Un periodista tuvo la ocurrencia de entrevistar a una Llama. I conversaron de la siguiente manera:
— ¿Podría decirme porqué es usted tan altiva?
—Pues vea, señor; cada una tiene derecho a ser como quiere. Pero ya que usted se interesa en saberlo, le diré: Yo desciendo de las estrellas. Hubo una vez lluvia de estrellas en los Andes y cuando cayeron sobre las nieves, se quedaron convertidas en llamas, vicuñas y alpacas.
—Qué maravilla, señora Llama. ¿Qué piensa usted de los hombres?
—Créame usted, señor periodista, que ahora sé muy poco de los hombres. Antes frecuentaba las cortes imperiales del Cusco, de Quito y otras ciudades; trataba con los mejores reyes, reinas y princesas. Ahora vivo casi olvidada, en las cordilleras, porque me han usurpado los caballos, los burros y las mulas que trajeron los españoles; pero estoy viendo que a ellos también los están desplazando los carros y los aviones. Lo que son las cosas los tiempos…Por eso sólo puedo hablar con los hombres que viven en las cordilleras. Ellos quieren mejorar su manera de vivir, pero la civilización no llega hasta esas alturas - terminó la Llama.
— Encantado de conocerla y de haberla escuchado, señora Llama, - expresó el periodista y agregó:
— ¿No desea usted decir algo más para informar en mi periódico?
—Con todo gusto, señor periodista. Diga usted en su periódico a las gentes de las ciudades que nunca me lleven a los jardines zoológicos; yo prefiero mi libertad junto a los picachos, en las extensas pampas andinas. I luego, que los automóviles, las góndolas y los camiones no me miren con malos ojos, cuando bajo a las ciudades. No me interesa la ciudad. Pero, eso si que tampoco me crean menos que nadie para que se avergüencen de mi. Ya sabe usted: ¡Yo desciendo de las estrellas!
Tomado de "Mi Tirallo" Libro de Lectura Graduada para Niños de educación Primaria. Instituto Experimental de Educación de Puno.1953. José Portugal Catacora
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