Escudo de Puno |
Si quiere saber más sobre la historia de la fundación de Puno les recomendamos leer los interesantes artículos de Rene Calcín Anco y José Luis Ayala. Asi también, un interesante recuento sobre la discusión sobre el origen de la ciudad de Puno de Nicanor Dominguez
MALICA
Portada del cuento "Malika" (1942) |
Los mineros que allí trabajaban, tuvieron que emigrar hacia otras regiones en busca de nuevas minas que explotar. José Salcedo, entre quedarse y vegetar en medio de los nativos o irse en pos de fortuna, resolvió por partir, acaso impulsado por el oculto espíritu sanchopancesco que lo hizo venir desde España. Y así manifestó su deseo de marcharse.
Ante aquella resolución inesperada de su amado, Malica creyó que había llegado la hora en que debía cumplirse la predestinación de repetirse la tragedia de Cusi Coillur, porque amaba el apuesto y romántico andaluz tan intensamente como aquella había amado a Ollantay. Y una verdadera lucha de pasiones se inició en su alma candorosa. ¿Debía dejarlo ir y quedarse tranquilamente, o debía partir con él?
Debatiéndose entre indecisiones, recordó que alguna vez había oído hablar y reír con sorna a su padre, cuando éste observaba la infructuosa búsqueda de minas en los cerros próximos por los españoles; haciendo advertir con esto, que él sería conocedor de alguna oculta mina. Entonces, valiéndose de mil artimañas, en cierta ocasión logró que su padre le trasmitiera el secreto.
Y un día habló con él (José Salcedo, su amado) de este modo:
— ¿Si yo te mostrara una rica mina de plata, te quedarías?
— iNaturalmente!—respondió el audaz aventurero, entusiasmado.
Ante esta exultante respuesta le reveló el secreto con todos los detalles y luego convinieron en que al día siguiente ella iría a pastar llamas en el cerro y el lugar en que permaneciese más tiempo, sería el de la mina.
Así ocurrió. Y semanas más tarde se desaguó la laguna artificial, descubriéndose una de las más ricas plata minas de plata en América. Y José Salcedo se convirtió en el minero más afortunado y opulento del Perú, cuyas riquezas podían competir con las relatadas en los cuentos de las “Mil y una Noches” y cuya fama llegó hasta las cortes europeas.
Pero esta felicidad y esta bonanza no pudieron durar por mucho tiempo. Un día empezaron a revivir los provincianos resquemores de la vieja España entre andaluces y vizcaínos. Estos, movidos por la ambición de conquistar la hegemonía entre los mineros, con injusta mengua de los intereses de Salcedo, demostraron turbulencia y rebeldía inexplicables, iniciándose una abierta pugna entre los partidarios de Salcedo, andaluces, y los vizcaínos; hasta que llegó una noche de San Juan en que, en medio de la fiesta del Santo, los “vivas” a Andalucía y a Vizcaya se cruzaron en la plaza principal, con sus consiguientes represalias de los “mueras”. Los ánimos se violentaron y se entabló una lucha encarnizada, muriendo como consecuencia muchas personas.
En aquellas circunstancias fue nombrado XVI Virrey del Perú don Pedro Antonio de Castro y Portugal, décimo Conde de Lemos, Marqués de Sarria y de Galimara y Duque de Taurisana.
Cuando este Virrey llegó al Perú, su primera actitud fue averiguar todo lo relacionado con los disturbios de Laicacota. Y al enterarse de la enorme amplitud de las luchas, resolvió trasladarse personalmente al foco de los disturbios.
Y una tarde, acaso la que coincidía con el aniversario de la llegada miserable de Salcedo a Orcopata, se presentó el Virrey en las proximidades del asiento minero. ¡Pero de qué distinta manera!
José Salcedo y su compañera, la inolvidable Malica, le habían preparado un fastuoso recibimiento.
Baldosas de plata cubrían el camino regado y perfumado con flores silvestres, hasta una distancia de más de una legua de la población minera: la ciudad de San Luis de Alba, levantada sobre la laguna embrujada.
Arcos adornados con broqueles y preciosos objetos de orfebrería y filigrana deslumbrantes, se habían levantado de trecho en trecho, a lo largo del camino.
Aquella fastuosidad asombrosa sobrecogió la codicia del Virrey, y amparándose en su excesiva fé religiosa que rayaba en el fanatismo, concibió la idea de apoderarse de tan fabulosas riquezas para dedicarles al culto.
Casa del Conde Lemos |
Mientras se desarrollaba el proceso, el Virrey se había instalado en una casa particular (2) al pie del cerro Huajjsapata; de modo que, cuando volvió a Laicacota, después de ejecutado Salcedo, para apoderarse de las minas y de las riquezas arbitrariamente expropiadas, se encontró con la tremenda sorpresa de que la mina había sido anegada y que los tesoros habían desaparecido,
Malica aquella mujer sencilla y buena, de alma límpida como el agua de las vertientes cordilleranas, que había revelado el secreto prohibido de sus ancestros al hombre elegido de su corazón, para demostrarle la grandeza de sus sentimientos; aquella misma mujer que había saboreado desde la llegada del Virrey, todas las torturas de la ansiedad y todos los matices de la amargura, y que había descubierto toda la felonía y toda la depravación moral que se ocultaba detrás de la apergaminada y oropelesca nobleza de los españoles, juró vengarse, desbaratando los planes de los sacrificadores de su amado, del mismo modo como aquellos habían destrozado sin piedad su existencia y su porvenir.
Al conjuro de aquel juramento, el Virrey Conde de Lemos, sólo encontró el fracaso de sus ambiciones; porque cuando los sayones de éste la buscaron para prenderla, nadie supo de ella. Había desaparecido misteriosamente, junto con los tesoros, luego de inundar las minas.
Restos del Fuerte San Luis de Alba |
Es así como el primitivo ayllu de Orcopata, levantado sobre los roquedales de una gigantesca concha marina de qué ignotas edades, el pie de los cerros totémicos de: Kancharani, San José, Quimsa Cruz y Azoguini y sobre la límpida bahía del lago sagrado de los incas, se tornó Puno la ciudad más alta del mundo.
En sus rojas alboradas que estallan amplias y eufóricas sobre las plateadas aguas del Titicaca, vibra la bonanza espiritual y material de los días de Salcedo.
Y en el alma de sus gentes, palpita, al compás de los nuevos tiempos, la austeridad quechua, la rebeldía colla y la libertad andaluza, sin los alardeos ni la afectación de otros climas, a tono con la influencia majestuosa y serena que recibe del escenario telúrico en que se desenvuelve su vida.
Extractos tomados de "Malica" (1942) publicado también en "Puno Tierra de Leyenda" 1955. Tambien puede leer leyendas del origen de otras ciudades de Puno como Juliaca , Huancane, Carabaya, Azángaro , Juli
VER TAMBIEN: Teatro Infantil MALIKA
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NOTAS EXPLICATIVAS.-
(1) ORKOPATA, significa "encima del cerro", es la parte alta de la actual ciudad de Puno.
(1) Allá por los años de 1662 se habían descubierto y se explotaban las minas de azogue de Azoguini en Puno y Santa Bárbara en Huancavelica, pero como el azogue de estas minas estaban desplazando al azogue de España, el Rey recibió la queja de los mineros españoles de este hecho y dispuso que se ahogasen las minas peruanas.
(2) Existe actualmente la citada casa en un ángulo de la plaza de Armas de Puno, con el nombre de la Casa de Conde de Lemos.
(3) Sobre el sitio citado se levante en la actualidad le pétrea catedral de Puno.
FUENTES.-
Tradiciones Peruanas (Tomo I) por Ricardo Palma.
Ollantay (Drama) por Ricardo Rojas.
Historia de la Fundación de Puno, por José Antonio Encinas.
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