domingo, 19 de mayo de 2013

El Tiula (Zorro)


Al zorro se le conoce por el "tío zorro" que en aymara se dice tiula. Al zorro se le atribuye todos los defectos y vicios morales a diferencia del cóndor al que se le conceden todos los atributos de superioridad moral y social.
 
 Los demás animales saben que el zorro es latoso, mentiroso, farsante, capaz de engañar a sus semejantes y a los demás animales. Por esta razón el zorro es discriminado de todos los ambientes y vive solitario, sin más amigos que sus propias tretas para vivir.
 
Origen del zorro
 
Los campesinos cuentan como una fábulas legendaria que en algún tiempo, el zorro se había hecho acólito del dios Inti y que éste, considerando su aguda inteligencia lo tuvo como uno de sus preferidos.
 
Pero el zorro no pudo ocultar por mucho tiempo su mala conducta. Una noche se comió las gallinas, devoró las ovejitas y engañó a los demás animales con muchas promesas como si él fuera el dios Inti.
 
Inti, al darse cuenta de todo, lo castigó severamente, lo internó en las profundidades de la tierra donde viven los sajras o diablos en medio del fuego central.
 
El zorro pidió perdón al dios Inti y prometió modificar su conducta y que en adelante se comportaría mejor, esta petición la hizo llegar ante la esposa de Inti, la luna Pajsi, y ella compadecida  trato de convencer a su esposo y consiguió que le perdonara.
 
Pero cuando el zorro salió  de las profundidades de la tierra, tenia quemada la piel y el pelambre que cubría su cuerpo. Por eso el zorro parece tener siempre la pelambre chamuscada. 
 
El zorro y el ratón
 
Al trasponer trabajosamente el cerco de piedras de unos canchones que rodeaban una choza, el zorro se topó con un viejo ratón que merodeaba por ahí. El zorro que traía un hambre contenida por muchos días, se dijo "algo es algo, peor sería nada" y le cayo con un zarpaso.
 
El viejo ratón gimió y chilló suplicante y en medio de su desesperación invento un cuento.
 
- Señor zorro, le ruego que me perdone usted la vida. Yo en cambio, le proporcionare unos buenos alimentos como para su estomago cansado de trabajar en tantos años que ha vivido usted.
 
- Y qué buenos alimentos puedes proporcionarme, tú, insignificante pericote?.
 
- Pues, acabo de salir de esta casa como usted se habrá dado cuenta. Están preparando una gran fiesta y cuentan con montones de carne de res, de oveja y hasta de llama.
 
- Y cómo puedes sacar eso? le interrogó el zorro .
 
- Yo puedo, aunque dificultosamente, entrar y salir por aquel hueco que usted ve, y proveerle todo. Lo que tenemos que hacer es agradar el hueco, usted mete el hocico y le pongo los trozos de carne.
 
El zorro aceptó y se pusieron a ensanchar el hueco. Luego entró el ratón y al poco rato le dijo:
 
- Meta el hocico tío zorro.
 
Así lo hizo y al rato el ratón le puso en el hocico un buen trozo de carne, que el zorro saboreó. Este trabajo continuo por un buen rato. Y mientras el zorro saboreaba los trozos de carne, el ratón cogió  una soga y con ayuda de una piedras amarró el hocico del zorro, que quedo así enganchado y no pudo sacar ya la cabeza.
 
Entre tanto el ratón escapó por otro hueco, quedando el zorro atrapado y sólo pudo zafarse después de mucho esfuerzo, mientras el viejo ratón iba por el camino riéndose por haber burlado al "inteligente" zorro. 

(Tomado del libro inédito "Personajes Folklóricos" de José Portugal Catacora)

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