lunes, 31 de diciembre de 2012

José Maria Arguedas en el recuerdo (II)

Arguedas, Celia Bustamante y Pepe Portugal
Pepe Portugal

En 1958, una feliz coincidencia permitió un mayor acercamiento entre Arguedas y el escritor puneño cuando Pepe, el hijo mayor de Portugal Catacora y Estela Mendoza Treviños, ingresó a estudiar antropología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tuvo como profesor a Arguedas, quien iniciaba su labor docente en esa casa de estudios.
En ese año, Arguedas acababa de publicar su libro “Los Ríos Profundos” (1958), por el cual recibió el Premio Nacional de Fomento a la Cultura “Ricardo Palma”. Este libro es quizás su mejor obra literaria y en él, siempre bajo un sello autobiográfico, Arguedas integra las voces de indios y mestizos en una nueva forma de entender el desarrollo cultural y social del Perú bajo tensiones y conflicto, pero con un horizonte de unidad.

Pepe Portugal estudió en San Marcos entre 1958 y 1962, colaborando activamente desde 1959 con el Instituto de Etnología y Arqueología de esa casa de estudios, relacionándose con personajes como Luis E. Valcárcel, Alberto Escobar y Matos Mar y el autodidacta Emilio Choy, entre otros distinguidos intelectuales.
Arguedas menciona a Pepe en varias de sus cartas al investigador norteamericano John Murra y en 1961 lo tiene como Secretario del Instituto, cuando lo dirige reemplazando temporalmente a Matos Mar. Lamentablemente Pepe cayó enfermo de hepatitis y pasó varios meses en cama.  

 “¿Te acuerdas del alumno Portugal?, era el mejor de Etnología, lo habíamos hecho Secretario del Instituto en reemplazo de Rosalía. Se nos ha enfermado seriamente”. (Carta a John Murra, 28 de setiembre 1961) [1].

Con gran afecto el escritor lo visitaba en la casa paterna en la calle Carlos Arrieta en Santa Beatriz, donde la familia vivió entre 1959 y 1962 tras el traslado de Portugal Catacora de Puno a Lima para trabajar en el Ministerio de Educación. En una de esas visitas Arguedas incluso ofreció hacerse cargo de Pepe y de sus estudios posteriores, en una generosa conversación con Portugal Catacora [2].


De este singular y, para quienes conocieron a Pepe Portugal, merecido aprecio por parte del gran escritor, ha quedado la siguiente frase en una de las cartas de Arguedas.


"Hay dos recuerdos que me ennoblecen de mi permanencia en San Marcos: José Portugal y Usted". (Carta a Duccio Bonavia. 25 de Mayo de 1963) [3].

Promoción de Antropología Luis E. Valcarcel a la que perteneció Pepe Portugal
En el centro de la foto Luis E. Valcarcel, sentado al lado izquierdo, Arguedas y sentado a la derecha, Matos Mar

Antropología, literatura y Puno

La experiencia de docente universitario de Arguedas, nos recuerda su importante desarrollo tambien como antropólogo, profesión que estudio en San Marcos graduandose en 1957. Su obra literaria se nutrió de su conocimiento profesional de la cultura andina y a la vez su labor de antropólogo recibió el influjo de la sensibilidad del escritor para entender el mundo andino.

Entre las obras más importantes de Arguedas como antropólogo se encuentra su tesis doctoral “Las Comunidades de España y el Perú” (1968), y su estudio sobre las comunidades del valle del Mantaro, a los que sumó decenas de trabajos sobre lingüística, música, mitos y folklore andino [4]. En particular en su trabajo sobre el Valle del Mantaro encuentra que sus  comunidades son un testimonio de la capacidad de la población indígena para integrarse cuando están libres de la dominación de las haciendas y progresar socialmente bajo una nueva forma de mestizaje. 

 Entre sus trabajos de investigación figura uno inédito, “Las danzas y el cambio social en Puno”, escrito con ocasión de su participación como Jurado en el Tercer Gran Concurso Folklórico celebrado en Puno en febrero de 1967. Este estudio formaba parte de un esfuerzo conjunto de la Casa de la Cultura y la Universidad Nacional Agraria La Molina para recopilar el folklore del altiplano.[5].

Referencias sobre Puno se encuentran también en los artículos escritos con sus recuerdos de su vista a Puno en la época en que vivió en Sicuani, como son el referido al Charango y al Sikuri, "ppusa" en aymara, [6] ; sobre éste último señala.

“Este es hoy un instrumento propio del altiplano; en las otras regiones de la sierra del Perú está desapareciendo...Instrumento ritual y extraño, indio puro, significa fiesta, multitud, procesiones, vísperas de grandes borracheras y llantos; lo tocan soplando a pulmón lleno; el aire alcanza la base de las flautas, rebota y escapa por la boca de las cañas y silba; en los sicuris altos y gruesos suena con una gravedad profunda, en los pequeños y agudos produce un silbido fino y largo; todos juntos, los ppusas en una tropa de bailarines forman una orquesta de viento que oprime y sacude el alma de quien los oye…”. (“Los Sikuris”. La Prensa, Buenos Aires, 28 de marzo de 1943).

 Pero sin duda el artículo más importante sobre Puno es aquel producto de su mencionada participación en la Fiesta de la Candelaria en 1967, “Puno, Otra Capital del Perú”, que sirvió de antecedente para su designación como la Capital Folklórica de América. Dice en este artículo:

 “En ninguna región del Perú y sin duda de América latina pueden encontrarse tan variadas y tantas danzas como en Puno. El hecho tiene aparentemente una explicación clara: coexisten en el altiplano la tradición quechua y aymara, que son diferentes y, durante el periodo colonial y republicano, se formaron en esa gran área, tipos de mestizaje cultural entre los dos núcleos prehispánicos y el occidental, en grados de “mezcla”, más diversa que en otras áreas. Existe, por esa causa, una mayor complejidad y diversidad de tradiciones en la población puneña, y cada estrato, grupo o conjunto, encontró en la danza y el canto la manera más libre de expresar su mundo interior…”. (El Comercio 12 de marzo de 1967) [7].

Con frecuencia se recuerda la obra de Arguedas olvidando que tuvo que  sobreponerse con coraje e indoblegable voluntad a los males nerviosos y la recurrente depresión que lo aquejaban. Por ello, consideramos pertinente citar aquí, lo que escribió unos días después de participar en la festividad de la candelaria en medio de un intenso trabajo:

“…el viaje ha Puno casi me ha aniquilado. Increíble. Recibí toda la voz, la presencia del hombre actual del altiplano y su inmensa fuerza me enardeció y luego me dejo exhausto. Es que llevo demasiados años de intranquilidad. Pero si venzo las dos o tres obsesiones  que todavía me agobian, podre hacer una gran novela, John, una gran novela, a mi vuelta del viaje que debo hacer a Apurímac, Huancavelica y Ayacucho." (Carta a John Murra, 28 de febrero 1967).

Arguedas en Huancayo
Nuevo Encuentro con Arguedas

A diferencia de Arguedas que fue sobre todo literato y antropólogo, Portugal Catacora enfatizó siempre su profesión de educador, más aún, de pedagogo, es decir de quien domina las ciencias educativas y la didáctica. De allí que de los 25 libros que publicó en vida, 17 se refieran a temas eminentemente educativos, muchos de ellos muy especializados como su “Psicopedagogía del Lenguaje”, “Psicopedagogía del Cálculo”, “Didáctica en la escuela Primaria” y los dos tomos de “Desarrollo Humano y Aprendizaje”.  El resto de su producción estuvo dirigida a la recopilación de mitos y leyendas del altiplano, al folklore, la infancia andina y la literatura con cuentos sobre los niños del campo y la ciudad.

Los modernos puntos de vista educativos de Portugal Catacora no se encontraban reñidos con su profundo conocimiento y compromiso con la realidad del indio y del niño indígena. Ya tempranamente, en 1934, había sostenido que:   

El niño indígena emana de una raza dotada de gran fortaleza vital i de mayor longevidad que el miste...Desde el punto de vista psicológico el niño indígena no es de mentalidad inferior. La falta de desarrollo de algunas de sus facultades se debe a su estado social monótono y pobre de reactivos mental. En cambio tiene plenamente desarrollados otras capacidades psíquicas como la atención, la memoria i la voluntad” [8].


Desde el Instituto Experimental de Educación de Puno, que fundó con apoyo del maestro José Antonio Encinas y dirigió entre 1947 y 1957, hizo estudios sobre el uso de las lenguas quechua y aymara en la educación de los niños indígenas. Precisamente este tema lo llevaría a un nuevo momento de encuentro con Arguedas, quien en 1963 le participa de una importante iniciativa para poner sobre el tapete el uso de las lenguas nativas en la educación de los niños indígenas.

Para ello, Arguedas planeaba convocar desde su cargo de Director de la Casa de la Cultura una mesa redonda del más alto nivel que culminaría con recomendaciones para que el Ministerio de Educación, cuya burocracia era renuente al tema, lo aborde seriamente. La idea fue acogida con entusiasmo por Portugal Catacora y significó un nueva oportunidad de encuentro con el gran escritor, en la “Mesa Redonda sobre el Monolingüismo Quechua y Aymara y la Educación en el Perú”, importante antecedente de lo que hoy se conoce como educación intercultural bilingüe.

José Portugal Catacora en 1961, clausurando un cursillo para maestros en Lima.


VER JOSE MARIA ARGUEDAS EN EL RECUERDO PRIMERA PARTE
VER JOSE MARIA EN EL RECUERDOS: TERCERA PARTE


[1] Pepe Portugal es mencionado por Arguedas en otras cartas a John Murra: “Me quedo más solo en el Instituto, felizmente Portugal está dando buenos resultados” (7 de octubre de 1959); “Ahora estoy sólo en el Instituto, porque Martha se fue a Paramonga a hacer un estudio sobre cooperativas. Me acompaña Portugal que es fino e inteligente, pero con quien no he tenido tiempo de establecer vínculos de gran fraternidad…” (16 de noviembre de 1959). "Cartas de Arguedas". John Murra y Mercedes López. PUCP. Lima 1998.
[2] Recordamos, Edgar y Carlos Portugal Mendoza, las visitas de Arguedas a la casa de la familia en la Calle Carlos Arrieta 1384 en Santa Beatriz, Lima. El ofrecimiento de Arguedas me fue referido por mi padre y mi madre me contó que había dicho que quería adoptarlo porque no tenía hijos. En 1962, Pepe Portugal viajó a Francia a seguir estudios de postgrado; retornó en 1964, siendo en los inicios de su vida profesional profesor en San Marcos e investigador en el Instituto de Estudios Peruanos.

[3] La carta está dirigida a Duccio Bonavia, por esos años joven profesor de San Marcos. "Cartas del Archivo José María Arguedas de la PUCP". Antropológica Año XX Nº 20, Lima 2002.
[4] "Las comunidades de España y Perú". UNMSM 1968. La investigación comparativa fue fruto de una beca de la UNESCO en 1958, encontrando cómo la comunidad campesina peruana, formada a partir de las reducciones de indios del virrey Toledo, había recibido esa influencia en su organización. Este texto fue precedido de su estudio “Evolución de las comunidades indígenas. El valle del Mantaro y la ciudad de Huancayo, un caso de fusión de culturas no comprometida por la acción de las instituciones de origen colonial”. Revista del Museo Nacional Nº 26, 1957.

[5] El Concurso de 1967 fue documentado con fotos y filmaciones, en un esfuerzo por recopilar las danzas y bailes del altiplano. Sin duda todo este material debería ser rescatado por su  gran valor, tanto porque refleja las características de la fiesta en esa época, como porque el trabajo estuvo dirigido por el propio Arguedas. En una carta a John Murra le informó que sólo tenia 32 días para elaborar “Las Danzas y Cambio Social en Puno”, una tarea que sólo Arguedas podía acometer en tan breve tiempo.    
[6] Los artículos “Los Sikuris” y el “Charango” publicados en el diario la Prensa de Buenos Aires en marzo de 1943 y 1940 respectivamente, se encuentran en el libro “Indios, Mestizos y Señores” de José María Arguedas. Editorial Horizonte, 1985. "Los Sikuris" se encuentran en internet en el blog aswan khari del difusor de la cultura puneña Bruno Medina
[7]Puno, la otra capital del Perú”. Diario El Comercio, 12 de marzo de 1967. Sin duda este artículo refleja en parte el corto estudio  “Danzas y cambio social en Puno” de Arguedas. Una interesante comparación entre la fiesta de la candelaria que observó Arguedas el año 1967 y la que se realiza en la actualidad se encuentra en el artículo del intelectual puneño Guillermo Vásquez Cuentas "La otra capital de Arguedas". Asimismo puede verse una descripción de la visita de Arguedas y sus aportes "La otra capital del Perú", de René Calcín Anco.

[8] “Aspecto pedagógico del niño indígena”. Revista El educador Andino. Número 5 y 6. Puno, Agosto 1934.  Señala asimismo, la necesidad de que “el Estado debe legislar…creando granjas escuelas…dotando al indio de propiedad por medio de la venta a fortiori i a plazos de los   latifundistas sin explotar, i obligándolos a constituir entidades colectivas de producción y consumo...obligando a los hacendarios industrializantes a pagar salarios equitativos a los indios…”.

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