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"El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela" proclamó en la introducción de su principal libro "Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú". Y luego acotó "Cuando la sociedad actual se sacuda del egoismo y los prejuicios que aniquilan sus más vitales funciones y cuando el maestro dé su parte, deje de lado la rutina y se transforme en líder social, entonces el magisterio habrá sobrepasado en importancia a cualquier actividad humana".
Tal es la importancia del maestro en el pensamiento pedagógico enciniano y, analizando el concepto, exigió en forma admonitiva, que el maestro sea autor de su propia intensificación profesional, aprendiendo cada día más y dominando cada vez mejor las normas y técnicas educativas. Por eso reclamó para el maestro la más absoluta libertad. La educación -decía- es una obra de creación y nadie que esté conculcado en sus libertades puede realizar una obra creadora. El ejercicio de un cargo de estado no supone que el maestro haya vendido o hipotecado su libertad.
El maestro debe ser político por excelencia, pero no debe confundir su actitud política de izquierda en la que se ubica su profesión por trabajar con visión de porvenir, con ser acólito de un partidoque lo convierta en muñeco y que lo haga confundir los intereses de la patria con las siempre parciales aspiraciones de un partido político. El maestro debe luchar a brazo partido porque los gobiernos no se dediquen a imponer la desigualdad y la injusticia, en todo caso el maestro sera siempre abanderado de a justicia social.
El maestro Encinas reclamaba una mayor y mejor preparación para el maestro de las primeras letras en el entendido de que los niños necesitan ciencia, técnica y ternura para su eficaz educación. Se debe destruir el prejuicio de que los más pequeños neesitan maestros de cualquier preparación.
Hay que borrar del consenso la clasificación de los maestros en primarios, secundarios y universitarios, así como la consideración de maestros de primera, segunda y tercera categoría; habrá que crear un escalafón científico que conceda el verdadero valor personal a los maestros de acuerdo con su capacidad intrínsica, afirmaba.
El maestro que labora en zonas rurales frente a niños indígenas necesita haber estudiado la naturaleza de la cultura indígena, por eso el maestro rural debería estudiar antropología social que le permita comprender las características y los problemas sociales de las comunidades indígenas. Nadie que tenga aspiraciones materialistas y de enriquecimiento puede ni debe ejercer el magisterio; hay que comprender que el magisterio implica sacrificio y ningun sacrificio puede ser materialista.
(Tomado de: José Portugal Catacora "José Antonio Encinas" 1986, Concytec y Universidad Nacional Mayor de San Marcos. )
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