Ubicamos como primer aspecto su obra de periodista porque es en este sector donde se encuentra esparcida la mayor parte de su pensamiento, además, porque él mismo le concedía primacía a su calidad de periodista. En La Paz nos dijo que escribir con firma era muy burgués. Los proletarios que producen obras, como en las industrias no ponen el sello de su nombre. El periodismo es algo así, por eso no firmaba sus escritos, pero esto en forma ingente se encuentra esparcido en editoriales de los periódicos que dirigió y en millares de cuartillas periodísticas que sirvieron para orientar la opinión popular con sentido social.
Como escritor poco ha producido, fuera de los ensayos que publicara en Boletín Titicaca, algunos cuentos en los primero tiempos. Lo más importante de su obra como escritor esta en el Pez de Oro, que el Instituto Puneño de Cultura ha editado en un volumen con algunos otros de sus trabajos. El Pez de Oro es poco accesible al lector por el lenguaje manejado con una estructura de pensamiento que escapa a la estructura gramatical del castellano común. En esta obra Churata no se limita a usar palabras nativas, emplea el mecanismo conceptual de las lenguas aborígenes. Si los autorizados en estos menesteres me lo permitieran puedo afirmar que se trata de un lenguaje nuevo, esencialmente americano, al que llegaremos los americanos cuando nos hayamos desprendido del cordón umbilical que nos ata a la tradición española. Por eso creemos que para comprender el Pez de Oro hay que leerlo con pensamiento indio y hay que esperar que evolucionemos hasta tener una mentalidad americana.
Como educador, formó una generación de hombres y los capacitó para ser los espartacos de un movimiento que de haber sido o nacido como perseguido por los colonialistas ha dado carta de ciudadanía al indigenismo. No formó profesionales en el sentido formal de repartir títulos, pero formó una generación de hombres capaces de profesar con idealismo la nueva americanidad, en el Perú y Bolivia, y lucir el título de hombres dignos, el más grande título que el hombre puede lucir. Eso es Churata, como educador.
Una anécdota.
Aunque fuera de lugar, quiero expresar aquí una anécdota ocurrida entre Gamaliel Churata y el autor de este estudio.
Era el mes de junio de 1965. Acababa de asumir la Dirección de la II Región de Educación, con sede en la capital, que entonces representaba el 43% del problema educacional del país. A la sazón se encontraba en Lima Gamaliel Churata. Aunque entre él y yo no mediaba realmente una amistad en el estricto sentido de la palabra, pues solo recordaba haber charlado con él con alguna extensión sobre problemas de educación en la Paz, hacía precisamente veinte años atrás, Churata fue para expresarme su felicitación por el cargo.
Esta visita y la de Manuel Quiroga fueron las únicas que recibí de los puneños u cuando se me anunció suspendí toda labor. A su ingreso a mi oficina lo recibí con un efusivo abrazo, nos sentamos y conversamos. Durante la conversación él me trataba de “compañero” usando la palabra con sentido ecuménico, general, aplicado al compañerismo en las letras, no con criterio político; pero en el Perú al que él estaba llegando después de 30 años de ausencia, llamar “compañero” significaba decir “correligionario aprista”. Pero yo no reparé en el asunto y siguió repitiendo la palabra hasta despedirse.
Después de que se hubo retirado, la noticia de que me había visitado un alto personaje aprista corrió como reguero de pólvora por las oficinas del Ministerio. La anécdota es que un socialista de la talla de Gamaliel y yo, un educador sin partido, pasamos por pertenecer al partido aprista…”
Tomado de: “Historia de la Educación en Puno”. Capítulo 8, “La Universidad Libre de Orkopata. (Inédito).Puede ver también: Una anécdota con José Antonio Encinas
Notas al texto:
(1) Gamaliel Churata ocupó el cargo de bibliotecario en la Municipalidad entre 1922 y 1924.
(2) Ricardo Rojas, posiblemente se trata de Ricardo Rojas el poeta, escritor, dramaturgo y politoco argentino. Prolífico escritor y autor de Eurindia.
(3) Reunión entre representantes de Perú y Bolivia para tratar la educación rural en el altiplano que dio origen al programa de Núcleos Campesinos.
(4) Fundador de la Escuela de Chalwamayo en 1936 que dio origen a una Escuela Normal en Bolivia.
(5) Se refiere a la experiencia de auto organización de la educación desarrollada por el ayllu de Huarizata entre 1931 y 1940. Fue fundada por Elizardo Perez y Carlos Salazar.
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